“Cara de boyo”. Así era conocido en nuestra ciudad Luisnor Quintanal, quien falleció ayer en la ciudad de Buenos Aires producto de una larga enfermedad que lo aquejaba de un tiempo a esta parte.
Jugador e ídolo de Argentino de Junín en los albores del baloncesto de nuestra ciudad, supo cosechar una legión de amigos en su paso por esta vida.
Zurdo para manejar la pelota, sacaba el tiro por encima de la cabeza –en ese entonces atípico- lo cual lo hacía difícil de defender.
Goleador nato para el básquet y amante de la noche (recitador y muy amigo de Natalio Nigro) pasaba madrugadas de farra con los amigos en las peñas juninenses.
Dicen los de antes que la mística de Argentino de Junín la fue cultivando Cara de boyo y se fue enquistando en el barrio Las Morochas con el paso del tiempo.
Integró el primer equipo de Argentino que ganó un título de la Asociación Juninense de Básquetbol, fue campeón con el Turco en Punta Alta y varias veces integró la selección de nuestra ciudad.
Famoso por los 49 tantos que en ese tiempo (cuando no había triples) le anotó a Ciclista Juninense, en un partido inolvidable para las retinas de la barriada “de las Morochas”.
Trabajó en el Correo Argentino (era cartero). Peronista a ultranza, de los de antes, llegó a ser titular de la Anses Junín, cuando las oficinas estaban en Rivadavia y Winter.
Unido en matrimonio con Alicia Chidichimo, tuvo dos hijos: Silvia y Vicente.
Tenía 86 años y sus restos fueron cremados en Capital Federal. En los próximos días, serán traídos a su Junín querido.
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