Gladiador Romano
Así definió el periodista Matías Baldo al jugador juninense Nicolás Romano, tras la resonante victoria de San Lorenzo sobre San Martín de Corrientes.
En la actuación de Nicolás Romano, el máximo anotador de San Lorenzo en su triunfo frente a San Martín para igualar la serie de semifinales y esquivar la eliminación, se sintetiza un concepto colectivo: el tetracampeón está dispuesto a todo para defender su corona. Su reacción tras la sorprendente derrota inicial es una cabal demostración de que, más allá de figuras y jerarquía, en Boedo sobra hambre de gloria. No hay empacho después de cuatro campeonatos ni relajación después de tantos logros.
Si San Martín está en las semifinales es gracias a su defensa. El entramado diseñado por Diego Vadell registró la mejor marca de la campaña regular al permitir apenas 71.7 unidades por juego. San Lorenzo, el mejor ataque con 83.8 puntos y un insondable repertorio ofensivo, había sido maniatado ante la intensidad del elenco correntino durante el primer cruce. En la producción de José Vildoza, sumido en una guerra personal con Jonathan Machuca, se traduce el impacto de la mayor virtud de Sanma: encestó apenas cinco de sus veinte intentos de cancha y aportó 15 puntos entre ambos cotejos.
Ante la imposibilidad de contar con Vildoza en su habitual modo MVP, San Lorenzo repartió su goleo pero, principalmente, se ajustó el cinturón y decidió embarrarse para sacar adelante las semifinales. Con un ataque que recién proliferó en el tercer cuarto del segundo partido, el elenco de Santander frustró a su oponente a partir de su incesante energía y alcanzó su punto cúlmine en un tercer cuarto en el que San Martín apenas anotó nueve puntos. El mensaje de su entrenador fue evidente incluso durante un tiempo muerto: "Estamos bien, tenemos el bloque defensivo, ellos están incómodos, nosotros estamos haciendo un buen trabajo ahí, estamos haciendo. Ya vamos a tener la racha de once o diez seguidos, ya lo hicieron muchas veces, eso viene solo".
Romano fue su estandarte en ambos costados de la cancha. Autor de 20 puntos, también capturó siete rebotes y fue uno de los pilares del sistema, sin fisuras ni grietas, edificado por Silvio Santander. Fue una de las piezas determinantes para domar a Javier Saiz, la gran figura del primer cruce que apenas aportó 11 puntos. San Lorenzo ejerció un switch constante en defensa y limitó al máximo la comodidad ofensiva de San Martín: la formación de Vadell terminó apenas con un 33% de cancha y un raquítico 15% de tres puntos con cuatro aciertos en 26 intentos.
San Martín, el único de los cuatro semifinalistas que llegó desde la Reclasificación, también entregó señales de su desgaste. La acumulación de partidos empieza a ser evidente después de una temporada sumamente exigente a la que le sumó otros seis desafíos entre los tres juegos frente a Platense y los tres -con overtime incluido- del clásico correntino frente a Regatas. El partido del domingo será el noveno de Sanma en los actuales playoffs de la Liga Nacional. El escenario es aún más crítico para un equipo de rotación limitada que enfrenta al plantel más profundo del básquet nacional.
San Lorenzo fue contundente en ambos costados de la cancha y le demostró a San Martín que, llamado a fajarse, también puede ponerse el overol y sacar a relucir su solidaridad, entrega y corazón para adentrarse en la batalla con la garantía de que en ataque siempre encontrará soluciones. Con diez anotadores y cinco de ellos por encima de los nueve puntos, Nicolás Romano enarboló la bandera azulgrana pero Vadell y sus dirigidos bien saben que otro podría tomar la posta el domingo.