José Luis “Josi” Gil: “Nunca viví algo igual a todo lo que pasé en el club Argentino”
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José Luis “Josi” Gil: “Nunca viví algo igual a todo lo que pasé en el club Argentino”

A casi un año de su partida de Argentino, reparte sus horas entre el derecho y su pasión por el básquet, jugando en la Liga Bahiense. El escolta afirma que jugar en “Las Morochas” fue extraordinario y lo compara con sus días en la Selección Argentina: “Es muy lindo vestir la camiseta de tu país, sentir el himno es tocar el cielo con las manos, con Argentino también lo toqué”.

Si nos remontamos diez años atrás para hablar de Argentino, podríamos decir que el club del barrio “Las Morochas” crecía a pasos agigantados dejando la Liga “B” para desembocar en el Torneo Nacional de Ascenso algo inédito para la institución hasta ese momento. Para afrontar ese importantísimo compromiso, el equipo “Azul” comenzó a reforzarse, buscando una buena temporada de bautismo en la nueva categoría.
Por este motivo y seguramente sin saberlo recalaría en Junín para convertirse en uno de los máximos ídolos del “Turco”. “Me asombré cuando llegué al primer entrenamiento y vi la cantidad de gente que nos esperaba”, afirma José Luis en Bahía Blanca, luego de su entrenamiento diario en Atlético Argentino, donde disputa la Liga Local. Este alero, que creció en el mítico Estudiantes de Bahía Blanca y llegó a jugar en la Selección Argentina, vivió los momentos más importantes en la historia de Argentino con quien logró el ascenso a la “A” en el 2003. “Fue una de las cosa más lindas que me pasó en mi carrera, lo comparo con haber jugado en la selección”, dice en la tranquilidad de su casa “Josi”, que en 2004 se recibió de abogado, profesión que ejerce en la actualidad en su ciudad natal. “Jugar en la cancha de calle Brown era increíble, nunca sentí algo igual”, recuerda.

-En Estudiantes estuviste muchos años jugando, me imagino que es un club muy especial para vos…
-Seguro, y soy hincha además. Arranqué a los 5 años, vivía a la vuelta del club: pasé toda una vida. Estuve hasta los 23 años consecutivos. Cuando me casé emigré para buscar un futuro: mi corazón sigue estando ahí.

-¿Sos de ir a ver los partidos?
-Cuando puedo sí. No asisto muy seguido porque los viernes entreno y se hace muy tarde. Pero cuando me coinciden los horarios estoy en la cancha.
-En Estudiantes está “Juanchi” Cangelosi, un jugador al que vos lo viste nacer profesionalmente hace diez años atrás. ¿En ese momento ya le veías pasta?
-Sí, siempre fue un jugador destacado y de chico se le veían condiciones que las pudo confirmar con el paso del tiempo. Está teniendo una gran temporada junto al equipo y se lo merece por todo el sacrificio que hizo: estuve un par de veces con él y me pone muy contento su presente.

-¿Cómo se dio tu llegada a Argentino?
-En ese momento, el contacto lo hizo mi representante, sinceramente lo único que conocía del club era a Aldo Yódice porque habíamos jugado juntos en Estudiantes y que era un equipo que había ascendido recientemente. Surgió la chance y por suerte acepté para poder vivir luego tantos años maravillosos.

-¿Cuándo arribaste qué fue lo que primero te sorprendió?
-La gente. Cuando llegué al primer entrenamiento la cantidad de hinchas que presenciaron la práctica me dejó asombrado. Cuando empezó el torneo lo mismo: creo que no se va a volver a repetir la enormidad de gente que iba de visitante. Nunca viví algo igual. Ni hablar cuando jugamos siempre a cancha llena en el gimnasio de Brown: para los que jugamos en Argentino es algo inolvidable.

-Ese primer año llegaron a semifinales ¿te sorprendió ese gran arranque en un equipo que era debutante en la categoría?
-Uno cuando empieza la temporada aspira alto. El TNA es un torneo donde nunca está garantizado un candidato porque es un campeonato complicado y muy cambiante. Seguramente había equipos más fuertes en los papeles, pero estábamos bien como equipo y la gente también jugó su rol tanto de local como de visitante y nos permitió llegar lejos. Terminamos quedando afuera contra Gimnasia de La Plata que luego ascendió: sin duda fue una gran temporada.

El ascenso

En la temporada 2002/03 Argentino lograría su primer y, hasta ahora, único ascenso a la elite del básquet nacional. Luego de una gran campaña en la fase regular, el equipo “Turco” disputaba la semifinal del torneo (final por el ascenso) frente a Echagüe. La serie terminó 3 a 1 a favor de Argentino, ganando en Paraná el cuarto juego por 78 a 69 para ganarse al pasaje a la Liga. “Josí” fue el goleador del equipo y promedió 14.7 puntos por partido.

-Llegó el ascenso tan soñado, ¿cómo lo viviste?
-Creo que fue una de las cosa más lindas que me pasó en mi carrera: lo comparo con haber jugado en la Selección Argentina que es a lo que todo jugador quiere llegar. Fue increíble por cómo se dio ganándolo de visitante, llegar a Junín y tener ese recibimiento fabuloso, ver toda esa gente al lado del colectivo: tardamos dos horas desde el peaje al centro. A pesar de que llovía y hacía mucho frío la gente estaba: son cosas imborrables.

-Cuando perdieron la final contra Central Entre-rriano, ¿dolió mucho o con el logro del ascenso se cicatrizó rápido?
-En el momento dolió menos que ahora. Si en estos momentos te ponés a pensar te da bronca: el quinto juego lo teníamos ganado. Pero a lo mejor nos disten-dimos más de la cuenta con el ascenso y lo dejamos escapar por dos o tres descuidos. Lo importante es que se dejó todo por el objetivo primordial que era el ascenso y eso es lo importante.

-Te fuiste de Argentino, por un lado, con la alegría de haber dejado a Ciclista fuera de los play off y quizás ¿con la espina clavada de quedar a un paso de otro ascenso?
-Seguro, hubiese sido el final deseado, un cierre perfecto, como un cuento: volví cuando el equipo había descendido de la Liga, las cosas no andaban muy bien y llegué para dar una mano dejando mi trabajo de lado en Bahía. Haber eliminado a Ciclista era tremendo por el mal año que veníamos teniendo con cambios constantes de entrenador y demás. Nos recuperamos y estuvimos a un paso de cerrarlo de una forma espectacular. Pero no pudimos, aunque dejamos todo. Lanús fue superior y me volví con la satisfacción de haberlo intentado y no quedarme con nada adentro: la gente también lo entendió así.

-Con el clásico rival ganaste más de lo que perdiste, ¿te quedó grabado algún juego en particular?
-Creo que la mayoría de los clásicos que se ganan son difíciles de olvidar: hay varios, la semifinal 3-0 del año que ascendimos, el del año pasado por supuesto porque se definió en un quinto juego y además sabía que era el último que iba a estar. Por suerte pude ganar más de los que perdí y el hincha te hace vivir eso, que son partidos distintos y que hay que ganarlos como sea porque ellos lo disfrutan.

-¿Regresarías a Argentino para dirigir por ejemplo?
-No, no me veo como técnico pero en ningún lado. Lo mío en el básquet termina con el juego, no lo tengo en mis planes. Uno nunca sabe pero jamás se me pasó por la cabeza, puedo quizás dar una mano acá en Bahía en la menores, pero profe-sionalmente no lo siento.

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