El juninense vivió enamorado del futbol durante toda su vida: desde sus comienzos en B.A.P. y su paso como jugador por Boca hasta su consagración como técnico con Estudiantes de La Plata. Han pasado largos treinta y siete años de su muerte, pero aún se lo recuerda como un revolucionario del fútbol.
Zubeldía supo escribir las páginas más gloriosas del club pincharrata, y también se dio el gusto de dirigir la selección nacional y marcar a fuego el fútbol colombiano. Impuso el orden en los clubes que dirigió y elaboró tácticas hasta entonces dejadas de lado por los cuerpos técnicos. Se lo acusó de antifútbol, pero hoy la mayoría de los clubes siguen sus principios. Aquí, un repaso por la vida del gran técnico juninense.
Aunque sea eternamente recordado como técnico, don Osvaldo estuvo ligado al futbol también como jugador. Su carrera fue corta, pero seguramente sirvió para prepararlo para su exitosa tarea como DT.
Osvaldo comenzó a jugar en el B.A.P., donde se inició como interior izquierdo. Después fue transferido a Vélez, cuando José Amalfitani, presidente de ese club, decidió su contratación. Su paso fue exitoso y, aún hoy, la institución velezana recuerda los tres goles que le metió a Amadeo Carrizo de River en un histórico 5 a 3 a favor del club de Liniers. Y, por cierto, también se destaca el subcampeonato obtenido en 1953
En 1956, Zubeldía fue a jugar a Boca Juniors. Convirtió varios goles para el club de la ribera, pero la falta de títulos hizo que vaya a Atlanta. Jugó allí escasos dos años y, en 1960, se retiró en Banfield, que militaba en la Primera B.
Sus inicios y la selección
Como técnico del bohemio, don Osvaldo apeló al trabajo riguroso, con doble turno y concentración obligatoria. Gran estratega, siempre usó jugadas preparadas y planteos tácticos, que incluso llegó a plasmar en el libro “Táctica y estrategia del fútbol”, que escribió junto a Argentino Geronazzo.
En Atlanta, los resultados fueron alentadores al principio: en 1961, finalizó en el cuarto puesto con una gran actuación de Luis Artime. Pero en 1962, Mario Griguol y Luis Artime fueron vendidos a River Plate y, aunque Atlanta finalizaría el torneo en el séptimo puesto, Zubeldía no continuaría en el club de Villa Crespo.
Sin embargo, tuvo la oportunidad de ser técnico de la selección argentina junto con Antonio Faldutti hasta dos meses antes de iniciarse el Mundial de 1966 en Inglaterra. Pero problemas entre Faldutti y la AFA motivaron su alejamiento en solidaridad con su compañero. Su próxima etapa sería en Estudiantes, donde escribiría las páginas más gloriosas del club pincharrata.
La gloria con el "Pincha"
Zubeldia cambió la historia de Estudiantes, un equipo que luchaba por salvarse del descenso pero que, tras el periodo del Maestro, terminaría en lo más alto del futbol mundial.
A jugadores como Carlos Bilardo, Raúl Madero, Juan Echecopar, Ramón Aguirre Suárez y Alberto Poletti, se le unieron un grupo de jóvenes de “La Tercera”, que terminarían siendo vitales para el ciclo. Ellos eran Juan Verón, Carlos Pachamé, Eduardo Flores y Oscar Malbernat.
Estudiantes salió campeón del Metropolitano de 1967, al vencer a Racing el 6 de agosto de ese año, en la final del torneo jugada en el Viejo Gasómetro. De esa manera, el club platense conquistó el primer Metropolitano de su historia y, de paso, quebró la hegemonía de títulos que, desde 1931, poseían los denominados cinco grandes del fútbol nacional: Boca Juniors, River Plate, San Lorenzo, Racing Club e Independiente.
Es de destacar el recordado triunfo frente a Platense, equipo al que Estudiantes venció cuatro a tres, remontando una desventaja de tres a uno con un jugador menos. El equipo de Osvaldo, en el segundo tiempo y en solo 16 minutos, convirtió tres goles (Juan Ramón Verón, Carlos Bilardo y Raúl Madero), defendió el resultado con diez jugadores y se clasificó a la final del Metropolitano, que finalmente obtendría.
Igualmente, pese a consagrarse campeón, recién obtuvo la plaza para participar en la Libertadores de 1968 tras lograr el subcampeonato del Campeonato Nacional de 1967, detrás de Independiente.
En su primera participación en la Copa, el equipo de Zubeldía eliminó en la fase inicial a Millonarios y Deportivo Cali, ambos de Colombia; en la segunda ronda, a Independiente y Universitario, de Perú; y en semifinales, al campeón Racing, al que derrotó luego de un partido de desempate jugado en la cancha de River Plate.
La conquista de la primera Libertadores fue tras tres finales contra el Palmeiras de Brasil: el primer partido se jugó el 2 de mayo en la ciudad de La Plata y lo ganó Estudiantes por dos a uno; el segundo, el 7 de mayo en São Paulo, Brasil, fue triunfo de Palmeiras, tres a uno; y el tercero y decisivo se jugó el 16 de mayo en el Estadio Centenario de Montevideo, partido en el que el "Pincha" se impuso por dos a cero, con tantos de Felipe Ribaudo y Juan Ramón Verón, conquistando de esa manera su primer logro internacional.
Ese triunfo le permitió disputar la Copa Intercontinental con el campeón europeo: el equipo inglés Manchester United. La primera final, que terminó uno a cero a favor de Estudiantes con gol de Marcos Conigliaro, se jugó el 25 de septiembre en el estadio de Boca Juniors; y el partido decisivo, en el mítico Old Trafford de Manchester. Allí, con un empate en un tanto (goles de Juan Ramón Verón; y Morgan para la escuadra inglesa), Estudiantes logró el máximo trofeo mundial de clubes de fútbol.
A su vez, Estudiantes seguía destacándose en los campeonatos nacionales. Tras la obtención del Metropolitano de 1967 y el subcampeonato en el Nacional de ese mismo año, lograría disputar una nueva final, la del Metropolitano de 1968, a la cual accedió tras derrotar en semifinales a Vélez Sarsfield. En el partido decisivo, disputado el 4 de agosto en el Estadio Monumental, cayó ante San Lorenzo por dos a uno.
Igualmente, los logros a nivel internacional continuarían. En 1969, Estudiantes ganó la Copa Interamericana contra el Toluca, en un tercer partido de desempate, tras sendos dos a uno en los partidos de ida y vuelta. En la gran final, jugada en el Estadio Centenario de Montevideo el 21 de febrero, el "Pincha" venció claramente por tres a cero con goles de Marcos Conigliaro, en dos oportunidades, y Eduardo Flores.
También en 1969 logró nuevamente la Copa Libertadores de América, jugando la final contra Nacional de Montevideo: el 15 de mayo se disputó el partido en Uruguay, que terminó con un histórico triunfo de Estudiantes por uno a cero con gol del mencionado "Bocha" Flores; la revancha, en La Plata, finalizó con otro triunfo, esta vez por dos a cero.
Ese año, sin embargo, Estudiantes perdió la Copa Intercontinental ante el AC Milan de Italia, tras caer por tres a cero en el partido de ida jugado el 8 de septiembre, y obtener un triunfo insuficiente (dos a uno) en la revancha disputada el 22 de octubre en el estadio de Boca Juniors. Fue un partido muy accidentado y polémico en el que Alberto Poletti, Eduardo Manera y Ramón Aguirre Suárez terminaron detenidos en la cárcel debido a las agresiones entre los jugadores de ambos equipos que se sucedieron en el campo de juego.
Pese a ello y la derrota en la final ante el Milan, al siguiente año el club siguió con su racha de logros y conquistó su tercera Copa Libertadores de América, tras ganarle la final a Peñarol de Montevideo. En el primer partido, en La Plata, Estudiantes se impuso por uno a cero con gol de Néstor Togneri; mientras que la revancha terminó con un empate en cero. Con este título, Estudiantes se convirtió en el primer tricampeón de América de fútbol de la historia.
Esta conquista le dio la posibilidad de jugar la tercera final consecutiva de la Copa Intercontinental, en esta ocasión ante el Feyenoord de Holanda. El primer encuentro se jugó, otra vez, en el estadio de Boca Juniors, el 26 de agosto de 1970, cotejo en el que los holandeses se repusieron luego de estar perdiendo dos a cero y terminaron empatando en dos tantos. En Rotterdam, el 9 de septiembre, Feyenoord se quedaría con el trofeo al ganar por uno a cero.
Después del León
Tras su salida de Estudiantes, don Osvaldo se hizo cargo de Huracán al inicio de la temporada 1971, pero los resultados no lo acompañaron. Ello motivo que pase a Vélez y, posteriormente, a San Lorenzo de Almagro, donde dirigiría 64 partidos y finalmente se consagraría campeón en el Campeonato Nacional de 1974.
Posteriormente condujo con gran suceso en Colombia, donde resultó campeón dos veces con Nacional y revolucionó el futbol del país vecino. En una nota a la revista El Gráfico recordaba: “Revolucioné el fútbol colombiano porque acabé con la siesta. Acabé con los desayunos fuertes y los almuerzos prolongados. ¡A la cancha! A trabajar mañana y tarde”.
Su muerte y su legado
Murió en la ciudad de Medellín, Colombia, el 17 de enero de 1982, a causa de un infarto, cuando se disponía a sellar un boleto de apuestas hípicas, su otra pasión. Sus restos mortales fueron velados en Colombia, donde una multitud le rindió el último adiós. Después fueron traídos a nuestro país y, tras pasar por el Club Estudiantes de La Plata para un sentido homenaje, recalaron finalmente en el cementerio Central de nuestra ciudad, donde descansan hoy en día.
El legado de Zubeldía es enorme: cambió sustancialmente la rutina de los clubes profesionales de fútbol al incorporar prácticas desconocidas como la concentración durante los días previos al partido, la preparación de jugadas y el estudio concienzudo del adversario. Hizo uso del famoso córner al primer palo, ensayó hasta el hartazgo los tiros libres durante la semana y practicó el achique. Mucha gente habló de antifútbol, pero su estilo marcó una época y dio paso a la mística del entrenador ganador.
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