MARKETING APLICADO

Triángulo

El rol de los comunicadores.

De forma permanente emerge de las profundidades de nuestra idiosincrasia la idea de que Junín reúne ciertas características anómalas por las cuales algunas cosas no se pueden hacer. Se trataría de una especie de “triángulo de las bermudas” que hace naufragar cualquier idea que busca salir a flote por encima del “estado normal de las cosas”. Un estigma que nos autoimponemos; un dogma que habilita el comentario fatal: “eso en Junín no se puede hacer” y hace que muchos bajen los brazos.  Según esta perspectiva, seriamos como una raza diferente, un grupo de personas que oscila entre el  paladar exquisito y la incapacidad intelectual para valorar una propuesta comercial diferente. De que se trata, de donde viene, a dónde va y que genera esta tendencia en los emprendimientos comerciales.
“Hagamos algo sencillo” rezan algunos presionando para que lo ayudes a “vender más”; “algo como lo que hizo tal o cual otro que está una cuadra más adelante”. “Que va a decir la gente”; “eso es para Buenos Aires”;“estamos en Junín”. Si bien las propuestas no postulan instalar la Torre Eifel en reemplazo del obelisco de la plaza 9 de julio o pintar el municipio de rojo,  por momentos la búsqueda de mantener el “status quo” comercial impide el desarrollo de ideas diferenciales aplicadas a los negocios. De esta forma, quien busca diferenciarse se funde entre otros comercios que ofrecen lo mismo habilitando el fracaso por saturación.
No postulo en esta columna ideas alocadas ni una inclinación hacia la innovación que olvida las raíces o deja de lado el perfil psicográficolocal. Por el contrario, invito a buscarle una vuelta de tuerca más a la cuestión comercial habilitando la puesta a flote de la idea antes de imaginar su naufragio.
Utilizando la retórica y la metáfora sólo como recurso para imponer la creatividad en los negocios, me refiero a algo concreto, a  la generación de valor agregado como factor fundamental de diferenciación. No se trata solo de una buena campaña publicitaria sino al diseño y oferta de productos y servicios que extiendan la brecha ante el conformista eterno que se cruza de brazos y apaga el pucho debajo de la suela.
El cambio llegó para quedarse; el cambio es lo único que no puede cambiar porque el reloj no se detiene y quien detiene el viaje es digerido por la fagocitosis del naufragio.