Pitana consagró su mundial con un correcto arbitraje y una jugada determinante
Estuvo asistido por el pintense Hernán Maidana, jugó su tercer Mundial; y por Juan Pablo Belatti.
Néstor Pitana, el segundo árbitro argentino en dirigir la final de una Copa del Mundo tras la experiencia de Horacio Elizondo en Alemania 2006, tuvo un desempeño correcto en el partido decisivo de Rusia 2018, en el que cobró un penal para Francia apoyado en el VAR y tuvo una jugada determinante que derivó en el primer gol galo, al cobrar una falta inexistente sobre Antoine Griezmann.
Asistido por el pintense Hernán Maidana -jugó su tercer Mundial- y Juan Pablo Belatti, Pitana mostró pocas tarjetas amarillas -sólo tres- y soportó algunas quejas sin sancionarlas disciplinariamente, sobre todo de los futbolistas croatas.
El colegiado misionero se mostró sonriente en el sorteo previo al encuentro, lanzando su ya célebre frase "muchachos, living fútbol" a los capitanes de Croacia, Luka Modric, y de Francia, Hugo Lloris.
Una vez iniciado el juego en el estadio Luzhniki de Moscú, la primera acción polémica se produjo a los 15 minutos, cuando Lucas Hernández pareció golpear sin pelota a Ivan Perisic, acción que Pitana no vio, y Belatti, mejor ubicado, tampoco se lo hizo notar.
Un minuto más tarde, Griezmann encaró por la derecha del ataque y se tiró cuando Marcelo Brozovic fue al piso a barrer, pero Pitana cobró infracción para los franceses.
El propio atacante del Atlético Madrid ejecutó la falta en forma de centro, Mario Mandzukic peinó el balón hacia atrás, batió su propia valla y Francia se puso 1 a 0.
Más acción
Jugados 23 minutos, Kylian Mbappe fue frenado con un agarrón por Modric cuando salía del área francesa, Pitana dio ley de ventaja porque parecía que la tomaba un compañero del atacante del PSG, pero este no llegó, Croacia recuperó y tuvo una jugada de riesgo, lo que desató las protestas de los dirigidos por Didier Deschamps.
Tres minutos después, Pitana sacó la primera amarilla del partido, a N´Golo Kante, por cortar desde atrás a Perisic, para frenar un ataque peligroso de Croacia.
Más tarde, a los 33 minutos, llegó una jugada clave en el desarrollo del juego. Griezmann pateó un tiro de esquina desde la izquierda, Blaise Matuidi saltó a cabecear y Perisic, por detrás, tocó la pelota con su brazo izquierdo.
Rápidamente, los futbolistas franceses corrieron hacia Pitana, que pareció no ver la mano, reclamando penal. Convocado por los asistentes del VAR -el principal el platense Mauro Vigliano-, el misionero fue a ver la jugada en el monitor correspondiente.
Pitana primero pareció dudar, ya que cuando retornaba al campo de juego, volvió sobre sus pasos para observar nuevamente la pantalla y ahí sí se dirigió al punto del penal, cobrando la pena máxima, que Griezmann cambió por gol.
Jugados 41 minutos, Pitana amonestó al francés Hernández por una dura infracción sobre Ante Rebic, pero a los 48 no le mostró el cartón amarillo a Iván Strinic, pese a que este se colgó de la cintura de Mbappe para cortar un contragolpe francés, como si fuera un tackle de rugby.
Invasión
Ya en el complemento, a los seis minutos, se produjo una acción inusual para una final de Copa del Mundo, cuando cuatro personas invadieron el campo de juego, aunque rápidamente fueron desalojados por la policía rusa.
Luego de este episodio, Pitana retomó el juego con un pique en terreno francés y Mbappé cedió el balón a Rakitic, ya que los croatas lo tenían al momento de la interrupción.
El trámite continuó sin mayores sobresaltos para el juez argentino hasta que a los 35 minutos tuvo que apurar a Oliver Giroud para que acelere su salida, al ser reemplazado por Nabil Fekir.
Poco después, a los 37, el colegiado misionero dejó pasar una airada protesta de Rakitic, que aplaudió irónicamente a Pitana por no permitir que se juegue rápido un tiro libre para Croacia.
Más tarde, y cuando el partido ya estaba en tiempo de descuento, llegó la tercera y última amarilla de la jornada, para el croata Sime Vrsaljko, por barrer con falta a Griezmann.
Lo cierto es que Pitana cerró su segundo Mundial de la mejor manera, con una buena participación en su quinto partido - noveno si se le suma Brasil 2014- para batir su récord personal de encuentros mundialistas.