La fiscal que investiga el crimen de Paola Tomé, Vanina Lisazo, sostuvo que el estudio de ADN que en pocas horas la llevó hasta Rubén Rodolfo Recalde, el mecánico acusado de cometer ese hecho y de haber asesinado a Sandra Colo, no fue un análisis “exprés” sino el producto de un trabajo más rápido debido a que se trataba de un “caso especial”.
La funcionaria realizó esas declaraciones en una entrevista concedida al informativo Telenoticias, del canal TeleJunín, donde se explayó sobre los distintos pasos que se fueron dando hasta concluir dar con el presunto homicida.
“Cuando se entra en un lugar del hecho, se levantan hisopos o pegos, tarea específica que llevan a cabo nuestras especialistas en genética, que son de las mejores del país, mientras que los agentes de Policía Científica se encargan de levantar huellas dactilares o de calzado. Ellos saben puntualmente en qué lugar hacerlo. Pero en la vida práctica ocurre que si hacen un pego sobre la superficie de una mesa o de una computadora, por ejemplo, podemos encontrar el ADN del agresor, pero seguramente vamos a encontrar ADN de la víctima, de la madre, de alguna amiga, de un cliente que se apoyó y demás. Esto quiere decir que las muestras que se levantan en el lugar del hecho difícilmente estén cien por ciento limpias porque un mismo lugar es tocado por muchas personas. Entonces, todo el trabajo de depuración, de separar el perfil de una persona del de otro, es lo que lleva mucho tiempo”, explicó.
Lisazo señaló que “si yo en este momento te saco saliva para analizarla, en cuatro o cinco días ya tengo el resultado, normalmente. Si se trata de un caso de interés nacional como éste, donde tuvimos a disposición un laboratorio para nosotros, lo podemos tener en siete horas, que fue lo que pasó”.
“Primero nos habían dicho que íbamos a recibir el resultado a las ocho de la noche, y con eso me corrían los plazos procesales porque yo lo había hecho aprehender el día anterior. No teníamos mucho tiempo para convertir la aprehensión en detención, así que habíamos pedido especial atención y el laboratorio trabajó solo para eso”, agregó.
La fiscal negó que el estudio en cuestión se encuadre en el calificativo “exprés”, aunque admitió que lo que sí tuvo el proceso “fue una rapidez especial porque no se trataba de un caso cualquiera”.
“El primer estudio se hizo en nuestro departamento judicial y estuvo a cargo de Elina Francisco, especialista en genética. En San Martín fue realizado por la doctora (Stella Maris) Jaureguiberry. No hay ninguna posibilidad de error en esto porque es un análisis muy preciso, muy técnico. Hay un margen de error de uno en treinta mil millones de posibilidades, o sea imposible”, aseveró.
El caso está caratulado “homicidio criminis causa” y Lisazo dijo que por ahora no se lo considera femicidio porque “esa caratula requiere ciertas condiciones que tienen que ver con una violencia intra familiar o dirigida específicamente hacia la mujer”.
“Yo hasta ahora le imputé el homicidio de Paola Tomé, entonces no puedo determinar si fue un femicidio. Cuando tengamos las dos causas unidas entonces sí vamos a poder hablar de un femicidio”, indicó.
Por otro lado, afirmó que el accionar de Recalde “estaba premeditado”, porque “a su patrón le avisó un día antes que iba a faltar, su intención era la del robo y al verse frustrado, la mató”.
HOMICIDIOS EN JUNÍN
“No fue un ADN exprés; se trabajó rápido porque es un caso especial”, dijo Lisazo
La fiscal que investiga el crimen de Paola Tomé explicó paso por paso el proceso pericial que se llevó adelante para dar con Rubén Recalde, presunto autor de ese hecho y del asesinato de Sandra Colo.
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