Colón hizo historia grande en Brasil, donde se consagró finalista de la Copa Sudamericana al vencer anoche en definición por tiros penales a Atlético Mineiro por 4 a 3 luego de perder 2-1 en los 90 minutos regulares, el mismo resultado pero a la inversa de la ida, y con ello pareció reflotar los duendes de aquella vez en que venció al Santos de Pelé en Santa Fe para que su estadio fuera bautizado el "Cementerio de los Elefantes".
Colón alcanzó un hito histórico, inédito y largamento celebrado por los 3.000 hinchas que llegaron anoche hasta el Estadio Minirao para ser testigos del máximo logro de su equipo a nivel internacional.
Claro que ahora podrá ir por todo Colón, que tuvo a su técnico, Pablo Lavallén, al borde del despido apenas 20 días atrás, cuando el 9 de noviembre enfrente a Independiente del Valle, el conjunto ecuatoriano que supo jugar la final de la Libertadores en 2016 frente a Atlético Nacional, de Colombia, con el que finalmente terminó perdiendo.
Pero Colón está en estado de gracia, y si para entonces se le siguen alineando los planetas como esta noche, quizá se quede con toda la gloria para Santa Fe en particular, y para el fútbol argentino en general.
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