Son cerca de las doce del medio día en San Miguel de Tucumán y Juan Manuel "Vasco" Azconzábal se prepara junto a sus compañeros de Atlético para ir a almorzar antes del partido contra All Boys, por la sexta fecha de la "B" Nacional. De repente cambia imprevistamente su rutina y atiende a DEMOCRACIA en el lobby del hotel. "Antes que nada está Junín", dice sonriente a sus compañeros que lo miran atentamente. "Estoy haciendo una nota para el diario de mi ciudad", agrega sin ocultar su alegría de compartir por un momento sus vivencias futbolísticas con un coterráneo.
La charla comenzó por Mariano Moreno y prosiguió con su "gran amor" Estudiantes de La Plata. "Más adelante me imagino cerca del pincha", cuenta este juninense que defendió las camisetas de diez instituciones en las que fue casi siempre un referente, no sólo de la defensa sino también del plantel.
-¿Cómo fue que teniendo a tu papá y a tu tío como referentes en Sarmiento comenzaste en Moreno?
-No sé fue algo raro (risas). Cuando fiché mucho no les gustó (risas), pero yo le tengo mucho aprecio a la gente de Moreno porque me formaron como jugador y como persona. De chico el sueño mío era jugar en la Primera de Moreno con Daniel Gallego y Claudio Alberti, que eran mis referentes como marcadores centrales: los miraba y aprendía. Comencé a practicar a los doce años, llegué a Primera a los 15 jugando con ellos al lado y salimos campeones. Por suerte, el sueño se me cumplió muy rápido.
-¿De ahí te fuiste a Estudiantes y a la selección Argentina?
-Claro, me llevaron a probarme y quedé. Eso me abrió las puertas para estar en la selección sub 17 en el año 91. Salimos terceros en el juvenil de Paraguay con la "Bruja" Verón, el "Pepi" Zapata, Gallardo, Arruabarrena, Matute Morales, entre otros. Luego en el sub 20 Argentina estuvo suspendida y no pudimos viajar a Colombia. En ese plantel estaba con Almeyda, Rambert, Ortega: un equi-pazo.
Estudiantes y "El Vasco"
A partir de 1995, año en el que debutó en el "León", Azconzábal defendió durante siete años esos colores, disputando 196 partidos y convirtiendo 7 goles. Él se identifica con "El Pincha" -con el cual logró el ascenso a primera en 1995- y la gente lo reconoce como un emblema de esa institución.
-En Estudiantes fuiste un jugador muy importante y pertenecés a una generación vital en el club que consiguió volver a primera…
-Sí, cuando se forma el equipo del Nacional "B" subí de inferiores con Verón, Zapata, Gastón Córdoba, estaba Palermo también aunque no tenía mucha continuidad. Éramos muy jóvenes, fue una camada de aproximadamente ocho jugadores que terminamos llegando todos a primera. Es más: ascendemos y al otro año salimos terceros en la "A", fueron años muy hermosos.
-Vos dejaste un gran recuerdo en la gente que te idolatra mucho…
-Lo que pasa que estuve muchos años, fueron once defendiendo esa camiseta incluyendo siete en primera. Fui capitán mucho tiempo en una época en la que el club no estaba tan consolidado como ahora, ahí teníamos que pelearla torneo a torneo y la gente reconoce eso. Por eso el día de mañana seguramente esté de alguna manera ligado a la institución porque dejé muchos amigos y mi corazón está ahí.
-O sea que tu club de referencia sin duda es Estudiantes…
-Lógicamente, y todos me identifican con esa camiseta lo que para mí es un orgullo. Por eso te digo que en un futuro voy a estar viviendo en La Plata o cerca porque me imagino trabajando en el club.
-También en Central dejaste una buena marca, ¿vos también recordas con cariño esa institución?
-Sí, estuve un año y medio pero parecieron muchos más. Junto con mi familia nos encariñamos mucho con el club y con la ciudad, la gente es muy pasional y no creo que en otros lugares se viva el fútbol cómo se vive ahí Además, terminé siendo capitán y conocí grandes personas como el "Kily" González o Gonzalo Belloso, y esas cosas son muy reconfortantes.
-Viviste desde adentro dos clásicos muy importantes del fútbol argentino…
-Sí, son muy parecidos los dos. En esas ciudades se viven con gran intensidad. Pienso que son los que con más fervor se viven en el país. Un Boca River es distinto porque repercute a nivel nacional. Acá se ven todos los días y en la semana no podés andar por la calle porque la gente lo vive con mucha locura.
-De Estudiantes - Gimnasia, ¿Cuál recordás más?
-Hay uno que la gente de Estudiantes siempre me recuerda del año 1997. Ganamos 1 a 0 faltando un minuto con gol mío. Veníamos de tres derrotas consecutivas, la paré de pecho en el área y definí cruzado. Nunca más voy a hacer un gol así (risas). Un recuerdo hermoso.
-Después recorriste varios clubes…
-Sí, primero me fui a Tecos de Guadalajara, creo que ahí futbolísticamente fue uno de mis mejores años. Jugué el partido de las estrellas como mejor defensor extranjero, pero el equipo cambió de técnico, yo no tenía representante y no arreglé la continuidad. Pasé seis meses en Chacarita y me fui a Emelec pero no me adapté. Retorné al país para jugar en Banfield, salimos subcam-peones y la verdad fue un logro bárbaro.
-¿En las Palmas no te fue como esperabas?
-Había ido con mucha ilusión porque era una linda posibilidad. Pero tuve la mala fortuna que al tercer partido me fisuré el dedo y cuando me recuperé el equipo había tenido una racha de 15 partidos ganados consecutivamente y me quitó posibilidades.
-¿A Tucumán llegaste buscando continuidad?
-Claro, además yo ya quería instalarme en el país. Se presentó esta oportunidad, que dentro de las que había era la más seria y con aspiraciones de ascender así que me embarqué en esta nueva aventura.
-Tenés una familia ligada a Sarmiento, ¿puede ser tu destino algún día?
-Hemos hablado algunas veces con los dirigentes. No sé, Dios dirá en el futuro qué pasa. Ellos son hinchas del club y están identificados con Sarmiento y tiran un poco, pero se verá más adelante si se da.
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