Aunque asegura que ella siempre ganó un poco más que su marido, Victoria -que tiene 37 años y un cargo gerencial en una empresa de telecomunicaciones-, reconoce que su matrimonio estuvo a punto de irse a pique tras su último ascenso laboral, cuando su sueldo pasó a casi triplicar el de él, que trabaja en la Universidad.
Consciente de que ese cambio en el equilibro económico de su pareja parecía despertar ciertos recelos, Victoria pensó en limar asperezas con un gesto fuera de lo común: al llegar el cumpleaños de su marido le regaló una moto muy costosa que él siempre había querido comprarse. “La sorpresa casi termina en divorcio -cuenta ella-: fue la crisis más grande que tuvimos hasta hoy”.
En una sociedad donde se supone que rol del hombre es el de proveer y los ingresos económicos son vistos como la expresión de esa capacidad viril, el hecho que cada vez más mujeres ganen más que los varones parece tener un fuerte impacto en la pareja actual. Así lo reconocen tanto economistas y psicólogos que han investigado el fenómeno cómo personas como Victoria que han tenido que lidiar con esta nueva realidad.
“Seguimos identificando el nivel de ingresos con el poder y el poder con la hombría; el problema es que cada vez hay más mujeres que ganan más que sus maridos y eso genera una enorme contradicción”, explica Marcela Castro, una terapeuta de pareja que asegura que los desbalances económicos en favor de ellas se han convertido en los últimos años en un tema de consulta habitual.
Y es que “por más liberal que sean los maridos -asegura la terapeuta-, los prejuicios que persisten en el entorno social hacen que tarde temprano ganar menos que sus mujeres les genere incomodidad”. “Tanto es así que algunas parejas llegan a una suerte de pacto tácito para disimular esa realidad ante los demás”.
Si bien el marido de Victoria terminó por aceptar el regalo de cumpleaños, aquel episodio -cuenta ella- marcó un antes y un después en su relación: “Me di cuenta de lo importante que era el tema de los ingresos para él y nunca volví a hacer algo así. Hay cosas que no pueden cambiarse de un día para otro -dice--: yo aporto más para las vacaciones pero siempre que salimos a cenar la cuenta la paga él”.
Un nuevo mapa de ingresos
De la mano de un mayor nivel educativo y una mayor inserción laboral, la idea del matrimonio moderno, en el que maridos y mujeres son pares en todo sentido, pasó de ser un ideal de los sesenta a una realidad cada vez más frecuente en nuestro país. Así lo confirma entre otros el economista Martín Tetaz, quien se ha ocupado de analizar el impacto que tiene la evolución de los ingresos de la mujer.
“En 1974, cuando el INDEC hizo por primera vez la Encuesta Permanente de Hogares, el 7,3% de los hombres en el Gran Buenos Aires tenía estudios superiores, mientras que apenas 4,9% de las mujeres alcanzaban ese nivel de educación. Veintiocho años más tarde, la cifra de hombres con educación terciaria o universitaria ascendió a 17,4%, pero el porcentaje de mujeres en la misma condición se elevó hasta el 22,7% en el país”, describe Tetaz.
Y “si bien es cierto que en materia de ingresos, las mujeres todavía ganan un 38% menos que los hombres, cuando se realiza la comparación dentro del nivel mismo educativo y cantidad de horas trabajadas, la brecha se reduce al 11%”, señala el economista al mencionar que quizás el dato más relevante no sea ése sino el hecho de que “las mujeres con nivel universitario completo ganan hoy un 74% más que los hombres que no han pisado nunca una facultad”.
Para Tetaz, quien además de ser docente en la Unnoba, se ha especializado en Economía del Comportamiento -una rama que analiza la conducta económica de los individuos con herramientas de la psicología congnitiva-, el nuevo mapa de ingresos por género explica la queja más recurrente de las mujeres solteras en la actualidad”.
CONVIVENCIA
Cuando ellas ganan más , una realidad cada vez más frecuente en la pareja
Así lo reconocen tanto economistas y psicólogos que han investigado el fenómeno cómo personas como Victoria que han tenido que lidiar con esta nueva realidad.
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