MARIO RICO

El “Pelado”, ícono de la década del ´70.

Fue uno de los referentes de las selecciones de la Asociación de Básquetbol en la época que Junín era una cantera de jugadores que parecía inagotable. Estuvo 20 años a cargo de los Torneos Juveniles Bonaerenses.

Nací en el Barrio Belgrano, a dos cuadras del club San Martín. De chico veníamos con los pibes al club, saltábamos el tapialcito y a jugar. Vivíamos en el club. Aprendimos mirando a los grandes: Ochoa, De Rorre, así nos hicimos.
También jugué al fútbol. Fui arquero. Me fue a buscar al viejo Ateneo, Castro que era de Independiente. Llegué a jugar con Mariano Etcheto, Mano Sans, Peteca Molina, Navarro.
Pero el básquet pudo más. Ya a los quince estaba en la selección de Junín y jugué mi primer provincial en Mar del Plata. Estuve diez años seguidos con la selección de primera, pero nunca en la de juveniles. Cuando arranqué estaba Totón Conte, Hugo Violino y después con los Pagella, los Biurrun.
Cuando empecé a jugar en el club San Martín no teníamos técnico. Después con el tiempo vino el Lolo Etchevers.
En aquella época se llenaban las canchas. Hoy hablan de esta generación dorada, pero creo que hubo una época antes donde Bahía Blanca fue furor. Lamentablemente nos topamos con el bahie de Cabrera-Froet, De Lisazo y con todo lo que hicieron ellos. Siempre perdíamos con Bahía, pero nosotros tuvimos una generación espectacular. Fue distinta e incomparable. Un jugador que no se compara con nadie fue el Beto Cabrera que si hoy jugaría sería el mejor.
Acá venían los equipos de Buenos Aires a jugar. River, Lanús, Obras y le ganábamos siempre.
Los clásicos San Martín-Argentino, acá o allá, era impresionante. Las canchas de bote a bote.
Yo creo que con el tiempo se fue perdiendo el barrio, la mística. Hoy hay un par de padres en la cancha y  el resto está vacío.
Hoy un chico de 16-17 años no tiene ganas de estar dentro de un gimnasio. Hay una gran deserción deportiva a nivel general donde los dirigentes y entrenadores están desesperados por falta de chicos.
Igualmente en la actualidad uno ve basquetbolistas con condiciones que les está faltando que les enseñen alguna cosita como para terminar de pulirlo, fundamentos, técnica, pero no hay quien lo pueda cumplir. Por eso llegan dos o tres cada tanto.
Acá en Junín están en la panacea con dos equipos en la “A”, dos en el Federal y uno en el regional. No hay ciudad del interior con esta rica competencia. Pero todavía falta el compromiso de nosotros los técnicos hacia las divisiones formativas. Igual hay una falta de dirigentes considerable.
El básquet con el paso del tiempo no varió demasiado en cuanto al nivel reglamentario. Lo que sí veo es que la dinámica del juego es otra. Es más ágil. Yo miraba a Magic Johnson, Michael Jordan, Kobe Bryant y son los mismos fundamentos. Una faja, un cambio de dirección y a la canasta. Magic lo hacía a diez kilómetros por hora, Bryant o Ginóbili lo hacen a ochenta. Varió la capacidad física pero el fundamento es igual.
Antes hacíamos una cortina, un pick and roll y el jugador no pasaba ni por casualidad. Hoy pasan como pancho por su casa. Hoy los chicos juegan mucho a sistemas y tienen que pasar una pelota y no saben cómo hacerlo bien.
 
Jugadores altos

“Nosotros queremos competir con el mundo y no somos un país de gente alta. En Brasil son ciento cincuenta millones de habitantes. Acá cuarenta millones. Así todo es loable lo que se ha hecho. Igual nos va a costar mucho mantenerlo y ya se ha notado.
El básquet creció mucho en el mundo. Pero hoy a los clubes les cuesta mucho mantenerse y algunos pagan fortunas en medio de un país que no está dado para ello”.
 
Carrera

Yo me recibí de profesor de Educación Física en Lincoln. En 1973 trabajé en la colonia del Club Sarmiento y a las dos semanas me vinieron a buscar para ir a un equipo de fútbol de Intendente Alvear,  La Pampa. Después me casé en Ameghino, trabajé en básquet allí y sigo haciéndolo hoy en día en La Plata a pesar de estar jubilado hace dos años. Estoy trabajando con las divisiones formativas.
En Junín solamente trabajé en básquet en 1976. Tuve todas las categorías un año. Vinieron a buscarme de Platense para jugar y me fui con Canguro Ferrari. Me volví a lastimar la rodilla, volví a Ameghino  y en 1973 me fui a radicar en La Plata.
Trabajé en la Dirección de Deportes de la Provincia hasta que me jubilé- Coordiné toda la etapa de Juegos Bonaerenses durante 20 años. Hasta el año pasado fui vicepresidente de la Asociación de Técnicos de Básquet de la República Argentina, cuyo presidente es Horacio Seguí y yo sigo como vocal titular.
 
Los Bonaerenses

“Es un tema para largo. Una locura. En 1999 hubo 42.000 personas en Mar del Plata y salió todo aceitado. Había plata en ese entonces, pero había que coordinarlo y hacerlo bien.
Hoy los Municipios de Buenos Aires han crecido con Direcciones de Deportes avanzadas gracias a los Torneos Juveniles Bonaerenses. Los chicos esperaban la posibilidad de ir a los Juegos. Doy fe que fue así en todos los deportes. Estábamos bajo el mando del Mayor Groupierre un grupo de profesores que entre todos se pudo moldear esto que fue una locura.
Como todas las cosas el dinero fue un problema con el paso del tiempo y en el 2000 con la crisis se terminó. Ahora se hace pero nada que ver como era antes”.
 
Brillo Mundial

“Creo que van a pasar generaciones para ver a Argentina nuevamente campeón mundial de básquetbol.
Si logra mantenerse entre los mejores  diez países del mundo ya es un éxito. Por el material humano que tenemos en nuestro país donde somos cuarenta millones. Estamos peleando con potencias como Estados Unidos, Alemania, España, Brasil, Rusia. Y menos mal que dividieron a la Yugoslavia en 20 pedacitos. Aun así  algunos pequeños países son potencia.
Tenemos que dar gracias que jugamos contra Brasil y ganamos o perdemos pero estamos ahí. Eso se debe a que el jugador argentino todavía tiene ese talento, amor propio y ganas.
No estamos organizados como país en una política deportiva seria. No solo con el básquet, sino en todos los deportes. Hay lugares del país donde no se explota el potencial humano de los chicos. Conozco mucho la provincia y hay talentos que pasan de largo. Pero también se debe a la falta de dirigentes”.