Por la capacidad de las vitaminas para combatir el estrés oxidativo y proteger a las células de nuestro cuerpo, el uso de suplementos vitamínicos se ha convertido a lo largo de los últimos años en una estrategia muy extendida para prevenir el cáncer o cuidar el corazón. Tanto es así que sólo en Estados Unidos su venta mueve cerca de 30 millones de dólares al año. Pero lo cierto es que, a juzgar por las evidencias científicas, se trata de un tipo de consumo que en la mayoría de los casos no genera ningún beneficio concreto sobre la salud.
Así lo resalta un reciente editorial de Annals of Internal Medicine, acaso una las revistas científicas más prestigiosas del mundo, donde se dice lisa y llanamente que tomar suplementos vitamínicos para prevenir enfermedades crónicas equivale a “malgastar el dinero”.
El editorial de Annals salió acompañando de dos nuevos estudios cuyas conclusiones desalientan el uso de complejos multivitamínicos para preservar la función cognitiva y evitar los ataques al corazón. Como pone en evidencia uno de ellos, realizado entre 6.000 médicos mayores de 65 años, quienes tomaron estos suplementos por más de una década conservaron la función cognitiva al envejecer en la misma medida que cualquiera de los demás.
“Tenemos ya suficientes estudios que demuestran que el uso regular de suplementos vitamínicos no previene las enfermedades crónicas o la muerte, por lo cual si no está indicado por motivos médicos se debería evitar”, sostiene la doctora Cynthia Mulrow, editora de Annals of Internal Medicine y una de las autoras de la investigación.
Pese a haber tenido una repercusión particular, su trabajo no es ciertamente el primero en advertir que nunca ha llegado a establecerse en forma clara que el uso de suplementos vitamínicos ofrezca algún efecto preventivo sobre la salud.
La Cochrane Collaboration, un grupo internacional que revisa la evidencia de intervenciones sanitarias, ya había concluido que “la vitamina C no es efectiva para prevenir el resfrío en la población en general” y que por tanto “su suplementación rutinaria no está justificada”.
Más aún: otro estudio publicado por el New England Journal of Medicine, donde se evaluó a cerca de 30 mil personas a lo largo de ocho años, evidenciaba que la suplementación con vitamina E y betacarotenos no sólo no traía beneficios sino que hasta podía ser perjudicial, ya que se asociaba entre los fumadores a una mayor tasa de cáncer de pulmón.
“Creemos que el caso está cerrado: suplementar la dieta de los adultos bien alimentados con más minerales o vitaminas no tiene ningún beneficio claro y podría incluso ser perjudicial. Estas vitaminas no deben utilizarse para la prevención de enfermedades crónicas. Ya es suficiente”, concluye el editorial.
“Las vitaminas y minerales que necesita nuestro cuerpo están naturalmente en muchos alimentos que tenemos al alcance y siempre es conveniente cubrir su demanda diaria con una dieta rica y natural”; sostiene por su parte el doctor Oscar Karagenzián, médico nutricionista de la Clínica Cormillot, quien advierte que si bien los suplementos vitamínicos son de venta libre en Argentina, “antes de largarse a tomarlos hay que consultar a un profesional”.
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