Maximiliano Moreno: Un juninense que triunfa en Italia
BÁSQUET

Maximiliano Moreno: Un juninense que triunfa en Italia

Empezó a jugar en Sarmiento, de la mano de Adrián Capelli, pero se desarrolló en Ciclista Juninense que fue el trampolín para irse al viejo continente.

Nací en Junín, en el barrio era donde estaba la pileta del club Ambos Mundos.

El barrio me lo recuerdo muy humilde, de gente trabajadora, pero muy unidos.

La primera escuela fue la San José, estaba a la vuelta de casa. Como compañeros me acuerdo de una chica que parecíamos hermanos, Agustina. Lamentablemente falleció hace unos años, pero tengo un hermoso recuerdo de ella porque después elegimos otras escuelas, pero nunca dejamos de vernos. Agustina Pacchioni.

El secundario lo empecé en la escuela Industrial, pero lamentablemente por la elección del básquet pude hacer dos años y cambié al nacional pero no me gustó. Me pasé a la Manuel Dorrego, recuerdos hermosos, compañeros amigos hermanos del alma como Javier Spadano, Mariano Antoneda, Miguel Ciruli.

Siempre jugué al básquet. El único recuerdo que tengo desde muy chico es que yo quería hacerlo. Cuando tenía 3 años vi jugar a Tatote Pagella que vino al club Ciclista con River Plate, y desde allí recuerdo solo querer jugar.

Empecé en Sarmiento. Mi primer entrenador fue Adrián Capelli. Compañeros de Sarmiento recuerdo Maxi Casco, un fenómeno.

El basquet para mi significaba, significa y significará la gran pasión y amor por este deporte. Es complejo, es un deporte de equipo donde la individualidad de un jugador puede hacerte ganar o perder un partido.

Siempre estuve en las selecciones, pero realmente nunca jugué,  nunca fui protagonista, siempre entre los doce pero con muy pocos minutos.
En infantiles con Villa Belgrano fue el primer torneo local que gané.

A los 15 años me fui a Bragado, en 1997, a jugar liga de juveniles  y siendo cadete todavía.

Y mi primera competencia oficial fue ese torneo de infantiles con Villa, antes preinfantiles era minibasquet.
Profesionalmente empecé ese mismo año, 1997. En el mes de julio me llamó Quilmes de Mar del Plata, pero nunca jugué. Fuí al banco 10 partidos pero nunca entré, solo en los amistosos.

En 1998 vuelvo a Junín, al club Ciclista, donde debuté en el primer partido contra Lanús, que ganamos con un tiro libre mío en los últimos segundos.

De la era Volpi (3 años con él) recuerdo mucho trabajo, mucho entrenamiento. Eternamente agradecido de la ética al trabajo que me enseñaron Volpi, Alsina y Mario Andrade. Me hubiera gustado si como era el que más trabajaba de todos, haber tenido más posibilidades de jugar, pero a lo mejor no estaba preparado para ellos en ese momento.

Me fui de Argentina en junio del 2003. Fue todo muy lindo, era lo que deseaba y llegué a Domodossola que está a 15 minutos de Suiza. Mucho frío, mucha montaña, pero hermosa ciudad.

La comuna era chiquita, de unos 15 mil habitantes, pero muy linda, muy limpia, todo muy ordenado y un respeto por todo que para mí era realmente extraño. Los autos que se paraban para que cruce el peatón, nadie y digo nadie, tira un papel a la calle, un amor por su ciudad increíble.

El cambio, la verdad, que lo viví muy bien, y cada vez me gustaba más conocer y aprender de la cultura Italiana. Me acostumbré muy rápido a respetar las reglas por que me gustaba vivir así ordenado y respetar la sociedad y las ciudades donde pasé.

El primer año comencé con algunas lesiones y problemas porque el básquet cambia un poco y no le encontraba la vuelta. Pero después del mes de enero hice un click y terminé siendo elegido mejor base del torneo, campeón y goleador de los play off.

Luego pase a Poggio Rusco, pueblo de 5000 habitantes. Era increíble, como vivir en familia, nos conocíamos todos. Allí estuve dos años, el primero fue más o menos, el equipo muy era joven. El segundo con dos fichajes buenos y el mismo equipo del año anterior fue espectacular. Allí empecé a entender muchas cosas en la cancha, salí goleador y campeón.

Luego pasé a Bancole. Jugué solo 5 meses. Pasé por España Mazzaron liga Eba. Y en el 2009-2010 Sarzana en Liguria Italia, lugar hermoso de mar y montañas, uno de los lugares más lindos que he visto. Perdemos los dos años la final y salí goleador los dos años.

Volví a Bancole 2011, 2012, 2012, 2013. En el primer campeonato me desgarré y perdí 15 partidos. Terminamos octavos. El segundo fue el mejor año en Italia. Promedié 29 puntos por partido, hice más de una vez 40 goles y salimos campeones.

Entre el 2013/2014 me fui al Manerbio, serie D, con un equipo mediocre. Fui campeón, goleador y mejor jugador. Promedié 42 puntos y 49 puntos en la final. Allí conocí a  Annalisa, mi actual compañera y la mamá de mi hijo Pietro.

En la 2014/2015 jugué la C con Manerbio y de nuevo fui campeón y goleador del torneo. En la 2015 /2016 jugué la nacional y perdimos la final. Fui goleador y mejor asistente del torneo. En la 2016/2017 fui campeón con la Juvi Cremona. En la 2017/2018 fuí goleador. En la 2018 /2019 me fui a JBC Curtatone. Perdimos la final y salí goleador. En la 2019 /2020, también salí, campeón y goleador. 

Este año se terminó todo abruptamente. Estaba primero como goleador, 23 puntos, y con el equipo JBC estabamos sextos.

Luego elegí hacer un cambio en mi vida. Decidí pasar a trabajar como primer asistente en la liga B, tercera categoría en Italia, en el equipo de Juvi Cremona donde gané dos campeonatos, y para no dejar de jugar culpa de un pandemia, me fui a Manerbio en la C silver. Lo que resta del año va a ser complicado porque me toca estudiar y correr de una cancha a la otra, pero bueno creo que es lindo terminar con una cosas y empezar con la otra.

Mi futuro es el de ser entrenador. Ya voy para los 39 en diciembre, aunque quiero jugar porque no me gustaría que se termine mi carrera por una pandemia. Quiero terminar jugando el último partido en la cancha para finalizar mi carrera como jugador. Con esta posibilidad que me da la Juvi Cremona voy a dar mis primeros pasos. La B en Italia es un nivel muy alto, el primer nivel nacional porque se juega solo con italianos.

Decir que el mejor basquetbolista de todos los tiempos en Argentina es Ginóbili, sería muy fácil. Pero Scola, Nocioni, Milanesio, Pichi Campana, Espil, Chuny Merlo, nacieron de una generación de talentos.

Yo jugué con Chuny y, la verdad que a mi, estar al lado de él me dio la posibilidad de crecer muchísimo. El hacía cosas que solo se veían en Euroliga o NBA. Si hubiera tenido la posibilidad de entrenarse como Scola, Nocioni y otros que vinieron después, hubiese sido otro de esa camada. Tremendo tirador, gran pasador, jugaba al poste bajo, inteligente, salía de las cortinas, jugaba el pick and roll. Estaba dos segundos adelantado de los demás. Me quedo con el Chuny, como el mejor de todos los tiempos.

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