Manu Ginóbili estuvo en el programa Unidos por Argentina y analizó el momento que acecha al mundo por la pandemia del Coronavirus. "Estamos todos aprendiendo en esto. Se nos achicó la visión a futuro a dos semanas, pero no sabemos qué puede llegar a pasar de acá a un año. Ojalá que todo esto nos convierta en un gran equipo y no en un sálvese quien pueda", comentó el zurdo.
Junto con ello, el exjugador de la NBA y el seleccionado argentino rescató que "a nivel económico vamos a estar mal por un tiempo, pero lo primero es la salud". "El mundo entero está tratando de buscar soluciones, pero todo es una incógnita", exclamó. Además, Ginóbili destacó: "Es normal que la gente tenga nervios y esté con muchas dudas".
"No aparezcas por San Antonio sin la medalla de oro"
Eso le dijo Gregg Popovich a Ginóbili tras la resonante victoria sobre EE.UU. Un día después Ginóbili salió campeón con Argentina.
Lo que hizo Argentina ese 27 de agosto de 2004 fue histórico. No fue el primer triunfo ante ellos, pero sí el más contundente. El rival era Estados Unidos y aquel día en Grecia la cosa fue despótica. Actitud, inteligencia, planeamiento y ejecución perfecta, como si fueran pantallas manejadas por simples teclas de una computadora. La victoria fue por 89-81 y el juego tuvo de todo. Estrellas como Allen Iverson y Tim Duncan, entrenadores de la magnitud de Gregg Popovich y Larry Brown y una cancha que se venía abajo.
Argentina también tenía su parte: Rubén Magnano en el banco, Manu Ginóbili y compañía en la cancha. Defensa, mucha defensa y acciones como flex que rompieron por la mitad el esquema de los yanquis. Los celestes ya les habían ganado hace dos años en Indianápolis y quisieron demostrar que nada fue casualidad.
Ginóbili fue la estrella máxima de Argentina y aquella noche mostró su versión más exquisita. Anotó 29 puntos que significaron un récord por ser la mayor cantidad de puntos convertidos por un argentino en un partido de los Juegos Olímpicos. Todo lo hizo frente a Popovich, que en ese torneo fue asistente de Larry Brown.
La victoria, merecida, se festejó como un campeonato. Abrazos, risas y Magnano corriendo como si estuviera en la pista de atletismo. En medio de toda esa alegría apareció Popovich y, según indicó una nota del Gráfico, le dijo a Manu: "¡Stop!". Obviamente, el zurdo se detuvo y lo miró. Greg también lo hizo y le comentó: "¡Felicitaciones! Gran partido. No aparezcas por San Antonio sin la medalla de oro".
Por supuesto, el argentino se grabó ese mensaje y un día después, el 28 de agosto, pudo colgarse la de oro tras vencer a Italia en la final por 84-69. El festejo otra vez fue especial, pero esa frase quedó grabada en Manu. ¿Lo habrá motivado? No lo sabemos. Lo que sí es cierto es que consiguió lo que se propuso, junto a un equipo único y particular al que todos llamaron la Generación Dorada.
COMENTARIOS