Nací en Avellaneda y luego viví en Bernal Oeste, pero ya a los cuatro años me vine a Junín donde me instalé en el barrio de Villa Belgrano. Fui a la escuela 18 que me quedaba a una cuadra de casa.
Futbolísticamente me inicié en las inferiores de Independiente de Junín. Salíamos campeones en todas las categorías. En ese entonces las inferiores del Rojo era de lo mejor que había en la ciudad. Salieron Jorge Clara, Gustavo de la Llera y muchos más. El que reclutaba jugadores era Carlos Castro, el famoso Negro que andaba por todos los campitos. No le fallaba el ojo con lo que elegía.
Llegué a debutar en primera a los catorce años, jugué un solo partido en cancha de Sarmiento.
Habían venido de River Plate de Buenos Aires a hacer una prueba en la cancha de Villa Belgrano y quedé. Vino el legendario Osvaldo Diez a ver los chicos.
Ya había tenido una experiencia previa, pero particularmente por la edad mi mamá en ese tiempo no quiso que me fuera.
Pero la segunda fue la vencida. Me fui a Núñez. Practiqué dos días allá y me dieron el visto bueno para quedarme. Me ficharon. Jugué en sexta., quinta, cuarta, reserva y fui varios partidos al banco de la primera -porque entrenaba con ellos- pero nunca entré. Me tocó una época brava. Estaba el Pato Fillol, Saporiti, Passarella, Pavoni, López, Mostaza Merlo, el Beto Alonso, Pedro González, Leopoldo Jacinto Luque y el Negro Ortiz. Hice una gira con ellos por el Sur del país.
Me fui a Santamarina de Tandil. Perdimos la final con Loma Negra de Olavarría, que lo regenteaba Amalita Fortabat, en 1981, que tenían a Usillos, Squeo. Les dieron un penal a los 42 minutos del segundo tiempo, entre gallos y medianoche.
Después vine a Mariano Moreno en 1982 que ganamos el regional y jugamos el Nacional. Luego me contrató El Linqueño para disputar otro campeonato regional de clubes.
Tras cartón pasé a Sarmiento para jugar la “B” que en ese tiempo era la segunda división del fútbol argentino. No fue lo que yo esperaba, jugué pocos partidos. No fue tampoco un buen momento mío en lo personal.
Me fui a jugar a Córdoba, luego a General Pico -La Pampa- y terminé jugando al fútbol en Sol de Mayo de Viedma (Río Negro) que hoy milita en el Federal B. Perdimos una final por el ascenso con Quequén de Necochea que llegó a la B Nacional cuando recién se instalaba.
Acá hice las dos cosas, porque era técnico también del equipo. Entonces me sacaba a mi mismo y me di cuenta que ya no estaba para la alta competencia. Y me dediqué a la conducción técnica.
Hay menos jugadores en la actualidad porque va todo relacionado a lo social, a lo que se vive día a día, al avance de la tecnología. Creo que los chicos tampoco ven el fútbol como una salida atractiva.
Antes si no jugábamos al fútbol o básquet, no había otra cosa. Hoy la juventud está seducida por otras cuestiones, no es tan relevante el fútbol.
¿Maradona o Messi? Cada uno en su tiempo, los dos unos fenómenos. A Maradona lo disfruté de verlo jugar en vivo. Hoy no se puede negar que Messi es el mejor del mundo.
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