Lionel Messi volvió ayer al seleccionado argentino de fútbol con un gol que significó el triunfo en el clásico ante Brasil por 1 a 0 mediante el amistoso disputado en Riad, Arabia Saudita, en el marco de la fecha FIFA.
Messi acaparó la atención en el estadio saudí King Saud University y guió a un equipo de buen nivel en los últimos minutos, pero errático en la definición.
El crack rosarino, quien cumplió la sanción impuesta por Conmebol en la Copa América, abrió el marcador con una dosis de fortuna porque el rebote del arquero Alisson, en un penal mal ejecutado que propició con la infracción de Alex Sandro, le dio una segunda oportunidad.
Messi anotó su cuarto gol en la gestión de Lionel Scaloni, el séptimo a Brasil (dos para el Sub-20 y el resto para la mayor en amistosos) y el número 69 en total.
El gol sirvió como respuesta a una situación inmejorable para Brasil con el penal que Gabriel Jesús marró en primera instancia. El goleador de Manchester City recibió una falta de Paredes luego del error en la salida de Foyth, confiado en exceso de sus condiciones técnicas, y falló en la definición.
Con la mente puesta en las Eliminatorias Sudamericanas, Scaloni observó en acción al equipo frente a un rival directo. La conclusión es positiva, especialmente con la última media hora donde la Argentina, de la mano de Messi, mereció una diferencia mayor. Argentina, que en ningún lapso perdió la concentración, no sufrió contratiempos ante Brasil en una primera parte disputada, sin dueño y con pocos espacios.
En consecuencia, las situaciones de riesgo no abundaron y por momentos predominó el juego brusco.
Poca creación en Brasil
Paquetá nunca se hizo cargo de la creación en Brasil, como tampoco Coutinho en la segunda parte, y solo inquietó a la Argentina con el empuje de Arthur y William. La ausencia de Neymar se notó, pero no exime al último campeón de América de un rendimiento opaco.
El ingreso de Marcos Acuña en el segundo tiempo habilitó el ataque por las bandas ante el reiterado el avance por la zona media que nunca prosperó.
En los últimos 30 minutos, con varios cambios en Brasil, el seleccionado argentino generó varias situaciones con un Messi enchufado, con más espacios, y un Lautaro Martínez con más contacto, pero ineficiente en el toque final.
Una Argentina con recambio dominó, terminó con una mejor imagen que su clásico rival y se mostró segura aunque el juego no fue vistoso ni mucho menos.
La Argentina de Scaloni aguardará por Uruguay este lunes, en otro clásico amistoso, que hasta el momento fue confirmado en Tel Aviv, Israel, a pesar del conflicto en la zona de Gaza, y le brindará más conclusiones al entrenador de cara a las Eliminatorias Sudamericanas 2022.
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