BÁSQUET

Santiago Bornic: “Tucho”

A los 31, encontró su esplendor basquetbolístico y disfruta jugando en Los Indios, siendo el goleador y referente del equipo. Varias veces campeón local y también figura en Temperley de Rosario.

Nací en Junín el 14 de abril de 1993 en el barrio 9 de Julio. Me crie en la casa de mis abuelos hasta los siete años, en medio de la plaza de las naranjas donde jugábamos todos los días con los chicos.

Fui al Marianista y, los últimos siete años, al Padre Respuela. Tuve como compañeros a José Luchini, más que un primo, un amigo, y con quien hice todas las inferiores en el básquet de 9 de Julio. Además estaban en el grupo Mauro Lezcano, Ignacio Francescutti, Guido Italiano, una banda.

En la escuela se jugaba mucho al fútbol como deporte principal y algo de básquet también se hacía.

Yo hice fútbol y básquet hasta los 12-13 años, cuando tuve que decidir  y me incliné por el básquet. 
Al fútbol jugaba en La Loba, un club hermoso que inclusive lo tenía a mano de la cancha del “9”. Entonces terminaba un sábado de jugar al básquet y me iba para la cancha de fútbol a seguir jugando.

De chico me inicié en básquetbol en el club Argentino y, como había mucha cantidad de chicos y a su vez yo vivía a la vuelta del club 9 de Julio, me vine para el Obelisco. Acá hice hasta Juveniles.

En Argentino estaban el Colo Huarte, el Coqui Ferrara y el Rauli Azpelicueta.

En 9 de Julio estaba el Ovi González, el Pili Puricelli, con quien se formó una camada hermosa; y luego Esteban Cattelani, Jorge Epifanio, Ricardo Lorio. Todos muy buenos entrenadores. Yo siempre fui alero, tirador, nunca tuve vergüenza. 

Empecé siendo campeón en Mini con el “9”; luego hicimos una gran campaña con los U15, pero no pudimos lograr el título.

Cuando me fui a Argentino, ahí sí salí campeón de todo. Lo teníamos de técnico a Diego Camún y formamos un equipazo con Andrés Miguel, Gonzalo Rosset, Mauro Araujo, Joaco Gamazo, los reclutados como Mariano Solé, Sebastián Andollo, Tomy Martino. Ganamos los títulos en U17, U19 y Primera.

Antes llegar a Primera era difícil. Hoy se llega bastante rápido. Me hizo debutar Esteban Cattelani siendo U15 en 9 de Julio. Fue una experiencia hermosa, en semifinales de Primera.

Después en Argentino ya jugábamos siempre en Primera  porque le daban mucho más rodaje a los chicos en ese momento.

Me fue muy bien en Argentino. Siempre me quedó la espina de haber podido participar profesionalmente, pero no me arrepiento de todo lo que pasó y siempre disfruté el básquet de esta manera. Yo soy hincha de Argentino y lo disfruté mucho.

Me fui cuatro años a jugar a Rosario. Salí campeón con Temperley, goleador del torneo, un club muy pasional, de barrio, con una experiencia hermosa. Siempre recuerdo al club con mucho cariño porque me trataron bárbaro y pasé cuatro temporadas geniales. Nos tocó descender y luego ascendimos de manera invicta.

Me volví a 9 de Julio, hicimos el Prefederal que el club hacía tiempo no lo jugaba y salimos campeones después de 44 años.

El año pasado me fui un semestre a El Linqueño para jugar también la etapa Prefederal de clubes de básquet.

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Y llegué a Los Indios el año pasado, y desde principios de este año venimos peleando todo. La verdad que Maxi y Juani con todo el cuerpo técnico son amigos y es lo que se disfruta más allá de jugar.

Ganamos otro punto de visitante. Queríamos recuperar el partido que caímos ante Colón de Chivilcoy, que no merecíamos perderlo,  aunque tampoco hicimos lo mejor para ganarlo.

Recuperamos un partido importantísimo y le  sacamos el invicto a Argentino en Pergamino, más allá de que esto es anecdótico.

Volvimos a la punta del campeonato. Hay que aprovechar la localía que el año pasado la tuvimos muy fuerte y en lo que va de la temporada no la pudimos aprovechar contra Colón.

El mensaje es para la gente del club: que nos siga acompañando, porque el campeonato recién empieza.<