Nací hace 29 años en la ciudad de Chattanooga que corresponde al estado Tennessee, y para explicarlo bien es la sede del Condado de Hamilton. Está pegada al estado de Giorgia. Es una ciudad intermedia, no muy grande, al sur de los Estados Unidos.
Empecé a jugar al básquet con mi padre y en la escuela. Él no jugaba a este deporte de manera profesional, pero si en los clubes del barrio y era muy popular.
Nuestra familia era de clase media con algunas dificultades como en todos lados. La situación económica siempre era uno de los problemas, pero siempre salimos adelante.
Para mi el básquet fue una salida importante.
Yo di mis primeros pasos basquetbolísticos en la NCAA (A&T Aggies). Y como andaba muy bien, enseguida me comenzaron a ofrecer becas de distintas universidades del país y del norte.
Por eso me fui a estudiar a Canadá y me gradué en la Universidad de Alberta, que queda en la ciudad de Edmontón. Ahí me fue bárbaro porque me condecoraron como el jugador más valioso de la universidad (MVP) ya que logramos ganar el campeonato que estaba en disputa. Hice una gran campaña.
Tuve la oportunidad de volar a Europa, de irme a Alemania y no lo dudé un instante. Me fui a jugar al club Uni Baskets Paderborn, que es un equipo que milita en la segunda categoría de ese país.
Creo que fue una experiencia mala para mi carrera donde no me sentí muy cómodo. El rendimiento que tuve no fue muy bueno. Rescato de este viaje que pasé a ser un jugador profesional y eso me dio las fuerzas necesarias para seguir adelante jugando al básquetbol.
Me dio la oportunidad de ser visto por otros países, por ejemplo de España que me contrató para que vaya a jugar.
Club Santo Domingo Betanzos se interesó para que integre su equipo de la Liga EBA. Es la cuarta categoría de España. Está situada en La Coruña, Galicia.
Me fue muy bien ahí porque pude desplegar mi juego y mostrar todo lo que podía hacer dentro de una cancha de básquetbol.
Luego tuve un paso rápido por China. Me llevaron para jugar el básquet 3x3 con el Team Calgary. Me fue muy bien. Este tipo de juegos te da la posibilidad de aprender y profundizar el juego del uno contra uno, jugar de espaldas a la canasta y de frente mucho tiempo. El jugador aprende y avanza mucho jugando con este sistema implementado en todo el mundo.
De ahí vine directo a la Argentina. Llegué a fines del año 2019 a la ciudad de Rosario.
Me contrataron del club Sportivo América, para jugar en La Liga Argentina y me fue muy bien.
Después me llevaron a Hispano Americano de Río Gallegos en el pasado campeonato donde también hice una buena campaña. Era mi meta jugar acá en la Liga Nacional de Básquetbol.
De ahí directo a Argentino de Junín. Estoy muy cómodo en este club, me tratan muy bien, los compañeros del equipo me apoyan y me hacen sentir como que estoy en casa.
Vine acá a entregar mi corazón y voy a poner todo para que el club se quede en primera, porque creen en mí.
El equipo está jugando mucho mejor que al principio.
Estuvimos a punto de traernos el juego desde Rio Gallegos y no se pudo. Hicimos un gran esfuerzo y merecimos ganar.
Después tuvimos el premio en Buenos Aires (contra Obras) donde después de jugar un tiempo suplementario y con dos viajes en avión pudimos sacar lo mejor de nosotros para obtener un triunfo importante.
Lamentablemente no se nos pudo dar de ganar el juego contra Regatas. Es un equipo importante con grandes jugadores.
Pero todavía falta en el campeonato y nosotros podemos porque jugamos en nuestra casa. Necesitamos el apoyo de la gente. Creo que podemos lograrlo.
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