El Gobierno quiere forzar a los productores a vender el grano almacenado, que consiste en su mayoría en soja y en trigo, y surgió una puja que ya tuvo duros cruces verbales en medio de la incertidumbre que reina en el campo.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, tildó a los grandes productores de “avaros” por no comercializar el acopio y generar así divisas al país.
Una de las respuestas estuvo a cargo del vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentina (CRA), Pedro Apaolaza, ya conocido su lenguaje sin tapujos desde la época en que era presidente de CARBAP.
“Vamos a vender cuando lo consideremos oportuno porque éste es un país libre” dijo Apaolaza en declaraciones radiales y poco después la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA) lanzó un comunicado.
Pero antes Apaolaza explicaba que “cada uno hace el ahorro que puede. Se ahorra en soja, ¿en qué se va a ahorrar? ¿en pesos? El productor va a comercializar cuando considere oportuno. Mientras tanto el productor va hacer lo que quiere porque (insistió) todavía estamos en un país libre”.
La CEEA, por su parte, integrada por CRA, FAA, Coninagro y la SRA manifestó que “los pocos productores agropecuarios que aún tengan cereales para vender, están actuando con prudencia y no con avaricia en un mercado donde todos sus insumos están atados a la cotización de un dólar futuro que desconocen y en un escenario de inflación que supera el 30 por ciento anual.
El comunicado finaliza con el ya remanido llamado al diálogo con el Gobierno, que a nivel nacional no se produce.
“Es importante destacar que a esta altura del año, los productores ingresaron la misma cantidad de dólares por la venta de soja que el año pasado; más de 13.700 millones de dólares.
Cabe preguntarse por qué motivo el Gobierno no los pudo retener en sus reservas”, se cuestionaron los dirigentes.
Por su parte, la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP) dio por comenzado el año con su primera reunión de Consejo Directivo anual y expresó “su profunda preocupación ante la grave crisis política, económica y social que está sufriendo nuestra Nación” en un escrito que lleva como título “Dejar de sacarse el lazo, y hablar con la verdad”. “Desde CARBAP, una vez más advertimos que estamos atravesando una fuerte crisis propiciada e impulsada desde el Gobierno nacional, que de no afrontarse como corresponde, ocasionará gravísimas consecuencias para todo el pueblo argentino”, analizó la entidad que representa a 114 asociaciones rurales.
Jorge Ingaramo, economista y analista de agro, evaluó que se achica el tamaño de la mochila, es decir el Estado, que debe soportar el sector más competitivo de la economía.
El dólar a 8 pesos es 61% mayor al de hace un año y 40% superior al de fecha de siembra de la campaña de granos gruesos, aseguró.
Seguramente los insumos importados tenían inflación en dólares, que se moderará si se sostiene esta paridad.
Mejora el margen industrial y caen los costos domésticos. Lo que subirá es la tasa en pesos, pero: ¿Cuánto usa la tarjeta el campo? El pampeano tiene la caja en el silo”, definió al considerar que se beneficia el agro exportador.
Por su parte, Jorge Peteta, secretario de Agricultores Federados Argentinos (AFA) que atiende a 15 mil productores pequeños y medianos confirmó a Noticias Argentinas que el financiamiento para éstos se complicó.
Desaparecieron las líneas de crédito para el agro con tasas a las que estaban acostumbrados los productores con 19 por ciento como máximo y a 180 días que después de la devolución treparon hasta el 33 por ciento.
Al productor que tampoco puede afrontar tasas móviles le queda el grano que tiene almacenado como una caja de ahorro para hacer frente a sus compromisos que en el caso de la campaña agrícola en la zona núcleo le restan un par de fumigaciones con insecticidas y herbicidas para combatir plagas de insectos y malezas.
Ocurre que los precios de los insumos se fueron por las nubes y en dólares, el panorama es de una fuerte incertidumbre que también llega al sector de la maquinaria que está rogando que los proveedores no aumenten los precios y también reclaman que regrese la línea de préstamos subsidiada del Banco Nación que les permitió hacer tantas operaciones de venta.
AFA aún continúa entregando insumos y el sector de las maquinarias todavía produce equipos a la espera de un “reacomodamiento” post devaluación, pero el que aguarda a veces desespera.
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