BÁSQUET

César Pastorino: A 20 años del caño del siglo

El 25 de marzo de 2000 se estremeció el estadio del barrio de las Morochas. En una gran jugada Ronnie McMahan quedó desairado cuando Pastorino hizo pasar la bola por entre sus piernas. El juego estaba difícil para el Turco que terminó ganándole al Newell´s Old Boys de Mario Guzmán por 93-89 con 20 goles de César.

Nací en la ciudad de Rojas donde viví hasta los 7 años. Era una ciudad chica y fue ahí donde empecé a jugar al básquetbol. A los seis años ya estaba picando una pelota en el club Sportivo Rojas. Por supuesto que no jugué ningún torneo ni nada por el estilo porque a los siete años me vine a vivir a la ciudad de Junín.

Acá mis viejos se afincaron en el barrio del club 9 de Julio y por la cercanía comencé a jugar al básquetbol en esa entidad.  Mi primer entrenador fue el recordado Rubén Darío “Polo” Cárdenas, un fenómeno.

Hice todas las inferiores en el club 9 de Julio con grandes jugadores arriba, de ver muy buen básquetbol en esa época con valores de  la talla de Tatote Pagella, Edú, los Biurrun que estaban en Argentino.

En esos tiempos era el clásico 9 de Julio-Argentino, algo que a mí me marcó mucho. Fue una gran pasión que se vivió en Junín .

A la escuela primaria mis viejos me mandaron a la 24 y a la 28 que ahora no existe más. Luego al secundario fui al Comercial y tuve muchos amigos del deporte, de la vida y de la escuela. 

Nunca fui bueno para el fútbol, pero teníamos un equipo del barrio y a mi me ponían al arco. Éramos grandes amigos en el barrio, inolvidable. Estaban el Queso Pérez, Gastón Basilio, Marcelo Velazco, Riki Castro, el Bala Álvarez, Manuel Moretti, Pablo Caramelo, el Pupi Petraglia, Fabián Espiga, Giulio. Era una belleza juntarse.

Al vivir cerca del club 9 de Julio se despertó mi interés por el básquetbol y la verdad que fue una pasión. Desde los diez años estuve metido en el club. Sin embargo el único campeonato que gané en mi vida fue a los doce años con la selección de Junín en la ciudad de La Plata, con Juanjo Chemile de monitor. Jugaban el Pacha Taró, el Queso Pérez, Carlos González, Batata Quatrini, Pololo Griffin, el Yanqui Ogna, el Tata Luchesi, Santora, Caruso, Nieto. Fuimos campeones de Mini. Jugamos la final contra Chivilcoy donde metí un gol del medio de la cancha que fue el único que hice en ese partido y ganamos. 

Integré todas las selecciones de Junín. Empecé a jugar algunos torneos provinciales pero enseguida me fui a estudiar medicina a Rosario. Allá jugué 6 años en Newell´s Old Boys y cuando terminé la carrera que me faltaban rendir algunas materias me ofrecieron jugar en algunos clubes. Estuve en San Jorge, luego Independiente de Pico y después a Somisa de San Nicolás.

Ya recibido de médico me vine a Junín y tuve una propuesta de César Merlo para jugar en Ciclista. Me entusiasmó la pasión que le ponía César al básquetbol, porque económicamente y el resto de las cosas no era muy atractivo. 

Empecé jugando en Ciclista con el piso de parquet viejo y en dos años que nadie lo esperaba tuvieron que poner el piso flotante porque ascendimos rápidamente de categoría.

Jugué un par de años en Ciclista Juninense y paralelamente hice la residencia en el hospital de Junín. Se me complicaba para entrenar, pensé que mi carrera estaba terminada porque vino un entrenador a Ciclista que no me tuvo en cuenta.

Casi dejo de jugar y me habló Cristian Márquez para jugar en Argentino y la verdad que mis mejores logros fueron en Argentino. Estuvimos a punto de ascender a la “A” desde la “C” que salimos campeones. Ganamos  la “B” y casi TNA. No se dio porque perdimos la semifinal con Gimnasia y Esgrima La Plata. Fue mi mejor época de triunfos. Como jugador en Newell´s me fue muy bien y en Somisa también.

Luego, como todo en la vida hay que saber cuándo dejar y le di prioridad a mi profesión. A los 35 años dejé el básquet y me dediqué de lleno a la medicina.

Creo que cuando me consagraron deportista del año fue demasiado. Yo era un buen jugador pero no un fenómeno. Pero como ganamos tantas cosas con Argentino ese año e hice un gran torneo, creo que me lo adjudicaron por eso.

Del básquet de Junín opino que es maravilloso. Salvo Bahía Blanca, Junín ha sido uno de los mayores proveedores de jugadores: Tatote, con otro básquet, logró cosas que pocos jugadores en Argentina lo han hecho. El Chuny  fue un fenómeno, uno de los jugadores más dotados que vi en mi vida. Aldo Yódice lo que logró. Quique y Tito Biurrun. Daniel Aréjula, Pablo Gianelli, Raúl Scaglione, Ricardo Lorio, Gastón Zagrodny y un montón de jugadores más de mi época superiores a nosotros porque hoy en día se juega otro básquetbol.