BÁSQUET

Adrián Capelli: El entrenador juninense bicampeón en Uruguay

Al frente de Aguada logró este año el segundo título consecutivo, muy festejado en el país limítrofe.

Luego de finalizar una muy linda temporada en Argentino (año  2014) y tras analizar propuestas nuevas, decidí tomar un descanso necesario luego de tantas ausencias, para compartir en familia. En esos días los directivos de FUBB (Federación Uruguaya de Básquetbol), se contactan conmigo haciéndome saber que querían que fuera el Entrenador Jefe del Seleccionado Uruguayo de Básquetbol. Obviamente la propuesta fue sumamente seductora (a qué entrenador no le gustaría tomar semejante desafío) y a la vez sentir orgullo y compromiso extremo para desarrollar tamaña tarea.

A partir de allí me fui a Montevideo donde estuve abocado en una primera competencia que fue el Campeonato Sudamericano realizado en Venezuela. Una experiencia inexplicable y un compromiso gigante. Amalgamar mis conocimientos tácticos con la experiencia de tremendos jugadores a nivel Internacional, pero sobre todo, conformar un grupo humano dispuesto a dejar el alma en cada partido. Así fue y realmente me sentí como un uruguayo más.

Luego de esa competencia se renovó mi vínculo nuevamente con la FUBB, cuyo objetivo era el Campeonato Pre-Olímpico a realizarse en México.  Durante esa prórroga se me presenta la posibilidad de dirigir al Club Atenas (de Uruguay). Así lo hice y una vez finalizado el torneo con dicho club en la LUB, asumí full time mi tarea de Head Coach de la Selección hasta la culminación del preolímpico en México.

Así empezó mi paso por el hermano país, donde realmente me han tratado como uno más. He cosechado muchas amistades y he aprendido mucho en lo personal como en lo profesional. Mis colegas uruguayos, directivos, jugadores y la gente en general me ha respetado y me han dado esa confianza que te hace sentir cómodo. Sin dudas, Uruguay mi segundo hogar.

Montevideo es una ciudad muy linda, muy acogedora. Caminar por la rambla, disfrutando la vista del río y sus atardeceres, son mi cable a tierra cuando estoy allí. Disfruto mucho de esos momentos porque parecen conectarme con lo simple y mi vida espiritual. Después mis días pasan el 100% abocado a mi trabajo, la competencia y conectado, gracias a la tecnología, con mi familia. Vivir en Uruguay es muy tranquilo, similar a mi ciudad, pero a la vez muy distinto, una mística rara que me hace sentir muy cómodo.

Luego de allí seguí mi paso por Boca Juniors, Atenas de Córdoba, Hispano Americano de Río Gallegos, Olímpico de La Banda (Santiago del Estero). Así puede definirse la vida de un entrenador de básquet de muestra Liga Nacional. Me siento afortunado porque clubes con tamaña trayectoria y prestigio han depositado su confianza en mi trabajo y persona. Es de esos sentimientos, que cuando te detenés y mirás hacia atrás, podes decir que lo hecho ha sido acertado, pero mi mayor evaluación pasa por lo que uno se lleva o deja como ser humano. El respeto, el reconocimiento, la amistad de la gente y que más allá de los resultados deportivos te valorizan como persona. El resto es parte de lo que significa el deporte como profesión, el juego de la oferta y la demanda, lo que tomamos o dejamos, el destino mismo. Por eso no considero un sinsabor lo sucedido con Olímpico, por lo contrario, coseché muchos amigos allá y sé el respeto mutuo que tenemos con los directivos de la Institución, de hecho en muchas oportunidades hemos estado en contacto.

El elegir ser entrenador también es tener en claro que estás inmerso en una realidad en la que influyen muchos factores, es un trabajo, no es personal.
También el posicionarte en ésta profesión te lleva a otros ámbitos no solo el rectángulo de juego como ser disertante en Clínicas de perfeccionamiento Internacional, Cursos de nivelación destinados a colegas, Campus Nacionales e Internacionales (Uruguay, Italia). Si bien no es uno de mis fuertes la oratoria, me gusta transmitir y ejecutar todo lo que sé y aprendí a lo largo de los años, contribuir con mi pequeño granito de arena, generar debate y vínculos que nos permitan seguir creciendo.

Aguada es el motivo de mi regreso como entrenador a la Liga Uruguaya de Básquetbol.

Un gran desafío y una gran recompensa. Sin dudas es uno de los clubes más emblemáticos e históricos en la LUB por su trayectoria y por su gente. No dudé en aceptar el desafío.

Grupo superlativo de jugadores profesionales nacionales y extranjeros defendiendo el título de Campeones; Pandemia COVID-19 y sus consecuencias; duros meses de entrenamientos atípicos; interrupciones; contagios; aislamientos. Pero el trabajo, esfuerzo y compromiso de todos hizo que el 26/2/21 nos consagremos Bi Campeones de la LUB obteniendo la décima estrella para el Club.

Fue impresionante vivir ese momento, tanta incertidumbre, mucho tiempo sin los afectos, un mundo de adversidades y de repente ahí: el objetivo logrado, la alegría de todos, de la gente, del hincha que a pesar de la Pandemia festejando dentro de tantas restricciones. Jamás podré olvidar esa noche. Un Campeonato en otro país, sin mi familia pero con el abrazo, el calor de la gente con su energía.

Sigo mucho la LNB. Hay grandes equipos, grandes entrenadores, es dura, con la singularidad de una competencia federal con clubes muy poderosos y otros no tanto. Eso es lo que pesa a último momento, pero en el mientras tanto es muy entretenida y siempre aparece una revelación inesperada.

Hoy la LNB permite que muchos chicos puedan mostrarse y hacerse desde sus comienzos con miras al profesionalismo, la prueba está en la representación Argentina de hoy en NBA y Europa.

San Lorenzo es un club que desde el principio supo cuales eran sus objetivos, trabajó en base a ello y a la vista están los resultados.

Argentino es un club como tantos de la liga sin potencial económico, pero con un sello especial, personal, aguerrido y de lucha que potencia a quienes forman parte de su mundo, logrando encontrar un lugar y un nombre en la competencia. Fui parte de ese mundo y esa mística conjunta de directivos, hinchas, pulmón es la magia que los impulsa a seguir.

Junín se transformó en una Ciudad donde se respira básquet y eso sin dudas es bueno para todos.

Mientras tanto yo, hoy estoy de regreso después de 9 meses para respirar de ese aire, disfrutar de mi ciudad, de mi familia y amigos.

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