Nací en Junín en el ´55, barrio de Villa Belgrano. Rivadavia y Rioja. Hice el primario en el Colegio Normal. Secundario una parte en el Marianista, otra en el Nacional y terminé en Leandro N. Alem.
En el secundario fui con Montemurro, Hernán Comisso, Juanjo Paz. La profesora era Estela Boda y el director Gerardo Leonard.
Jugábamos al fútbol, si hasta teníamos una compañera que jugaba con nosotros y la rompía. En ese tiempo no era muy común en Junín que una chica jugara al fútbol. Era muy linda y muy buena jugadora.
Empecé a jugar el primer año que en nuestra ciudad hubo novena, en el club Rivadavia. Tuvimos la suerte de salir campeones e invictos. El último partido le ganamos 4 a 1 a BAP en su cancha, con jugadores como Tofoletto, Julito Rodríguez, los mellizos Esper, Di Roco. Un equipazo. Yo atajaba.
Lo mío al arco fue una circunstancia. Un día fuimos como once pibes del barrio a probarnos a Rivadavia. Estaba el Cholo Lucaroni como técnico y yo de físico era un poco más grande que el resto.
Todos queríamos ser diez o nueve. Lucaroni empezó uno para allá, otro para acá y el alto –que era yo- al arco. Ahí arranqué.
Debuté en primera con catorce años. Estaba el Cachi Gabrielli y Oscar Sebelli en Rivadavia, dos grandes arqueros, que tuvieron unos problemas y no podían jugar.
El primer partido fue contra Belgrano de Morse en cancha de Mariano Moreno, un nocturno. En Belgrano de Morse jugaba Daniel Alberto Passarella. Además tenía un goleador de la Liga de Salto, Petruccelli, que me hizo un gol desde la mitad de la cancha.
Yo tenía unos nervios bárbaros. Iba en el taxi para la cancha y al lado mío estaban sentados Félix Tobalina y Rulo Chaparro, uno nenes del club que mama mía.
Llegamos a los penales y le ganamos, pero no me acuerdo si atajé alguno o lo patearon afuera. Pero ganamos. El técnico era un tal Gauna, un muchacho del club que era carnicero.
Oficialmente debuté contra Defensa Argentina como visitante. Tuve la suerte de tener a Abel Garbe en contra y como sabía que yo me calentaba, me volvió loco todo el partido.
En 1971 salí campeón con Rivadavia, era un pibe, y repetí en la década del ´80.
Don Taliche Lombardi me pidió para River Plate, que tenía de arquero a TatatoMoccagata.
Luego me fui a Argentinos Juniors a jugar. Me llevó Ulrich, un santafesino que era jugador de Sarmiento y era amigo de Victorio Spinetto. Allá estaba el Loro Rodríguez. Quedamos Norberto Cabaña y yo. Estuve un año en la misma pensión –Nazca y Marcos Sastre- con todos los de Junín. Al Loro lo adoraban allá, dejó una legión de amigos. Para mí un exquisito del fútbol. Rivadavia no me quiso dar el pase y me tuve que venir.
Estuve un tiempo sin jugar. Después se hizo un torneo interempresarial, muy lindo. Me vio un hombre que era jefe mío en la Usina, que fue presidente de Villa, Alfredo Maltisotto. Me invitó a ir a Villa, pero era bravo ir de Rivadavia a Villa o viceversa en ese entonces, aunque consiguió el pase.
Tuve la suerte de jugar tres campeonatos en Villa Belgrano y en los tres fui campeón, con Calabró, Bello, Rassi, los pibes que surgían como Gardú, Pallero, Pereyra. La primera final, que fue el primer título de Villa, se la ganamos a River Plate en cancha de Mariano Moreno.
Fui a jugar a Origone, un equipo sensación. Aparte de jugadores, había hombres. Con Horacio Massari, Horacio Bracconi, Tuso, Catarraín, Bonópera, Suseret, Sospicio. Le ganamos a Rivadavia de Lincoln por penales y perdimos la finalísima con El Linqueño. Se nos habían lesionado muchos jugadores.
Luego estuve en El Linqueño que jugamos la final de la provincia contra Olimpo en Bahía Blanca, con Tammer, De la Libera, Clara, Píccolo que después jugó en River y se fue a Japón. La gente de Bahía se paraba y aplaudía de pie al Lechón Clara. Perdimos 1 a 0. El gol de ellos lo hizo De Petri, que después se vino a Gimnasia de La Plata y se lo llevaron a México.
Me fui a la Liga de Córdoba con Juan Carlos Bertolotti y Bengolea, a Belgrano de Vicuña Mackena.
Acá también jugué en Mariano Moreno, con Raúl Azconzábal de técnico, en Villa Belgrano, River Plate, Independiente, Ambos Mundos.
Estuve en Belgrano de Arenales y Singlar de Ascensión. Recorrí bastante y coseché amigos por todos lados.
Ahora no salen jugadores porque se terminaron los potreros. Salíamos de la escuela y lo que había era una pelota y una cancha de fútbol. No se tomaba la leche para ir a jugar al fútbol. Los campitos estaban llenos. Ese era el ABC del fútbol, se aprendían todas las trampas. Antes los nenes ya jugaban con los grandes y aprendían, por eso llegaban a destacarse porque aprendían las mañas de los otros. El fútbol no tiene misterios. Hay que jugar, jugar y jugar. Hoy los hace correr y correr a los chicos y no está mal, pero hay que enseñarle el trabajo con pelota.
¿Maradona o Messi? Los dos. Son dos jugadores distintos. Messi es buen jugador y definidor, Maradona magia y todo corazón.
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