Los adultos que destinan tres o más horas por día a ver televisión pueden tener el doble de riesgo de sufrir una muerte prematura que quienes pasan menos tiempo frente a la pantalla, según revela un amplio estudio epidemiológico publicado por la Asociación Estadounidense del Corazón.
“Entre los hábitos sedentarios, ver televisión es el peor”, explicó el doctor Miguel Martínez-González, principal responsable del estudio, quien asegura que su hallazgo coincide con una serie de investigaciones que relacionan las horas de televisión con un mayor riesgo de mortalidad.
Para llegar a esa conclusión, el estudio analizó los hábitos de 13.284 universitarios sanos con una edad promedio de 37 años (el 60% mujeres), quienes se ofrecieron voluntariamente para determinar la asociación entre tres tipos de comportamientos sedentarios y el riesgo de muerte: mirar televisión, trabajar frente a una computadora y manejar.
Tras los ocho años que duró el estudio, los investigadores registraron 97 muertes entre los voluntarios, 19 de las cuales respondían a causas cardiovasculares. Lo notable era que al comparar los hábitos de las personas fallecidas con la del resto se observó que el riesgo de muerte era dos veces más alto entre los participantes que veían tres o más horas diarias de televisión.
Por lo demás, los investigadores no encontraron asociación “significativa” alguna en la relación entre el tiempo empleado frente a una computadora o frente al volante de un auto y el riesgo de una muerte prematura por un causa cardiovascular.
Al analizar los resultados, la doctora Nieca Goldberg, cardióloga de la Universidad de Nueva York, quien no estuvo involucrada en el estudio, señaló que “ver televisión es una actividad todavía más pasiva” que las demás.
Otra es la interpretación del doctor Alejandro Gómez Monroy, director médico del Instituto de Rehabilitación Cardíaca de La Plata, quien atribuye el riesgo adicional a ciertas conductas que suelen ir a la par de mirar televisión.
“Un estudio previo hecho en Estados Unidos con el mismo enfoque ya había demostrado que el problema no es sólo la cantidad de horas que se está frente al televisor, sino los mensajes nocivos que se reciben mientras tanto y el comportamiento que viene por añadidura: la gente tiende a comer más alimentos ricos en grasas y a beber más gaseosas azucaradas cuando mira televisión”, menciona.
De ahí que “la incidencia de la enfermedad coronaria sea más alta entre las personas sedentarias por mirar televisión que quienes lo son por leer. A igual cantidad de horas de sedentarismo, lo que cambia es la conducta asociada al hábito”, explica Gómez Monroy.
ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO PUBLICADO POR LA ASOCIACIÓN ESTADOUNIDENSE DEL CORAZÓN
Asocian muerte temprana con “sobredosis” de TV: tres horas diarias aumentan el riesgo
Tras compararla con otras conductas sedentarias, se observó que mirar televisión es la peor.
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