Los argentinos Lucas Martín Matthysse y Marcos Maidana, boxísticamente son verdaderas almas gemelas. Se enfrentaron cuatro veces en su etapa como aficionados, con dos victorias de Maidana, una de Matthysse y una restante finalizada en empate.
Debutaron profesionalmente el mismo año (2004), el mismo mes (junio), casi al mismo tiempo (día 6 uno y día 12 el otro, respectivamente) y en la misma división 140 libras. Maidana perdió su invicto en 2009 y Matthysse en 2010. Marcos Maidana se retiró del boxeo en 2014, tenía 31 años recién cumplidos. Lucas Matthysse –a sus 35 años- regresa a la acción el próximo 27 de enero.
A Maidana ni se le cruza por la cabeza regresar al boxeo, como el mismo ha insistido en reconocerlo. Sus metas en este deporte fueron cumplidas. Matthysse, sin embargo, no puede retirarse, sus metas no fueron alcanzadas.
Vencer a su próximo rival, el tailandés Tewa Kiram, y agenciarse el vacante cinturón welter de la AMB, parece ser el primer paso para llegar, sobre el final de su carrera, al destino que parecía marcado para ambos cuando iniciaron su camino por el ring y por la misma ruta: ser campeones, exitosos y convertirse en la nueva generación gloriosa del boxeo argentino.
Maidana se retiró luego de dos derrotas que le resolvieron el futuro económico y que – paradójicamente – glorificaron su carrera. Su fortuna fue ser el elegido de Floyd Mayweather para que fuera socio por dos veces de sus peleas de PPV contra rivales elegidos a dedo.
Matthysse no tuvo esa posibilidad y el destino transformó la misma ruta, en otro camino. Pedregoso y accidentado. Y esa es la principal curiosidad de estas dos almas gemelas del boxeo argentino. ¿Dónde falló uno y donde acertó el otro? La suerte parece ser el factor único que lo explicaría todo, pero no es tan así. Confrontando las estadísticas de sus carreras y quizás también las diferencias genéticas entre ambos, se podría llegar a una conclusión para el ilógico destino entre dos grandes figuras del boxeo tan cercanas como tan lejanas entre sí.
Devon Alexander, la bisagra estadística
Devon Alexander es un rival en común entre ambos y puede ser considerado el punto de desequilibrio, un parte aguas para las dos carreras. En el caso de Matthysse, esa historia empezó con su primera derrota, injusta derrota, ante Zab Judah el 6 de noviembre del 2010. El argentino cayó por decisión mayoritaria en una batalla donde la mayoría lo vimos vencer y que era el gran salto en su carrera.
Matthysse regresó en enero para vencer en una pelea de trámite a DeMarcus Corley, un oponente con nombre, pero que siempre lo fueron a buscar para este tipo de oportunidades: servir de rival accesible para figuras que necesitan recuperarse rápidamente. Matthysse lo venció y volvió rápidamente por recuperarse ante otro rival de primera línea, Devon Alexander. Otra vez la misma historia: decisión dividida y nueva derrota, esta vez en un combate más cerrado, aunque Alexander fue a la lona en el cuarto episodio.
A Matthysse le tocó nuevamente remarla de cero, empezando con un par de peleas de recuperación en Argentina, para ir ascendiendo el nivel de oposición. Fueron dos años para estar listo y buscar la gloria en el 2013 contra el campeón del momento: Danny García, monarca AMB-CMB de las 140. Fue historia conocida, fue dominado y derrotado con autoridad.
Matthysse, perdió mucho de su ánimo, otra vez a empezar de cero y otra vez remarla por dos años venciendo a rivales duros como John Molina Jr., Roberto Ortiz y Ruslan Provodnikov, hasta una nueva oportunidad de título en 2015 contra el monarca CMB, Viktor Postol. Perdió por TKO y hasta se dijo que estaba evaluando abandonar el boxeo.
Han pasado, nuevamente dos años. En ese lapso decidió subir a los welters, enfrentó a un débil Emmanuel Taylor al que mandó dos veces a la lona antes de vencerlo por TKO en el quinto asalto. Esa victoria le bastó para agenciarse el título intercontinental de la AMB y el internacional de la OMB.
Ahora, con el último aliento de su carrera, va por el título vacante AMB. Matthysse es favorito, aunque es difícil apostar con certeza a su victoria. Es una incógnita su enfoque, sus ganas y todo lo que pesa en su mochila mental tras las frustraciones, las injustas derrotas, las oportunidades pérdidas y las comparaciones inevitables con lo que el destino le deparó a Marcos Maidana.
Las diferencias de Marcos Maidana
Matthysse subió a los welters en 2017, luego de pelear toda su carrera en los súper ligeros. Maidana subió a los welters en febrero de 2011 y en su primera pelea en esa división perdió – precisamente – ante Devon Alexander. Era el auge de la “era Mayweather” y Maidana demostró esa noche ante un elusivo como Alexander que poseía todos los ingredientes para ser un rival ideal para la versión cirquera, comercial y de “cero riesgos” de Mayweather. Un boxeo explosivo, pero manejable. Un peso de welter, pero un tamaño de superligero que a más peso, mayor lentitud.
El paso del “Chino” fue un acierto. Se puso en la lista de aspirantes a ganar buen dinero contra el número uno. Entre 2012 y 2013, Maidana llenó el expediente con cuatro peleas electrizantes, gracias a su estilo y el de sus rivales, venciendo a Jesús Soto Karass, Martin Ángel Martínez, Josesito López y Adrien Bronner. En 2014, Floyd lo eligió como rival para sus dos peleas de mayo y septiembre. Un titular de la prensa argentina de la época sintetizaba la sensación reinante en el mundo del boxeo de ese país: “El Chino se ganó la lotería”.
El dinero que ganó en esas dos peleas no le hizo dudar en la próxima decisión: colgar los guantes. La decisión puede ser cuestionada desde lo deportivo por sus fanáticos, pero la misma se apega al sentido común y al derecho de un púgil que en el ring siempre se la jugó, fue el intercambio abierto, dando y recibiendo. Y este deporte, cuando se trata de la salud de cada boxeador, siempre los perjuicios es infinitamente mayores que los sufrimientos, especialmente en los fajadores como Maidana.
El éxito y el fracaso
La posibilidad de que Maidana y Mathhysse pelearan entre si en el campo profesional, fue siempre parte de los deseos del fanático. Pero eso nunca ocurrió, por más que el “Chino” alguna vez aceptó que si les daban una buena bolsa, esa batalla se podría dar. En realidad, no había animosidad o rivalidad entre ambos como para que descargaran sus furias en el ring. Hasta en eso la ruta de ambos pecó de injusta con la esencia de este deporte. No fue un error no enfrentarse, si pensamos que eso pudo torcer los dos destinos.
El éxito y el fracaso en este caso, parecen asociados directamente con la causalidad. Matthysse se mantuvo apegado a una división que no le fue afortunada y Maidana escapó de esa división en el momento correcto hacia una categoría (welter) que le fue afortunada. Sin duda, los tiempos de carrera jugaron a favor de uno y en contra del otro. En el caso de Maidana, pudo, por paradoja, favorecerlo el aspecto genético, ya le costaba cumplir con la balanza en 140 libras y subió en el momento exacto: lo esperaba Mayweather. Matthysse, se cansó de insistir en las 140 libras donde sufrió injustas y justas derrotas. Asciende en este 2017 y parece ya tarde. El 27 de enero, se juega el destino final y no tiene mañana: debe ganar como sea.
La suerte y la mala suerte lo fue todo para ambos. Tal es así que Marcos Maidana pese a las cinco derrotas en su palmarés, se mantiene en un escalón superior al de Lucas Matthysse con una carrera más larga, con mejores victorias y una derrota menos (4) que Maidana. Una eventual derrota el 27 de enero ante Tewa Kiram, lo emparejaría con Maidana en ese rubro y también podría significar el amargo final de su carrera para el apodado"La máquina".
En ese caso habrá en la ruta de ambos otra similitud. Sin embargo, Lucas Matthysse no merece ese destino. Iniciar este tramo con una victoria, no solo le otorgaría el título, también la última oportunidad de construir la verdadera historia, la que le negaron los jueces de sus derrotas ante Judah y Alexander.
Los welters han reunido en estos tiempos nuevamente una generación de grandes campeones. Allí esperamos ver a Matthysse avanzando en la ruta del “Chino” Maidana, para que al final la historia de estas dos almas gemelas del boxeo, sea una sola.
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