RUMBO AL 2015

Se reactiva el laboratorio electoral del kirchnerismo

Después de varios meses durante los cuales el kirchnerismo estuvo embretado por los avatares de la economía, la instauración de cierta paz financiera parece haber estimulado el regreso del fecundo laboratorio electoral oficialista, que nunca careció de imaginación aún en los escenarios más adversos. Así, los operadores del FPV volvieron a sacar a la cancha a la propia Cristina Kirchner.
Lo hicieron al darle dictamen favorable, en un plenario de comisiones de la Cámara de Diputados, a un proyecto de ley que modifica el Código Electoral para votar en 2015 a los representantes que tendrá la Argentina en el Parlamento del Mercosur. La iniciativa fue diseñada para que la Presidenta pueda ser candidata al Parlasur el año próximo, junto a una ristra de gobernadores oficialistas.
“Quieren proscribirla como lo hicieron con Perón”, lanzó ayer desde Quito el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien acompañó a la jefa de Estado a una cumbre de la Unasur que se desarrolló en Ecuador. El funcionario se refirió así a los cuestionamientos de la oposición a esa movida política, con el argumento de que la participación de Cristina distorsionaría las elecciones.

En la boleta


De hecho, los candidatos al Parlasur -43 en total, 19 por distrito único y los otros 24 por las Provincias y la Ciudad de Buenos Aires- se ubicarían en las boletas al costado derecho de la fórmula presidencial, algo que convertiría a la mandataria en protagonista de la elección pese a que ya lleva dos mandatos consecutivos y no puede competir por otro período en la Casa Rosada.
Junto a la Presidenta se anotarían en esa lista los gobernadores del Frente para la Victoria que no pueden ser reelegidos por impedimentos constitucionales, cada uno al frente de la nómina en su provincia. La estrategia fue diseñada por el diputado Jorge Landau, un experto en estas lides electorales, que es apoderado del aparato partidario del PJ bonaerense.
Pero los movimientos electorales del kirchnerismo no se limitan solamente a la figura de Cristina. También le dan rienda suelta al ministro de Economía, Axel Kicillof, quien acaba de deslizar ante un grupo de industriales que le gustaría ser compañero de fórmula de Daniel Scioli en 2015. Por cierto que la confesión del funcionario no fue nada casual, porque sabía que iba a ser ventilada.
El poderoso titular del Palacio de Hacienda se convirtió así en vocero de un mensaje solapado de la Presidenta hacia el Gobernador, en el sentido de que si quiere contar con su bendición como candidato del FPV, debería aceptar la imposición de un compañero de fórmula. Kicillof había insinuado lo mismo en una sorpresiva visita a la refinería local de YPF, que hizo junto a Scioli.
La ambición política de Kicillof contaría con el visto bueno de La Cámpora y registra como antecedente el salto de Amado Boudou del Ministerio de Economía a la Vicepresidencia de la Nación en 2011, aunque esa historia no terminó nada bien. Habrá que ver ahora cuál será la reacción de Scioli frente a esta alternativa, que ataría su suerte a la del kirchnerismo duro.
No son esos movimientos, sin embargo, los únicos que proyectan los armadores oficialistas. También llamó la atención ayer un acto que encabezaron Jorge Capitanich y Florencio Randazzo en el Chaco, por asuntos vinculados a la política ferroviaria. Se sabe que el ministro del Interior y Transporte está decidido a competir contra Scioli en las PASO. Y que todavía no tiene Vice.
Por eso trascendió que el jefe de Gabinete fue retenido en la Casa Rosada por Cristina Kirchner bajo la promesa de que lo habilitaría para integrar una fórmula presidencial del Frente para la Victoria, justo cuando Capitanich insistía en regresar a su provincia y postularse a la intendencia de Resistencia. Su aparición junto a Randazzo le dio cuerpo a los rumores de pasillo gubernamental.
Así, lejos de aceptar una retirada pasiva del poder, el kirchnerismo ya montó su laboratorio para tener una presencia explícita en el proceso electoral del año próximo, tal vez como una manera de conjurar los problemas judiciales que tienen la propia Presidenta y varios de sus funcionarios. El 13 de diciembre, durante un acto oficialista en Plaza de Mayo, habría más novedades al respecto.