FUNDADO EL 24 DE MARZO DE 1964
Alumni de Junín: Aquellos gloriosos torneos de reducido
Desde 1964 hasta 1975 la institución se hizo conocida por organizar campeonatos de fútbol siete, donde jugaban las grandes figuras locales. Después vino un impasse y hoy el club está renaciendo. El histórico presidente Rolando Menestrini cuenta los detalles.
El Club Alumni de Junín tiene una historia breve pero intensa. En sus inicios, esta pequeña institución se hizo conocida por organizar torneos de fútbol reducido, en donde intervenían los mejores futbolistas de nuestra ciudad y también de la zona.
La historia de los campeonatos duró desde 1964 hasta 1975. Después las actividades tuvieron un freno pero la tradición volvió a comenzar hace poco, de la mano del Club Junín que desarrolla su Escuelita de Fútbol en las instalaciones de Alumni.
Rolando Menestrini tiene 80 años y es el actual presidente. Su historia de vida está muy ligada al club. Su memoria guarda los mejores recuerdos y los revivió en una charla exclusiva con Democracia.
- ¿Cómo se arrima al club?
- Estoy acá desde toda la vida. El club comenzó a hacerse conocido por los torneos de fútbol reducido. Esto fue en el año 64 y se hicieron hasta el 75. El club Alumni se hizo muy conocido por eso; también en aquel momento el diario Democracia nos dio un espaldarazo bárbaro porque nos daba una mano muy grande con la difusión. Acá el club surgió de la nada, este campeonato que se organizaba empezó a andar bien, se hizo conocido; los muchachos se entusiasmaron y terminaron comprando unos lotes y dándole vida al club. Se hizo un lindo edificio, con mucho sacrificio, comprando pelotas y haciendo rifas. Así fueron los comienzos.
- Los reducidos en el Club Alumni fueron muy conocidos en aquella época. ¿Qué tenían de particular?
- Jugaban los mejores, de seis y un arquero. Había muy buen nivel. La cancha era de césped, tenía 34 metros de largo por 28 de ancho. En aquella época creo que el fútbol grande tuvo como una especie de caída, entonces es como que los torneos reducidos se pusieron de moda. Siempre había unos treinta equipos. Venían muchachos de todos los clubes, por ejemplo de Independiente estaban los Sotile, Ainchill, el “Clavo” Gatti, el “Cola” Colabelardino, Espadano, el “Titilo” Olmedo. Todos ellos eran del club Independiente pero jugaban en el torneo con el nombre de El Trébol. Después había otro equipo que se llamaba Carnicería La Mirta, jugaba el “Velorio” Giménez, el “Gallina” Corriani y la “China” Ayala, todos jugadores de primerísima línea.
- ¿Qué más le gustaba de aquellos torneos?
- La calidad que había. Además, realmente ganaban los mejores. Dirigían los mejores árbitros, como "Polo" Cárdenas, Néstor Gonzalez, Viola. Se traían a los mejores, porque queríamos hacer las cosas bien. Fueron épocas muy lindas, los torneos eran muy buenos, la competencia era sana y venía mucha gente. Entonces se generó mucho entusiasmo, ahí fue cuando nos animamos a comprar unos lotes y a tratar de avanzar. Los torneos se hicieron hasta el 75 y a partir de ahí el club quedó parado.
- ¿Cómo siguió la historia?
- Bueno, después del parate tuvimos que empezar de nuevo. Arrancamos con un proyecto de una cancha de paleta y eso nos movilizó bastante. No era lo mismo pero de a poco nos fuimos juntando otra vez. Hasta que una tarde, conversando con un vecino de acá, que era muy allegado al Club Junín, Sergio Maití, nos comentó que él tenía ganas de comenzar con un proyecto de una escuelita de fútbol, nos propuso de hacerlo en Alumni y ahí arrancamos una nueva etapa. Me encargué de reunir al resto de la comisión para consultarlos y todos estuvimos de acuerdo. Así que probamos y por suerte salió todo bien.
Arrancaron con unos diez o quince chicos, vinieron por tres meses. Anduvo todo bien y ahora son como cuarenta los chicos que vienen. Es un lindo proyecto y por suerte funciona.
- ¿Se podría decir que el club tuvo un renacimiento?
- Algo así, por suerte, a partir de 2007 hemos avanzado mucho. Se fue acercando gente nuevamente. Por ejemplo, comenzó a realizarse una peña, de la familia Colombo, que tiene un comercio de aires acondicionados sobre la calle Arias. Ellos se juntan los viernes y nos han dado una mano muy grande. El padre de los chicos siempre vino al club y ellos se hicieron cargo de varias tareas. Quedó un salón muy lindo, después se sumó otra peña y comenzó a alquilarse más seguido el salón. Eso nos fue dando más ingresos. Y nosotros lo que hacemos con los ingresos es reinvertirlos en el club. También una persona que siempre nos dio una mano muy grande fue el señor Balvidares. Él estaba en el autódromo y nos daba trabajo para el club, como cuidar las tribunas o trabajar en la cantina. Eso también nos permitió tener una entrada más. Todo sumó.
- ¿Cómo se reinvierte el dinero?
- Ahora lo que hicimos fue hacer los baños nuevos. Hicimos de damas y de caballeros, obviamente, y también agregamos uno para discapacitados. También hicimos una secretaría y un cuarto para que la gente del Club Junín guarde sus cosas.
- ¿Qué significa el club para usted?
- Es prácticamente mi vida. El patio de mi casa da con el fondo del club. Desde el año cuarenta que estamos acá en el barrio, en el predio donde hoy es el club ya se jugaba al fútbol. Yo tendría cuatro años cuando venía a ver, me acuerdo que siempre me mandaban a buscar el agua. Hoy tengo ochenta y sigo acá. Estoy más tiempo en el club que en mi casa.
La historia de los campeonatos duró desde 1964 hasta 1975. Después las actividades tuvieron un freno pero la tradición volvió a comenzar hace poco, de la mano del Club Junín que desarrolla su Escuelita de Fútbol en las instalaciones de Alumni.
Rolando Menestrini tiene 80 años y es el actual presidente. Su historia de vida está muy ligada al club. Su memoria guarda los mejores recuerdos y los revivió en una charla exclusiva con Democracia.
- ¿Cómo se arrima al club?
- Estoy acá desde toda la vida. El club comenzó a hacerse conocido por los torneos de fútbol reducido. Esto fue en el año 64 y se hicieron hasta el 75. El club Alumni se hizo muy conocido por eso; también en aquel momento el diario Democracia nos dio un espaldarazo bárbaro porque nos daba una mano muy grande con la difusión. Acá el club surgió de la nada, este campeonato que se organizaba empezó a andar bien, se hizo conocido; los muchachos se entusiasmaron y terminaron comprando unos lotes y dándole vida al club. Se hizo un lindo edificio, con mucho sacrificio, comprando pelotas y haciendo rifas. Así fueron los comienzos.
- Los reducidos en el Club Alumni fueron muy conocidos en aquella época. ¿Qué tenían de particular?
- Jugaban los mejores, de seis y un arquero. Había muy buen nivel. La cancha era de césped, tenía 34 metros de largo por 28 de ancho. En aquella época creo que el fútbol grande tuvo como una especie de caída, entonces es como que los torneos reducidos se pusieron de moda. Siempre había unos treinta equipos. Venían muchachos de todos los clubes, por ejemplo de Independiente estaban los Sotile, Ainchill, el “Clavo” Gatti, el “Cola” Colabelardino, Espadano, el “Titilo” Olmedo. Todos ellos eran del club Independiente pero jugaban en el torneo con el nombre de El Trébol. Después había otro equipo que se llamaba Carnicería La Mirta, jugaba el “Velorio” Giménez, el “Gallina” Corriani y la “China” Ayala, todos jugadores de primerísima línea.
- ¿Qué más le gustaba de aquellos torneos?
- La calidad que había. Además, realmente ganaban los mejores. Dirigían los mejores árbitros, como "Polo" Cárdenas, Néstor Gonzalez, Viola. Se traían a los mejores, porque queríamos hacer las cosas bien. Fueron épocas muy lindas, los torneos eran muy buenos, la competencia era sana y venía mucha gente. Entonces se generó mucho entusiasmo, ahí fue cuando nos animamos a comprar unos lotes y a tratar de avanzar. Los torneos se hicieron hasta el 75 y a partir de ahí el club quedó parado.
- ¿Cómo siguió la historia?
- Bueno, después del parate tuvimos que empezar de nuevo. Arrancamos con un proyecto de una cancha de paleta y eso nos movilizó bastante. No era lo mismo pero de a poco nos fuimos juntando otra vez. Hasta que una tarde, conversando con un vecino de acá, que era muy allegado al Club Junín, Sergio Maití, nos comentó que él tenía ganas de comenzar con un proyecto de una escuelita de fútbol, nos propuso de hacerlo en Alumni y ahí arrancamos una nueva etapa. Me encargué de reunir al resto de la comisión para consultarlos y todos estuvimos de acuerdo. Así que probamos y por suerte salió todo bien.
Arrancaron con unos diez o quince chicos, vinieron por tres meses. Anduvo todo bien y ahora son como cuarenta los chicos que vienen. Es un lindo proyecto y por suerte funciona.
- ¿Se podría decir que el club tuvo un renacimiento?
- Algo así, por suerte, a partir de 2007 hemos avanzado mucho. Se fue acercando gente nuevamente. Por ejemplo, comenzó a realizarse una peña, de la familia Colombo, que tiene un comercio de aires acondicionados sobre la calle Arias. Ellos se juntan los viernes y nos han dado una mano muy grande. El padre de los chicos siempre vino al club y ellos se hicieron cargo de varias tareas. Quedó un salón muy lindo, después se sumó otra peña y comenzó a alquilarse más seguido el salón. Eso nos fue dando más ingresos. Y nosotros lo que hacemos con los ingresos es reinvertirlos en el club. También una persona que siempre nos dio una mano muy grande fue el señor Balvidares. Él estaba en el autódromo y nos daba trabajo para el club, como cuidar las tribunas o trabajar en la cantina. Eso también nos permitió tener una entrada más. Todo sumó.
- ¿Cómo se reinvierte el dinero?
- Ahora lo que hicimos fue hacer los baños nuevos. Hicimos de damas y de caballeros, obviamente, y también agregamos uno para discapacitados. También hicimos una secretaría y un cuarto para que la gente del Club Junín guarde sus cosas.
- ¿Qué significa el club para usted?
- Es prácticamente mi vida. El patio de mi casa da con el fondo del club. Desde el año cuarenta que estamos acá en el barrio, en el predio donde hoy es el club ya se jugaba al fútbol. Yo tendría cuatro años cuando venía a ver, me acuerdo que siempre me mandaban a buscar el agua. Hoy tengo ochenta y sigo acá. Estoy más tiempo en el club que en mi casa.