Facundo Corvalán se metió de lleno en la previa del Mundial U19 se que disputará en Egipto (desde el 1 de julio). El base juninense de 18 años analiza al equipo, resalta los objetivos de enfocarse en hacer el mejor juego posible y competir, repasa su gran año con Bahía Basket, destaca su crecimiento y piensa a futuro.
-¿Qué significa haber quedado entre los 12 y estar a poco de disputar un nuevo Mundial con la Selección?
-Para mí es un orgullo tener la posibilidad de representar nuevamente al país. Siempre que me tocó di el máximo y eso es lo que hay que tener en cuenta en estos torneos. Es un Mundial y sabemos bien la clase de torneo que es, la intensidad y concentración que requiere. Representar al país es algo hermoso, así que estoy muy feliz de haber quedado. Se viene una linda experiencia.
-Desde afuera se ve una camada más que interesante, por proyección y rodaje de la misma. ¿Cómo ves al equipo?
-Lo veo muy competitivo. Los entrenamientos son muy duros y cada uno aporta lo suyo desde lo individual y colectivo, no hay egos sino que todos juegan para el equipo. Eso es lo que tenemos que tratar de buscar si queremos tener éxito. Vamos por el buen camino.
-¿Cuál es el mensaje que reciben de cara al torneo? ¿Qué se va a buscar?
-Nosotros no tenemos que pensar en resultados ni posiciones, sino en hacer un buen básquet, sentirnos cómodos dentro de la cancha y competir contra todos. Queremos llegar muy preparados al duro debut con Francia, para comenzar bien desde lo anímico y construir desde ahí. Tenemos los jugadores y el cuerpo técnico para hacerlo, y estamos con muchas ganas.
-A vos ya te tocó jugar un Mundial U19 siendo más chico, en 2015. ¿Qué recordás de aquella experiencia?
-Aquella vez fue muy diferente. Tenía un rol muy distinto en aquel equipo, donde debía entrar con intensidad y aportando desde lo defensivo, no mucho más que eso. Ahora cambió todo, tengo un papel más de líder. Debo aportar en todos los rubros para que el equipo funcione de la mejor manera.
-Más allá de lo deportivo, ¿cuánto suma desde lo personal el hecho de compartir una experiencia de este tipo a esta edad?
-Es un momento que te abre mucho la cabeza. Mirar otras culturas es muy importante, y tener la posibilidad de viajar es único desde ese aspecto. El hecho de poder charlar con chicos de otros países, preguntarles cómo se entrenan, conocer de su vida y cómo viven… Todo eso nos gusta mucho y suma para una experiencia hermosa.
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-Para vos, este torneo cierra una temporada fantástica y de puro crecimiento. ¿Cuál es tu balance?
-Realmente fue una temporada muy positiva. Fue un año donde no me esperaba tener tanta participación, pero terminé con muchos minutos y creo que lo hice bien, obvio que con errores en el medio. Gracias a esos minutos me di cuenta de las cosas que debo mejorar y tengo que trabajar. Ahora viene el desafío más grande, de repetir o hacerlo mejor, que sería lo ideal.
-Si bien dijiste que no esperabas un salto de protagonismo como el que tuviste en Bahía este año, sobre todo después de la salida de Gastón Whelan, ¿cuánto te sorprendió el hecho de tener que dar ese salto?
-Creo ninguno en el plantel lo esperaba, pero lo tomé con tranquilidad, sabiendo que con Gastón somos dos jugadores muy diferentes y no se me iba a pedir lo mismo. El puede hacer jugar más al equipo, y si bien yo también lo hago, al mismo tiempo busco más mis vías de gol. Mis compañeros me entendieron y me ayudaron en el proceso, y mejoré varias cosas. Creo que di un paso adelante, más que nada hablando en la cancha, liderando, animándome a tomar decisiones importantes. Todo suma.
-Imagino que, desde lo grupal, el año en Bahía es fantástico más allá de la eliminación temprana en la Liga Nacional, ¿no?
-Sí, sin dudas. No esperábamos terminar tan pronto (NdeR: derrota en cuartos de final de Conferencia), pero no tenemos nada para reprocharnos. Fue un año muy largo, con muchos viajes. Y quieras o no, el cansancio se sintió por más jóvenes que seamos. No llegamos de la mejor manera al final, que era la parte más linda. Eso hace que no estemos tan contentos, pero igual fueron cosas muy positivas.
-¿El cansancio que les pegó en los playoffs fue más físico o mental?
-Creo que fue más de lo mental que de lo físico. Los viajes y las giras se hacían más largos, y eso nos afectaba el rendimiento. Era todos los días la misma rutina y llegó un momento en donde no estábamos con la misma energía del comienzo. Se notó en los últimos partidos.
-¿Qué les dejaron esos dos torneos fantásticos en la Liga Sudamericana y Liga de las Américas, donde fueron subcampeones?
-Sin duda que fueron cosas increíbles. Yo tuve la posibilidad de enfrentarme contra grandes jugadores, como Carlos Arroyo, alguien a quien admiro mucho. Haberlo enfrentado me sirvió muchísimo por poder observarlo de cerca. Son cosas que son difíciles de repetir, pero tengo que trabajar para que en algún momento tenga la chance de jugar constantemente contra esa clase de jugadores. Pero jugar en una cancha llena, de visitante y en otro país, son cosas que también suman.
-También te tocó ser campeón de la Liga de Desarrollo. Desde adentro, ¿qué te permitió o te sumó ese torneo? Porque está el debate sobre cuánto le sirve un torneo así a los que ya son piezas estables del equipo mayor.
-Yo sentí la Liga de Desarrollo como una competencia dura e intensa, con equipos que sabían jugar muy bien. No fue para nada fácil el Final Four y creo que di un paso adelante en el hecho de tomar más responsabilidades en los minutos finales. Eso te ayuda y fortalece en lo mental. Me encantó jugarla, fui de menor a mayor y terminé con un rol importante. Fue una experiencia enriquecedora que aproveché al máximo.
-¿Cuál es la mayor enseñanza que te dejó esta temporada con tantas cosas positivas?
-Me deja que la Liga Nacional está siendo cada vez más dura y que debemos estar cada vez más preparados para lo que significa la Liga y su cantidad de partidos. Hay que entrar todos los partidos con la misma intensidad, algo que nos costaba al ser tan jóvenes, sobre todo por la concentración. No se puede ser irregulares entre cada partido.
-No debe ser simple para un chico de 18 años afrontar tantas situaciones como las que te están tocando. ¿Cómo se encaran, sobre todo desde lo mental?
-En Bahía Basket se hace más fácil, porque no soy el único en esa situación. Somos muchos jóvenes los que nos estamos mostrando y tratando de ganar el respeto en la Liga Nacional. El proyecto nos ayuda muchísimo. También es importante el grupo que te acompaña. En nuestro caso, tenemos a Pancho (Jasen), Jamaal (Levy) y Anthony (Johnson), quienes todo el tiempo nos están bancando y dando buenas palabras que nos hacen sentir que podemos mejorar. Todavía hay mucho por hacer, esto recién comienza.
-¿Qué esperás para lo que se viene después de esta temporada de pleno crecimiento?
-Mis objetivos son afianzarme en la Liga Nacional para después poder dar un salto al exterior. Eso es lo principal, lo que trato de buscar con todo el entrenamiento y trabajo. Y, obviamente, tener chances de Selección sería algo único que está por encima de todo, sin dudas. Vestir la camiseta de tu país realmente es un orgullo.
-Hablás de un salto al exterior, algo que seguramente soñás. ¿Dónde apunta ese sueño?
-Siempre soñé con jugar en la NBA. Creo que, si uno se lo propone, no es algo tan lejano. Hay que esforzarse muchísimo, pero me di cuenta que ahora se puede, está todo mucho más abierto y los argentinos son observados mucho más que antes, lo que te da más esperanza y ganas de seguir trabajando y puliendo cosas que a la larga serán beneficiosas para llegar a ese nivel. Sería hermoso. Igualmente, Europa también sería enorme.
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