None
ENFOQUE

Gobernadores, en busca de protagonismo

“Más que hablar de política, hablamos de gestión”. Fiel a su estilo, Daniel Scioli caracterizó de esa manera las reuniones que -en público, pero también en forma reservada- vienen manteniendo los gobernadores oficialistas, especialmente los que integran la estructura orgánica del PJ, ante el delicado momento económico que atraviesa el país.
Con el discurso que lleva como marca registrada, Scioli defendió así la necesidad de que los gobernadores coordinen una posición conjunta ante determinadas problemáticas, entre las que mencionó las paritarias estatales y docentes. Aunque su reciente encuentro con José Manuel de la Sota en Córdoba también tuvo una lectura político-partidaria.
Es que De la Sota -uno de los pocos gobernadores peronistas públicamente crítico del Gobierno nacional y para nada querido en la Rosada- dejó las puertas abiertas para participar el mes próximo de una reunión de mandatarios provinciales justicialistas que se realizará en Mendoza, con la excusa de asistir a la tradicional Fiesta de la Vendimia. Sería la primera vez en mucho tiempo que el cordobés se sume a un encuentro de esa naturaleza.
Pero su presencia no sería fruto de la casualidad, sino de las cada vez más frecuentes conversaciones que mantienen los gobernadores ante “la fragilidad política” que, consideran, padece la presidenta Cristina Kirchner, en un contexto económico con pronóstico adverso. Por eso en la Casa Rosada siguen esos encuentros y buscan conocer sus pormenores.
De hecho, los funcionarios encargados de convocar a los gobernadores a los actos de la Presidenta se quejan de una incipiente resistencia de los mandatarios provinciales a viajar a Buenos Aires para escuchar los discursos de Cristina. “Claro, ahora no tiene el 80% de imagen positiva”, se lamentan por lo bajo.

Al final, Capitanich no era uno de “los propios”

Por el contrario, los gobernadores optaron por darle luz verde a sus ministros de Economía para que actúen en bloque frente a la Nación. Ya hubo un primer encuentro en la capital federal -convocado por la bonaerense Silvina Batakis- y el segundo se realizará el 10 de febrero en San Miguel de Tucumán, anticiparon fuentes cercanas a los mandatarios provinciales.
Esas reuniones serían, además, un reflejo de la creciente desconfianza que los gobernadores tienen por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, a quien consideraban uno de los suyos cuando asumió su cargo nacional pero que, con el correr de las semanas, fue asimilando el discurso del núcleo duro del kirchnerismo, para desconcierto de sus ex colegas.
Por eso llamó particularmente la atención que el titular de la Anses, Diego Bossio, afirmara el último lunes durante un acto en el Banco Hipotecario -referido al plan de viviendas Procrear- que él se había encargado de citar personalmente a los gobernadores, entre ellos Scioli, pese a que el orador central del encuentro iba a ser Capitanich.

Reunión y especulaciones

Justamente en las oficinas porteñas del Hipotecario, Scioli y sus pares Eduardo Fellner (Jujuy), Luis Beder Herrera (La Rioja) y Juan Manuel Urtubey (Salta) mantuvieron una reunión aparte de los funcionarios nacionales, que alimentó diversas especulaciones políticas aunque su contenido fue luego relativizado por voceros provinciales.
Sin embargo, Capitanich salió a recoger el guante y en una de sus habituales conferencias de prensa aseguró que durante el mes de enero las transferencias a las provincias en concepto de Coparticipación crecieron “entre el 38 y el 48 por ciento”, comparadas con el mismo período de 2013. Una declaración que sorprendió a los gobernadores.

Viejas demandas, profundizadas

A esta altura de las circunstancias, se sabe que las provincias tienen demandas estructurales hacia la Nación que se profundizaron en los años de hegemonía kirchnerista.
Con esa mochila a cuestas y forzados por los problemas económicos, los gobernadores comienzan ahora a recuperar el protagonismo político que perdieron en la última década y que, en buena medida, posibilitó el novedoso “ascenso” de los intendentes.

Delicado equilibrio

Por ahora, se mueven en un delicado equilibrio con la Casa Rosada -hasta De la Sota, el más crítico de todos, bajó el tono tras una gestión de Scioli-, pero intentarán influir a la hora de las decisiones en caso de que la Presidenta deba volver a cambiar al equipo económico. Así, queda claro que no ponen las manos en el fuego por la gestión de Axel Kicillof.
Tampoco lo hacen por los aliados extrapartidarios del kirchnerismo. Por eso no verían con agrado que el radical santiagueño Gerardo Zamora fuera votado a fin de mes como presidente provisional del Senado en lugar de Beatriz Rojkes de Alperovich. En cambio, el rionegrino Miguel Ángel Pichetto asoma como una figura clave para el PJ en el Congreso.

Apuntalando el viejo mito

En definitiva, los gobernadores entienden que una profundización de la crisis no sólo golpearía a la Presidenta, sino que también los afectaría a ellos y minaría la posibilidad de que un dirigente del PJ pueda sucederla. Todos olfatean -especialmente los más veteranos, como el ya recuperado José Luis Gioja- que se intentará asociar al justicialismo con la falta de gestión.
Y que, en ese contexto de dificultades económicas, tiene más posibilidades de ser derribado el viejo mito que sostiene que “sólo el peronismo puede gobernar este país”.

COMENTARIOS