Torazos en rodeo ajeno
El equipo juninense que fue campeón provincial +35 en Mar del Plata cuenta sus vivencias
Venimos jugando juntos desde 1984. Se juntaron las categorías en 1993 cuando nos unió la primera división. Los Indios era el club de barrio, muchos fuimos porque nos quedaba cerca y otros porque los arrimó alguien que ya estaba en el club, otros por cercanía con algún dirigente.
Ganamos cerca de diez títulos en primera con Los Indios, dos provinciales de clubes, un ascenso a la extinguida Liga Nacional “B”, un torneo en la Asociación de Chivilcoy y este ahora en Mar del Plata.
Hemos perdido varios títulos porque en el camino nos encontramos con jugadores que fueron consagrados como el Argentino de Juanchi, Pablo Martínez, Espinoza, Romano.
Decidimos seguir jugando porque somos todos amigos, inclusive nuestras familias y ahora nuestros hijos son amigos. Nos criamos en el club, es una gran familia.
Además no nos queremos retirar nunca y esta nueva forma de torneos +35 es una especie de excusa para seguir encontrándonos en una cancha. Es la pasión que sentimos por el deporte. La hermandad que sentimos entre todos nos llevó a unirnos, seguir adelante y querer seguir haciendo cosas en el básquetbol.
En el juego en sí cada uno sabe el rol que tiene que cumplir dentro y fuera de la cancha. Sabe quién es el líder dentro y fuera de la cancha. Juan Pablo Pontelli es el alma mater de lo que es la parte técnica y tenemos a Martín Carabajal que es uno de los referentes. Patricio Calabró, Luciano Berestein, Christian Mosca y Sebastián Carrillo que no pudieron venir, pero sabemos lo que rinden dentro de la cancha. Se sabe quién tira la pelota y en qué momento, nada de egoísmos, somos un equipo y todos tiramos para el mismo lado.
Llegamos a clasificar a Mar del Plata porque superamos a Bragado y Chivilcoy. Entonces accedimos a este certamen ecuménico que organizó la Federación Bonaerense.
Junín tendría que armar algo oficial que dependa de la Asociación porque nos encontramos con todas selecciones allá, que fueron porque tienen un torneo armado en cada ciudad.
Jugamos en un grupo contra Zárate, a quien le ganamos cómodos. Luego a La Plata. San Nicolás fue uno de los rivales más duros, pero lo superamos bien en el final. En semifinales derrotamos a Esteban Echeverría que por momentos fue parejo.
En la final chocamos contra Bahía Blanca que venía arrasando. Siempre Bahía como capital de básquetbol tiene buenos planteles. Nos daban todos como que se nos iba a complicar o bien perder.
Jugamos un partidazo. Nosotros mismos nos sorprendimos de lo bien que jugamos en la final. Tuvimos los treinta minutos iniciales que daba gusto vernos jugar. Los pasamos por arriba. Ellos no se lo esperaban. En el último cuarto salieron a quemar las naves que fue cuando entramos en un cono de desconcierto, las piernas no nos respondían como al principio, se nos acercaron, pero terminamos resolviéndolo muy bien. Bahía ganó en todas las otras categorías con un entrenador en jefe, un entrenador de equipo, quince jugadores disponibles, etc. La diferencia más que nada fue en la parte física, los pivots terminaron con los brazos morados de los golpes.
Hicimos un campeonato espectacular y estamos muy contentos por la repercusión que tuvimos. Más allá que somos de Los Indios, fuimos a representar a Junín, nos comportamos como tal fuera del rectángulo y logramos traer un título para la ciudad.
Más allá que algún día fuimos al shopping para comprar algo, el resto de los días se hizo vida de campeonato, acostándose temprano y preparando los partidos de acuerdo a lo que habíamos espiado de los otros rivales. Después de los partidos hacíamos trabajos regenerativos con el profe Juan Manuel Berestein.
Este equipo tiene algo y es que sale a ganar siempre. Puede ser que podamos perder, pero dejamos todo para ganar. Y eso al final se nota en la cancha. Fueron cinco partidos en cinco días. Es mucho. Pero las ganas de ganar pudieron más que el cansancio.
Para el 2018 vamos a seguir jugando el torneo comercial que organiza Daniel Pontelli, pero creemos que la Asociación debe replantearse este tema, tomar las riendas y organizar un campeonato de segunda oficial con cada club asociado.
Está el compromiso de la Federación de seguir haciendo este tipo de torneos porque fue bárbaro. Pero Junín tendría que armar algo para que valla una selección a representar la ciudad, más allá que nosotros estamos siempre dispuestos y tenemos las puertas abiertas para cualquier jugador que venga a aportar cosas al equipo.