Con distintas acciones desarrolladas a lo largo del fin de semana en Junín, vecinos, dirigentes e integrantes de agrupaciones vinculadas con la violencia de género profundizaron la difusión de los derechos que poseen las personas que son atacadas física y psicológicamente.
El cronograma de acciones finalizó ayer, justo en el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, con una suelta de globos en la “Fuente del Milenio”. Había arrancado el viernes, con una conferencia de prensa en el local partidario del Frente Progresista Cívico y Social, y continuado el sábado con una entrega de folletos en la plaza España.
Además, para abordar esta compleja temática, los jóvenes del espacio que tiene como referentes a los concejales José María Banfi y Cecilia Ávila, invitaron a la licenciada Cristina De Ciervo, quien brindó una interesante disertación.
En su acepción amplia, la violencia contra la mujer engloba un frondoso espectro de omisiones y acciones episódicas o permanentes: falta de provisión de alimentos, de cuidados y atención médica, problemas sanitarios, mutilaciones, abortos deliberados de fetos de niñas, infanticidio de niñas en países donde se prefieren a los varones, discriminación, explotación, violencia social, amenazas, hostigamiento, coerción, privación arbitraria de la libertad, desapariciones, opresión de géneros, trafico de mujeres, tortura, violación, violencia sexual, homicidios de trabajadoras sexuales, lesbianas, homosexuales, transgénero y transexuales, en zonas de conflictos armados (donde la mujer es botín de guerra) o no. Técnicamente se la denomina violencia feminicida (para abarcar todos los espacios: domésticos, sanitarios, laborales, etc.).
La cultura está ‘tomada’ por la violencia. Se ha perdido la noción de semejante respetable. El trato social se ha tornado violento, extendiéndose a ámbitos institucionales. A las diversas formas de violencia actualmente se los ubicaría dentro de las enfermedades psicosociales.
La psicoanalista local Alicia Iacuzzi sostuvo que “estamos transitando por un clima de particular malestar en la cultura”.
“Nuestra época se ve acompañada por muy poca tolerancia a la frustración. En todos los ámbitos de la vida el ‘todo se puede’, el ‘ya’, el hacer y llegar donde se quiere no importando cómo, ha llevado a un degradante aumento de la patología social.
Las relaciones cercanas son las más amenazadas por los maltratos. Los casos de violencia familiar (física, psicológica, económica y sexual) llevan la delantera; llegándose al extremo de la muerte, con alto porcentual de mujeres y niños”, afirmó.
Agregó que “la tensión entre los sexos viene teniendo una escalada asombrosa. La problemática de las violencias vinculares domésticas o hechos dentro de las familias existen en todas las ramificaciones sociales aunque no siempre sea denunciada. Se dan entre jóvenes y no tan jóvenes parejas, que eligieron mantener una ‘relación afectiva’. Las ‘palizas’ de los fines de semana van al frente en las acusaciones. Son alarmantes los datos de noviazgos violentos entre adolescentes, donde circula significativamente la agresión en los lazos amorosos bajo la modalidad estallido-reconciliación, sucediéndose los hechos cada vez con más frecuencia”.
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