El juninense Facundo Corvalán, de 21 años, fue el primer basquetbolista infectado de coronavirus y pasó 20 días internado en el Hospital Piñeyro, poco después de llegar de España, donde estaba jugando.
Por estos días se encuentra en Bahía Blanca acompañando a su novia Victoria Viñuela, y allí fue entrevistado por el medio "La Nueva". A continuación, la charla en la que recuerda sus días de internación, los momentos más duros, el alta y la confirmación de que donará plasma al hospital de Bahía.
- Ya estás inmunizado. ¡Sos un privilegiado!
- La verdad que todavía nadie me confirmó que no pueda volver a contagiarme, pero sé que tengo menos probabilidades, porque ya generé anticuerpos.
- ¿Ya te ofreciste como donante?
- Sí, envié a varios centros y laboratorios, pero recibí pocas respuestas. Por eso, considerando que en Junín no hay máquina para extraer plasma, consideré que Bahía era una buena alternativa; mandé un mail al (Hospital) Penna y ya me llamaron. Estoy con ganas de donar y es una de las intenciones por las que viajé. Ya se comprobó que el plasma de un donante ayuda a nueve personas. ¡Es un montón! En estos días tengo que hacerme los estudios para evaluar si puedo ser donante, porque es una extracción de una hora y media y tienen que ver el tamaño de las venas.
- Desde que volviste a entrenar, ¿sentiste limitaciones físicas?
- No, ya me encuentro muy bien, pudiendo hacer todo. En un momento se comentó que podría tener falta de aire, pero todo lo contrario. Después de una semana recuperé lo perdido. Y eso que antes de estar internado, las últimas dos semanas en España estuve parado, porque había sufrido un golpe en la cabeza.
- ¿Qué es lo que más perdiste desde lo físico?
- Lo aeróbico, más que nada por entrenar en espacios reducidos. Pero de masa muscular estoy muy bien y sigo tratando de alimentarme bien.
- Viviste un tiempo con el temor de contagiar y hoy tenés la posibilidad de ayudar.
- Sin dudas. Estar en el ojo de la tormenta no fue fácil. Hubo gente, aunque poca, que me criticó. Los que me conocen saben que en ningún momento quise hacer daño a nadie. En todo momento estuve muy apoyado por mi familia, mi novia y su familia, más el mundo del básquet. En cierto punto valoraban que era yo quien quería cuidar al resto.
- ¿De qué manera conviviste con la incertidumbre de una enfermedad nueva?
- Si bien no lo sufrí demasiado, el desconocimiento de la enfermedad me afectaba. El lado deportivo me sirvió para mantenerme positivo y en movimiento. Me acuerdo que agarraba una mesita de luz para hacer algunas sentadillas. Fueron 20 días en una habitación de hospital público.
- ¿Dudaste en algún momento de tu futuro deportivo?
- La verdad que no llegué a dudar de que me quedara alguna secuela. Me dio mucha tranquilidad el personal médico. Me sentía uno más. Estuvieron acompañándome, sabiendo que era el primer caso. Era prueba y error. Gracias a Dios ninguno se contagió. Hicieron muy bien las cosas.
- ¿Cuál es tu futuro basquetbolístico?
- Mi club (Real Canoe) se adhirió a lo que sería un despido temporal. Y no se sabe si se volverá a jugar con los cuatro que estaban arriba, por lo que para nosotros se terminó la temporada. Estoy a la espera de que se mueva el mercado.
- ¿Tu sueño es dar el salto a la Liga Endesa?
- Sí. Es mi deseo, más allá de seguir creciendo. Ojalá se me dé la próxima temporada. De todas maneras, si tengo que jugar otra temporada en la LEB Oro no estaría mal. Me gustó la competición y me sentí muy cómodo.
Facundo Corvalán se recuperó e integra el grupo de privilegiados que puede ayudar a que se curen los infectados. Definitivamente, volvió a estar en carrera.
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