La familia de Dardo se radicó en la ciudad hace más de 170 años, cuando sus abuelos italianos –uno zapatero y otra quintera– llegaron a Junín y se instalaron en una finca ubicada detrás del cementerio Central. A partir de ahí, tanto su ascendencia como sus referencias geográficas moldearon su existencia: entre sus tíos, primos y descendientes hay once abogados, por lo que no es extraño que Dardo haya seguido ese camino; mientras que el hecho de vivir en la zona céntrica y de frecuentar los clubes lo acercó al Auto Moto, donde pasó gran parte de su vida y el que presidió durante 28 años.
“A mí, el Auto Moto me formó como persona”, señaló a Democracia en un reportaje que le realizó este diario en 2017 para repasar su trayectoria en la institución.
Dardo se crio en su casa de Lavalle 166. Sus grandes amigos de la infancia fueron Oscar Grecco, Aldo Traverso, Osvaldo Giecco y Bartolo Brignardello, entre otros. Hizo la Primaria en el Colegio Parroquial del Sagrado Corazón y el secundario en el Colegio Nacional.
Interesado en el Derecho, cursó la carrera de manera libre, mientras trabajaba como celador en el Colegio Industrial. Finalmente, pudo terminar sus estudios en Buenos Aires. Se recibió en 1971, regresó a Junín y abrió su estudio. “Como ya había sido presidente del Auto Moto, conocía a mucha gente y eso me ayudó a desarrollarme profesionalmente”, recordó en ese reportaje.
El primer contacto de De Benedetto con el Club fueron los bailes que allí se hacían. Así se involucró con la institución y al poco tiempo ya estaba colaborando con el presidente de entonces, Juan Carlos Castellazzi. Cuando este terminó su mandato, “los viejos” del club le pidieron a De Benedetto y sus amigos que formaran una comisión. Con Dardo como presidente, empezaron a trabajar. Estuvo en ese entonces doce años de presidente y llegaron a la cantidad de cuatro mil socios. Cuando terminaron con la sede hicieron las piletas de natación, que tuvieron mucho éxito porque fueron las primeras con filtro que hubo en Junín. Empezaron a hacer el autódromo y con una campaña de socios fundadores llegaron a construir dos kilómetros. Organizaron carreras de Fórmula 2, Fórmula 4 y alguna internacional, para continuar con el autódromo. Proyectaron realizar y comercializar un loteo que les permitiera adquirir otras 40 hectáreas linderas para poder hacer un circuito como el que querían.
En el referido reportaje, Dardo señaló: “Dimos todos los pasos, la asamblea aprobó la venta de esas tierras y fraccionamos los lotes por geodesia y catastro”. Pero el intendente de entonces, Roberto Sahaspé, y el gobernador Ibérico Saint Jean prohibieron ese emprendimiento. El conflicto resultó muy desgastante y De Benedetto dejó la presidencia del Auto Moto. Regresó hace dieciséis años, cuando lo convencieron para volver a ocupar el cargo: “Nuevamente con un grupo grande, al que convoqué para hacer un autódromo”, indicó en el reportaje.
En definitiva, presidió el Auto Moto durante 28 de los 74 años de vida institucional que tiene la entidad.
“Yo soy 50% tuerca y 50% dirigente, y pienso en dar lo mejor para ese club. Cuando yo tenía doce años perdí a mi padre, un año más tarde mi hermano se fue a trabajar a Buenos Aires, quedé con mi madre y a mí ese club me formó como persona”, señaló en ese entonces a Democracia.
Los restos de Dardo De Benedetto fueron cremados ayer en el Cementerio Parque Rosedal.
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