Contar hechos insólitos o curiosidades deportivas hay muchas y variadas, de todo tipo: jugadores, ya sea de futbol, básquetbol o cualquier otra disciplina que se pasan de un equipo a otro -que es su rival de barrio de toda su vida-, de compañeros de trabajo que han dejado sus amistades de lado por solo creer que su equipo es mejor que el del otro, ya sea porque ganó un torneo más que el otro o por distintas circunstancias, de esas hay a montones, pero que dentro de tu familia dos hijos jueguen en equipos rivales, archirrivales, no hay demasiados casos.
En Junín, los hermanos Valentina (11 años) y Facundo Checchi (de 14), más allá de haber comenzado los dos desde muy chicos la práctica del básquetbol, el paso del tiempo los llevó a jugar en equipos distintos, que no solo son de otros barrios sino son rivales desde hace un tiempo atrás. Valentina juega en Argentino y Facundo en Ciclista Juninense, lo cual no es poca cosa.
En un diálogo cordial con ambos, contaron al conductor del ciclo radial "Deportes en Acción" sobre sus comienzos en este deporte.
Valentina dijo que ”Viví una gran oportunidad deportiva dentro del básquet y comencé a practicarlo cuando tenía 7 años, en el Club San Martín. Todo tuvo que ver con mi hermano Facundo, quien ya lo venía practicando, y algunas amigas y compañeras empezaban también a jugar. Me gustó la idea y hasta el día de hoy cada vez lo disfruto más”.
Con una sonrisa muy especial, "Valen" siguió expresando: “La verdad que te da momentos muy lindos cuando ganás y otros que te entristecen que son cuando perdés, pero sabés que como todos dicen, en algún momento te dará revancha”.
Sobre su difícil determinación de cambiar de club, la juvenil jugadora manifestó;
“Tenía la mayoría de mis amigas, de esas que te juntás y charlás de muchas cosas, sobre de todo de básquet. Me sentía en falta y decidí irme a Argentino, donde he aprendido cosas nuevas y el estar junto a muchas amigas y personas que aprecio, ello me hace sentir muy bien y sobre todo me hacen ver que voy creciendo de a poco, crecimiento no solo deportivo sino humano”.
Facundo empezó jugando al básquetbol para después pasar por el fútbol y al respecto, dijo: “Son esas cosas de chicos (sonríe), quería probar con el fútbol, ya que como siempre pasa que un amigo, que un tío, que tu papá, en fin siempre alguien te quiere ver jugar al fútbol. Es por eso que dejé el básquet y comencé a jugar al fútbol en Sarmiento, después pasé por Newbery terminando mi paso futbolístico por Rivadavia de Junín. Pero el básquet me tiraba un poco mas y fue así que volví a la práctica. Esta vez lo hice en el Club San Martín, donde estuve por tres años, hasta que en noviembre del 2017 un grupo de gente muy cercana me propuso cambiar de aire y pasar a Ciclista. No lo dudé y más allá de haber estado tanto tiempo en otro club, el cambio no lo sentí, al contrario me había propuesto sumar experiencia y de a poco veo en mí un crecimiento muy bueno en lo deportivo, técnicas y tácticas nuevas sistemas de juego y otras cosas que voy realizando, las que me van a servir para mi crecimiento no solo deportivo sino humano”.
Hablar les ayuda al crecimiento fuera de la cancha
Hasta ahí venía bien pero cuando mi pregunta fue “Cómo es la cosa en casa cuando juega Argentino ante Ciclista” , los dos se miraron y sonrieron al tiempo, casi de forma simultánea, y luego respondieron con mucha firmeza.
“Sabemos muy bien la rivalidad que hay entre ambos equipos y esto tiene que ver con su crecimiento de haber jugado en TNA y con ascenso en ambos a la Liga Nacional de Básquetbol. Pero a eso lo dejamos de lado, somos muy compañeros, en casa hablamos mucho de lo que nos dejó el partido ya disputado, nos contamos distintas jugadas o cosas que ocurrieron dentro del juego”, contó Facundo.
En tanto, Valentina destacó:
“Sí hablamos mucho de jugadas que hicimos entre otras cosas, mas allá de la rivalidad que hay en el club que estoy (Argentino) y en el que está mi hermano (Ciclista). Él me va a ver y alentar, a marcarme sistemas de juego, en fin, es algo muy lindo, ya que junto a mamá y papá, se logra un combo muy bueno”, cerró la jugadora del C.A.A.
Una verdadera historia deportiva la que logran marcar Valentina y Facundo, son hermanos pero la faz deportiva los llevó a estar en equipos que son rIvales desde su historia misma.
Pero que ellos, más allá de su pasión por defender los colores de sus camisetas´, dejan en claro -dicho por ellos mismos-: “Cuando el partido terminó, sea cual fuera el resultado, nos alegramos por los triunfos y nos amargamos cuando perdemos, pero el charlarlo en familia nos lleva a ver la cosas con una gran realidad. La rivalidad existe pero dentro de la cancha. Fuera de ella, el hablar nos ayuda al crecimiento”, cerraron, dejando todo un ejemplo deportivo y humano.
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