Fue un año que el fútbol argentino comenzó con un técnico como protagonista central (Jorge Sampaoli). Y es el año que también termina con otro técnico como noticia central (Gustavo Alfaro). Que los técnicos son héroes o villanos, según el resultado, lo confirmó la final Superclásica de la Libertadores: el DT bicampeón del fútbol argentino, finalista de la Copa, ya tuvo que dejar el cargo (Guillermo Barros Schelotto). El DT campeón de la Copa es cada vez más Napoleón (Marcelo Gallardo). Allí en el escenario está también la selección argentina que cierra 2018 con su DT interino que jamás dirigió en Primera y que ya dejó de ser interino (Lionel Scaloni). Y, en el año que tras la crisis de Rusia 2018, la AFA aseguró que sería el año de la refundación, cerramos con una selección Sub20 que comienza sus entrenamientos apenas un mes antes de la competencia (Sudamericano de Chile) y con DT nuevo e inesperado (Fernando Batista).
Solía decirse (frase más que discutible) que el mejor árbitro es aquel que pasa desapercibido. El técnico moderno se ha ido al otro punto. Los técnicos hoy pasan uno tras otro por el monumento o la guillotina. Ya casi ni recordamos a Sampaoli (flamante contratación de Santos). Y nadie pensaba que Alfaro terminaría el año en el banco de Boca. O que un canal de cable trasmitiría este año partidos de la Segunda división del fútbol mexicano con una cámara dedicada pura y exclusivamente para mostrar las reacciones del DT (Diego Maradona). Y que también veríamos todos los fines de semana a la Segunda división inglesa también por lo que significa un DT (Marcelo Bielsa). Y que un argentino sería campeón en Estados Unidos (el Tata Martino). Que otro argentino, y ya no de modo interino, pase de dirigir un equipo filial del ascenso de España al equipo más poderoso del mundo (Santiago Solari en Real Madrid). Que ahí cerquita siga triunfando el que muchos consideran el DT más ganador (Diego Simeone en el Atlético). Y que también sea argentino el DT que más suena para asumir en 2019 en el club que genera mayores ingresos en el fútbol mundial (Mauricio Pochettino y Manchester United).
Argentina, lo vemos, es un fútbol que produce buenos DT y también tiene un público muy pasional, a veces demasiado. El problema es que el fútbol sigue teniendo como actor central al jugador. Y nuestros jugadores se siguen yendo apenas aparecen. Y 2018 nos recordó que ya no aparecen tantos ni con la misma calidad que antes. ¿Será por eso que entonces ocupan cada vez más espacio los técnicos? En rigor, el DT-protagonista es un fenómeno universal. Podemos considerar merecido el espacio que suele recibir Pep Guardiola. Porque no solo sigue ganando, sino además modificando la cultura del juego en cada país que va. Le sucedió con Barcelona primero en su propia nación. Y le pasó en Alemania con Bayern Munich y ahora con Manchester City en Inglaterra. Hay dos libros que retratan como pocos ese fenómeno: “Herr Pep” la etapa alemana (autor Martí Perarnau) y el flamante “Cuadernos de Manchester” la parte inglesa (autores Luis Martín y Pol Ballús). “Ya está entre los cinco mejores técnicos de la historia del fútbol mundial”, me dijo el viernes César Menotti sobre Guardiola.
Así como nosotros tuvimos años de debate rico pero también a veces de pura tontera sobre “Menotti vs Carlos Bilardo”, “menottismo vs bilardismo”, en el fútbol mundial el debate DT fue Guardiola vs José Mourinho. Pero parece un debate hoy por hoy agotado al menos en cuanto a la capacidad de ambos técnicos. Porque mientras Guardiola sigue ganando, Mourinho profundiza su peor momento. Fue despedido esta semana de Manchester United. El club le fichó jugadores por casi 470 millones de euros en tres años. Y Mou devolvió apenas tres títulos que podríamos considerar menores para tanto poder. El United llegó a terminar segundo en la Liga inglesa, pero a casi veinte puntos del City de Guardiola, es decir, sin competencia seria. No debería discutirse a un DT que años atrás llevó a la cima europea a un equipo modesto como el portugués Porto. O que coronó también rey de la Champions a Inter luego de cuarenta y cinco años. Y al Chelsea en Inglaterra.
Pero los métodos de Mourinho, está claro, dejaron de funcionar primero en su paso por Real Madrid (más allá que ganó una Liga con record) y ahora en el United. Los hinchas suelen tener culturas similares y grafican todo en pocas palabras y a veces en un simple canto, como el que dedicaron a Mourinho en los últimos tiempos en la Premier League: “Park the bus”. Le cantaban a Mourinho con burla a su estilo defensivo, diciéndole que pusiera el micro delante del arco. Que siguiera defendiéndose así, que igual ya llegarían los goles. Y el United recibió 27 en las 19 primeras fechas de la Premier. Es decir, ya ni defendía bien Mourinho. Puede sonar extraño. Pero este mismo Mourinho en declive suena desde hace días como eventual recambio de Solari en Real Madrid en enero si el interinato del argentino fracasa. Es lobby del portugués por un lado. Su fama por otro. El reclamo de un sector duro de Real Madrid que cree que un DT de personalidad como Mourinho puede encarrilar a un vestuario difícil. Es el fútbol moderno. El fútbol de los DT.
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