OPINIÓN

Dirigentes de vísperas electorales

A lo largo del último mes, vimos como “dirigentes radicales” de nuestra ciudad mostraron su indignación por la situación partidaria local, hecho al que ya nos tienen acostumbrados. Sin reparo, señalan con el dedo acusador al grupo político del Intendente, sobre la decisión de participar en otro frente electoral, realizando críticas fundamentadas en la falta de ideología, y, como si fueran dueños de una bandera, exigen que renuncien los traidores…
Ante esto, hay dos cuestiones sobre las que es importante reflexionar. La primera tiene que ver con lo que significa comprometerse en la participación política. El proceso de elecciones, para los partidos políticos, es la consolidación del trabajo realizado a lo largo de, por lo menos dos años, donde los ciudadanos premian o castigan con su voto, las acciones de las estructuras y los candidatos partidarios con el fin de continuar o cambiar el rumbo en los distintos órdenes del Estado.
De esta manera, el militante comprometido sabe que el trabajo no se abandona el lunes posterior a la elección, sino que apenas comienza. Teniendo en cuenta esto, vale destacar que no alcanza con utilizar el sello de la UCR para ser candidato y despotricar sobre lo hecho, sino que sería bueno ver a los dirigentes durante todo el año, preocupándose por generar debates, acercar propuestas, realizar jornadas sociales, recorrer la ciudad con iniciativas innovadoras y demás acciones que incluyen la cuestión partidaria, y no sólo aparecer para las vísperas electorales.
En segundo lugar, como ya fue explicado, la identidad ideológica no está definida por el color de la vestimenta, ni por las personas que te rodean, sino por las acciones y los valores que defendés. En este sentido, es que tenemos la posibilidad de decir que Junín hace casi 30 años que es gobernada por radicales, que fue y es una ciudad de punta, que se diferencia de las ciudades de la Región por haberse convertido en un polo comercial, un polo educativo, un polo industrial y en una ciudad de referencia a la vanguardia de la transparencia en la gestión pública, un gobierno radical, que con mucho esfuerzo y  humildad, intenta interpretar lo que los ciudadanos necesitan.
Y es esto lo que nos moviliza a ser parte del Frente Renovador, la convicción de que es necesario generar una alternativa al modelo nacional, que nos ahorca con una inflación que “no” existe, que nos educa con un sistema que no funciona, que se enriquece con los salarios de los trabajadores, que nos denomina traidores si pensamos distinto, que encuentra en el verticalismo autoritario asalariado una metodología de participación política y un sin fin de medidas propias de un relato de ciencia ficción.
Ante esta realidad, vale la pena soportar las descalificaciones, porque seguramente es más fácil quedarse en el cómodo lugar de la crítica sin exponer ni arriesgar nada, resguardándose en un escudo, exprimiendo lo que nos dieron líderes pasados, como hacen muchos “dirigentes radicales” locales. Pero, como me dijo una vez un gran líder, la política es para audaces, y debemos ser responsables y protagonistas de nuestros propios cambios, sólo conducidos por la convicción de nuestras ideas. Por eso es que, como radicales, habilitados o expulsados, llevaremos nuestras ideas y nuestras formas a este Frente, que aspiramos se siga consolidando en una alternativa y realizaremos nuestro aporte para seguir mejorando la calidad de vida de todos los ciudadanos, lo que en definitiva, es por lo que militamos.

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