En el marco del partido desempate, River Plate de Junín le ganó a Rivadavia de Lincoln por 2 a 0 y con el triunfo se consagró campeón del Torneo de Primera División Clausura 2019 "Ángel Kenan" que organizó la Liga Deportiva del Oeste.
La Loba le ganó al conjunto Albirrojo con anotaciones de Braian Pacri en la primera parte y de Rodrigo Mir en el complemento.
El equipo de la vecina localidad jugó gran parte del encuentro con un hombre menos, por la temprana expulsión de Pablo Moreyra; y los dirigidos por Daniel Cangialosi supieron aprovechar esa diferencia numérica convirtiendo en los momentos justos.
Un partido repleto de emociones
En el trámite de las acciones, La Loba arrancó el partido mostrando más orden y mucha concentración. Bajo un 4-4-2 para los dos equipos, los primeros minutos de juego serían determinantes para el resto del encuentro.
Iban apenas cinco minutos cuando Lucas Macías metió una plancha innecesaria. La falta fue entre el área grande y la mitad de la cancha. Y desde allí, Rodrigo Mir metió un tremendo tiro libre que Braian Pacri supo ganar en lo alto para, de cabeza, marcar el primer tanto de la noche. Golazo de La Loba que se festejó de lo lindo.
Ante la desventaja, el equipo de Lincoln siguió apostando al juego corto y asociado; y mostrando a Tomás Uvilla como el jugar más desequilibrante. Pero a los quince, los dirigidos por Juan Carlos Gho volvieron a cometer otro error grosero. El defensor Pablo Moreyra salió a destiempo y noqueó al delantero Brian Quevedo. La jugada le valió la expulsión al "2" de Rivadavia de Lincoln.
A partir de esa diferencia numérica el partido le costó horrores al Albirrojo de Lincoln. En cambio, los de La Loba sacaron a relucir todo el oficio para manejar los tiempos y las acciones.
El complemento no fue muy distinto. Rivadavia (L) mostró un gran criterio para manejar el balón pero careció de profundidad. No generó una sola situación clara de gol como para merecer el empate.
En cambio, River fue más punzante y por eso no sorprendió cuando a mitad del segundo tiempo y tras una gran jugada de Bernardo Rovelli, Rodrigo Mir puso el dos a cero para liquidar el pleito.
El resultado final fue justo. El juvenil equipo de Rivadavia (L) no pudo contra la experiencia, jerarquía y practicidad de River.
El conjunto de Cangialosi hizo un partido correcto, mostró orden, temperamento, juego y eficacia. Y festejó merecidamente la obtención de un nuevo título.
En definitiva, La Loba es el campeón porque fue el mejor. Y lo festejó como se lo debía, con una alegría que desbordó hasta las lágrimas.
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