La Argentina había llegado a la pelea por las medallas de manera invicta, pero las chances de subirse al podio se esfumaron con dos derrotas en fila. El primer puñal fue de República Checa, con una derrota contundente (85-68). Entonces, conseguir el bronce quedó en manos de una hazaña, que no pudo ser. Argentina se terminó despidiendo luego de un gran torneo con un 102-91 en contra de Estados Unidos.
Un magnífico cuarto puesto que se cerró en un juego que tuvo como principal espada a Facundo Corvalán, que terminó con 24 puntos a favor y 5 rebotes. Seguido a él, estuvo Mateo Chiarini con 20 puntos.
El primer cuarto fue tremendo para la albiceleste con un parcial de 30-29. Un rendimiento que se mantuvo en el segundo cuarto, terminando abajo apenas por 58-59. El tercer cuarto encaminó los festejos estadounidenses sacando ventaja de 9, que ya no podría ser remontada, para cerrar el juego en 102-91.
La actuación de los otros dos juninenses: Enzo Filippetti metió 6 goles (y 4 rebotes) y Manuel Lambrisca 4.
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