Manny Pacquiao (izquierda) y Keith Thurman prometen una gran batalla en Las Vegas.
TÍTULO MUNDIAL DE PESO WELTER

Manny Pacquiao desea desafiar al tiempo, hoy ante Keith Thurman

Combaten en Las Vegas, por la corona de la Asociación. Hace un año, el filipino liquidó a Lucas Martín Matthysse.

Veinticuatro años después de subirse al cuadrilátero por primera vez, el filipino Manny Pacquiao intentará desafiar el paso del tiempo cuando se enfrente hoy en Las Vegas al estadounidense Keith Thurman, invicto campeón de los pesos wélter por la Asociación Mundial de Boxeo.
Pacquiao, de 40 años, se verá las caras en el MGM Grand contra el que será su mayor desafío desde su derrota en 2015 ante el legendario Floyd Mayweather en la denominada "Pelea del Siglo", siendo la velada televisada por ESPN y ESPN Play.
El filipino, que ha conseguido combinar exitosamente su carrera como político en su país con su regreso al ring al más alto nivel, ya que se mostró en gran forma el 15 de julio del año pasado, cuando noqueó a Lucas Martín Matthysse (en Malasia), y luego el 19 de enero de este año, cuando venció por decisión unánime al también norteamericano Adrien Broner.
 Sin embargo, el campeón en ocho divisiones diferentes se enfrenta ahora a un reto mucho mayor en Thurman, considerado uno de los pegadores más duros de los pesos wélter en la actualidad con 22 nocauts en sus 30 combates.
Thurman, quien a sus 30 años es una década más joven que su oponente, ve la pelea del sábado como una oportunidad única para construir su legado, alegando incluso que va a retirar al filipino definitivamente.
"Esta es una oportunidad única para destruir a una leyenda", declaró Thurman, situando a la vez a Pacquiao dentro del Panteón del boxeo junto a algunos de los más grandes de todos los tiempos.
"Es como si peleara con Sugar Ray Robinson o Roberto Durán. Es Manny Pacquiao. Es una sensación increíble y se va a sentir aún mejor cuando eleve mi puño al final de la noche", agregó.
   
“Nada personal"
Pero Pacquiao (siete derrotas, dos empates y 61 triunfos, 39 por nocáut, el último de ellos Lucas Martín Matthysse) no se amilana. Sabe cómo funciona el boxeo y reconoce que no tiene animosidad hacia su rival.
"Para mí no es nada personal. Nuestro trabajo es pelear.  Tiene algo que demostrar y yo también. Es fácil decir cosas pero no es tan fácil llevarlas a cabo en el ring", señaló el filipino.
Su preparación ha sido la misma de siempre.  Después de pasar la primera parte de su entrenamiento en su país, viajó a Los Ángeles para ejercitarse a las órdenes de su entrenador de toda la vida, Freddie Roach, en el Wild Card Gym de Hollywood.
Su técnico mantiene que el púgil no ha mostrado signo alguno de haber bajado el nivel y está confiado en que su velocidad y su movilidad causarán problemas a Thurman.
"Creo que intentará salir a por Manny e intentará demostrar que es más grande y más fuerte. Saldrá a por todas. Es un gran pegador pero el juego de pies de Manny debería permitirle alejarse de los problemas", dijo Roach.
"Me encantaría que colisionaran porque Manny lo batiría en cada puñetazo. Uno de ellos es rápido, el otro es lento. Thurman pega duro pero no tiene ninguna velocidad. No le veo capaz de acercarse a Manny", añadió.
A pesar de ello, Roach sabe que Pacquiao tendrá que demostrar su excelente forma bajo los intensos focos del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas. La historia del boxeo está llena de ejemplos de veteranos boxeadores que necesitaron de una pelea más para darse cuenta de que estaban acabados.
"Eso es cierto. Normalmente eso no se ve en el gimnasio, solo se ve en la pelea. Y soy muy consciente de ello. Si eso pasa seré el primero en detener la pelea si es necesario", apuntó Roach.
El entrenador, una de las figuras más importantes en la carrera del filipino, tenía un acuerdo verbal con Pacquiao: una vez creyera que era la hora de retirarse, este aceptaría su consejo y colgaría los guantes. Pero, ahora, el técnico no lo tiene tan claro.
"Tiene a demasiada gente alrededor que le diría que estoy mintiendo. Y puede que los escuchara. Hace tiempo hubiera dicho que nuestro acuerdo era sólido y que me escucharía. Hoy no lo tengo tan claro", subrayó Roach.
Los incentivos económicos podrían tentar a Pacquiao a seguir boxeando pase lo que pase hoy sábado. Y es que la pelea podría agregar unos 20 millones de dólares a una carrera que ya le ha dado alrededor de 200. Una lucrativa oferta para enfrentarse al británico Amir Khan en Arabia Saudí en noviembre está encima de la mesa, aunque el entorno del filipino niega que el contrato esté ya firmado.
Pacquiao, quien se retiró una primera vez en 2016 para regresar siete meses después, explica una y otra vez que peleará hasta que su cuerpo aguante.
"Boxear es mi pasión. Es realmente difícil parar y colgar los guantes cuando sabes que aún puedes dar pelea", reconoció antes del pesaje realizado ayer.