None
DUDAS Y CERTEZAS

La pelota está en el campo de Matthysse

Luego de derrotas duras o inesperadas, suele ocurrir que un boxeador y su entorno queden empantanados en más dudas que certezas. Probablemente no sea la excepción en Lucas Matthysse, tras perder por nocaut en el décimo round ante Viktor Postol, el pasado 3 de octubre en un repleto StubHub Center de Carson, California.
Ante el invicto ucraniano, Lucas hizo la peor pelea de su carrera y por ese motivo obtuvo el resultado más duro: su primer revés antes del límite.
Terminado el combate, hubo silencio y caras largas en el camarín, e inmediatamente Lucas caminó unos 20 pasos desde el vestidor hasta la zona de conferencia, donde lo esperaban un nutrido grupo de periodistas y el vicepresidente de Golden Boy Promotions, Eric Gómez, para hacer la traducción.
Increíble, pero así como la gente llegó al estadio para ver a Lucas y sólo unos 20 aficionados rodearon a Postol para festejar, la prensa apenas hizo algunas preguntas al ucraniano y esperaba a Matthysse para que les ayudara a saber por qué su actuación fue tan escuálida y su derrota tan dura. En esa rueda de prensa, el pegador patagónico fue más claro y contundente que en el ring minutos antes, y fundamentó su caída: “Me bloqueé, no me salió nada”, al tiempo que agregó que hubiese podido levantarse pero no lo hizo porque no veía y temía tener una lesión en el ojo, donde recibió la derecha definitiva del ahora campeón mundial superligero CMB.

¿Qué certezas hay tras la derrota?

* La pelota está en el campo de Lucas Matthysse. Será él y nadie más que él, quien decida qué quiere hacer con su futuro boxístico. En esa rueda de prensa en Carson respondió que todavía queda más Matthysse en el boxeo, aunque minutos después expresó que “si vuelvo a entrenar lo seguiré haciendo en Argentina”. Desde su familia ya dispararon públicamente algunas críticas. Por ejemplo su hermana Soledad, la campeona del mundo. También apareció algún comentario de su otro hermano-boxeador, Walter. Ocurre que la familia Matthysse es boxeo, y cuando comenta lo hace con un contenido afectivo y pugilístico. Lucas, si sigue en el boxeo, no dejará Junín. Allí se siente aislado, tranquilo, lejos de posibles interferencias. Muchas veces expresó: “Junín es mi lugar en el mundo, al menos mientras sea boxeador”.
* Si Matthysse decide continuar, no cambiará demasiado su rutina: nunca volverá a concentrar en los Estados Unidos. Entrenando en Argentina tuvo su noche gloriosa ante Lamont Peterson y veladas negras como frente Postol. Y la última vez que instaló su campamento en Norteamérica fue antes de enfrentar a Danny García. ¿Resultado? Dio el peso de manera ajustada y terminó perdiendo el combate.
* El promotor Mario Arano esperará a Lucas. Le dará el tiempo que necesite para que decida sobre lo que vendrá, si es que queda hilo en el carretel del boxeo para el patagónico. Difícilmente haga cambios en su equipo de trabajo: Luis “Cuty” Barrera nunca dejará de ser el jefe de entrenadores de la promotora Arano Box. Además, está conforme con su preparador físico Matías Erbín y con el aporte del ex triple campeón mundial Juan Martín “Látigo” Coggi.
* Lucas no dejará de ser un protegido de Golden Boy Promotions. La empresa con sede en Los Ángeles tiene en Arano a un hombre clave en Sudamérica y también de consulta permanente y confianza absoluta. Matthysse hizo su carrera en los Estados Unidos de la mano de Oscar de la Hoya. Mantiene un acuerdo y se cumplirá. Golden Boy tenía en Lucas a uno de sus pilares para el futuro, mucho más con una grilla de boxeadores pequeña, luego del éxodo de tantas figuras detrás de una billetera tan abultada como misteriosa de Al Haymon.
* La poderosa pantalla de HBO seguirá teniendo un lugar para que pelee Matthysse. Ocurre que, ganando o perdiendo, los combates del argentino casi siempre salen buenos.
* En la primera fila del ring side se encontraban De la Hoya, Bob Arum, Mauricio Sulaimán y Arano. Si ganaba Matthysse se anunciaba su choque ante Manny Pacquiao. Al menos por ahora no será posible.

Las dudas
* ¿ Qué hará Lucas ?. Tiene 33 años recién cumplidos. Le dijo a quien esto escribe, antes de la pelea, que seguirá combatiendo hasta que tenga ganas de entrenarse. Pero tras esas palabras pasó Postol. Matthysse no se levantó porque priorizó la persona al boxeador. Eso lo dejó claro él en la rueda de prensa.
¿ Seguirá ?. Nos da la sensación de que sí. Pero es sólo una percepción periodística.
* En el caso de que siga boxeando habría dos posibilidades:
1) Enfrentar directamente a un rival de primera línea, para tratar de cambiar el rumbo inmediatamente y dejar atrás su noche negra ante Postol. Sería lo más probable.
2) Invertir a lo largo de 2016 peleas ante rivales de menor calibre para volver a tomar confianza y llegar al 2017 por una nueva chance mundial.
En el caso de este último punto, una pregunta es saber si Matthysse está a tiempo para ´invertir´ un año más de espera”.

COMENTARIOS