Héctor Azil dijo que la preocupación gremial por la situación de las pensiones y hogares de ancianos clandestinos es “muy grande” y negó que esa inquietud se relacione con un interés para ubicar más afiliados al mercado formal de trabajo. “Hace un par de meses estuve hablando con Cecilia Herón, le planteé esta preocupación. Está trabajando al respecto, yo sé que visita los hogares”, destacó el dirigente.
“Establecimos una especie de agenda con todas las preocupaciones que les trasladamos como prioritarias. En realidad, en un sindicato como el nuestro, donde tenemos 1.400 trabajadores afiliados y por ahí no estamos preocupados en hacer de este un tema para que 10 ó 15 personas más puedan entrar al mercado formal de trabajo. La preocupación real es porque hay lugares donde los ancianos no están siendo atendidos como se debiera, con un marcado estado de hacinamiento y descuido. Es una pena que haya personas que transitan los últimos años de su vida rodeadas de condiciones deplorables”, reflexionó.
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