Ajeno a la etiqueta de caballo del comisario y a otras objeciones, Boca marcha a paso firme hacia la conquista de una nueva estrella: con su convincente victoria de 4-2 a expensas de San Martín de San Juan ha alargado su ventaja a 12 puntos que son nada menos que 24 referidas al mismísimo River.
Es cierto, cómo no, que San Lorenzo y Talleres están cerca y que el equipo de Boedo adeuda asimismo su partido con Independiente, pero asociar a los escoltas con la posibilidad de desplazar a Boca supone un febril ejercicio de imaginación.
Es que ni los más inmediatos perseguidores insinúan una racha de unos cuantos triunfos en serie, ni Boca transmite la sensación de que declinará un ritmo sostenido que hasta el momento consta de 14 partidos ganados, uno empatado y dos perdidos, ante Racing en la Bombonera y Central en Rosario.
El domingo, por ejemplo, brindó una de sus mejores demostraciones de los últimos tiempos, cuatro goles que bien pudieron ser un par más contra apenas un rato de incomodidad, en el segundo tiempo, pero incluso en versiones más opacas se las ha ingeniado para sacar los partidos adelante y ni hablar de esos que la cátedra califica de “ganables”.
“Nada saludable, en cambio, es el presente futbolístico de River, que el sábado cayó por sexta vez consecutiva en condición de visitante, bajó a un inverosímil puesto 20 y echó más leña al fuego de Marcelo Gallardo”.
Es cierto que San Martín se propuso jugar de igual a igual, por momentos logró su propósito, dio la talla en términos de mentalidad y que se fue de la Bombonera con la frente en alto
Pero en todo caso es tan cierto como que esta vez en Boca germinaron las variantes, las geometrías y las oportunidades de anotar, y todo con unos cuantos protagonistas destacados entre los que es justo subrayar al colombiano Edwin Cardona y a Carlos Tevez, que consumó su mejor prestación desde que volvió de China y por un margen considerable.
A Boca lo dominan un tramo, se distrae, parece blando, sin norte, pero llega a una situación de gol o al gol mismo con una facilidad pasmosa.
“Volvimos a ser el equipo que conocen”, sacó pecho Guillermo Barros Schelotto en la conferencia de prensa del anochecer de un domingo que además entregó el empate de 1-1 entre Unión- Colón en el clásico de Santa Fe; el éxito de Belgrano contra Chacarita y el de Independiente contra Banfield, ambos por 1-0.
“Ni los más inmediatos perseguidores insinúan una racha de unos cuantos triunfos en serie, ni Boca transmite la sensación de que declinará un ritmo sostenido que hasta el momento consta de 14 partidos ganados, uno empatado y dos perdidos”.
Claro que el gol convertido en San Martín tuvo un componente insólito (había una multitud de jugadores cordobeses en posición adelantada, incluido su autor, Federico Lértora) y el celebrado en Avellaneda tocó fibras íntimas y refundó los lazos afectivos de Martín Benítez y la hinchada del Rojo.
El misionero venía de fallar el penal decisivo en Porto Alegre, la final de la Supercopa con Gremio, pero el domingo hizo un gol que valió tres puntos que consolidan a Independiente en el pelotón pro Libertadores 2019 y una ovación selló un saludable borrón y cuenta nueva.
Nada saludable, en cambio, es el presente futbolístico de River, que el sábado cayó por sexta vez consecutiva en condición de visitante, bajó a un inverosímil puesto 20 y echó más leña al fuego de Marcelo Gallardo.
“Estoy caliente”, dijo Gallardo, sin remilgos, amén de dejar entrever que no le encuentra la vuelta a un equipo que más bien es un mero agrupamiento sin fe, sin nido ni amor.
Vélez, vencedor gracias a un espléndido desembarco en el área del juvenil Lucas Robertone, dio un paso clave para entrar en una zona de alivio a la que contribuye la escasa o nula sumatoria de puntos de los otros acosados por la tabla de los promedios.
En ese grupo, el de los apremiados, Olimpo se procuró algo de oxígeno en el mano a mano con Arsenal, mientras que Tigre rescató un garbanzo en Tucumán, Patronato cayó sin atenuantes con Defensa y Justicia y Huracán aprovechó la sorprendente alineación que dispuso el entrenador de Estudiantes, Lucas Bernardi, desvelado por el debut copero versus Nacional en Montevideo.
Por cierto: Huracán aún no está salvado de un eventual descenso y a la vez ocupa un cómodo lugar entre los clasificados a las copas internacionales, ahí donde Racing ascendió al quinto escalón tras enhebrar su cuarto triunfo al hilo de la mano del Chacho Coudet, en tiempo adicional, con una arremetida de Maxi Cuadra y frente al siempre apto Godoy Cruz Antonio Tomba.
También Central marcha por la buena senda, toda vez que con la igualdad conseguida en La Fortaleza de Lanús se consolida en el nutrido pelotón de los expectantes.
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