Las instalaciones son inadecuadas y el personal no tiene capacitación, pero los precios son más bajos que en los geriátricos habilitados. ¿Qué hacer entonces ante la proliferación de establecimientos en nuestra ciudad que hospedan a ancianos en la clandestinidad? Si los clausuran, como no hay caminos alternativos para su atención, los abuelos internados no tendrían en dónde vivir.
El dilema no es nuevo en Junín, y su persistencia en el tiempo habla de la flaqueza de herramientas que exhiben las autoridades para combatirlo.
En números, el cuadro de situación que por estos días presenta Junín en esa materia es el siguiente: hay dos geriátricos habilitados y trece pensiones o casas para gente de la tercera edad que también tienen los papeles al día, de acuerdo con el registro de la Oficina de Habilitaciones del Gobierno Local y a la que adhiere el gremio ATSA (Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina).
Donde no coinciden ambas fuentes es en la cifra de establecimientos o viviendas particulares que brindan alojamiento sin la estructura apropiada y carente de los papeles que autorizan su funcionamiento.
En el medio, los abuelos que son recluidos en esos inmuebles por sus familiares o que lo hacen por voluntad propia a cambio de la retención de sus haberes previsionales, suelen quedar a expensas de la inseguridad y el peligro.
Proliferación de clandestinos
El secretario general de ATSA Filial Junín, Héctor Azil, sostuvo que hay un vacío legal entre las condiciones que debe cumplir un geriátrico, con habilitación del Ministerio de Salud, médicos permanentes, personal de distintas categorías, dietas controladas, y lo que habitualmente desde el Municipio se habilita como pensiones y hogares de ancianos. “Sabemos que hay una proliferación de esa clase de establecimientos que ni siquiera pasan por una habilitación del Municipio. Son lugares que tendrían que contener a los ancianos que pueden desenvolverse solos”, le dijo el dirigente a DEMOCRACIA.
Azil reveló que en una oportunidad, el sindicato se abocó al control de las guarderías de ancianos junto al Ministerio de Trabajo y señaló que “se labraron muchas actas y se abrieron canales de denuncias gracias al testimonio de gente que nos dijo dónde funcionaba este tipo de establecimientos”.
“El fruto de esa investigación fue derivado a la Justicia, que ya estaba actuando por un par de accidentes importantes que habían ocurrido en Chacabuco y en Lincoln. Después no sé qué paso con ese expediente”, comentó.
En la actualidad, los datos que maneja Azil reflejan que el Municipio tiene alrededor de 16 entidades con habilitación vigente, con distintas categorías (pensiones, hogares de ancianos, clínicas geriátricas), pero “largamente supera el doble los que lo hacen de manera clandestina”.
“Les facilita la tarea el hecho de tener una pieza que le sobre y agregar tres o cuatro camas para hospedar a los abuelos”, sostuvo el representante de los trabajadores de la sanidad.
Al respecto, Azil apuntó que lo peor que se puede hacer es no hacer nada. “Habría que buscar una legislación intermedia que obligue a cumplir un mínimo de requisitos, ya que la ley provincial es muy exigente y no todos pueden acogerse”, indicó.
En cuanto a los objetivos edilicios que deben cumplir quienes comercian con este tipo de servicios, el dirigente puntualizó que las condiciones mínimas son que exista “una cantidad de metros cuadrados por cada anciano alojado, comida controlada por un nutricionista, un médico que se haga cargo del lugar y la contratación de un servicio de emergencias permanente. El municipio además debería visitar esos sitios con sus inspectores dos veces por mes, para verificar que esas medidas se cumplan”.
Qué dice el Municipio
Cecilia Herón, directora de Tercera Edad y Discapacidad, asegura que desde que asumió en el cargo, el 1 de septiembre de 2011, se puso como propósito visitar permanentemente las pensiones y casas para personas de la tercera edad.
“Una vez por semana hago una visita de rutina a los que tengo en el listado de habilitados y a aquellos que detectamos sin habilitación, ya sea por alguna denuncia o por la intervención del Poder Judicial. Siempre voy acompañada por la jefa de Inspección General, Graciela Barco, de modo tal que seamos dos las que demos cuenta de lo que relevamos en ese paso por el lugar. Ingresamos, hacemos un recorrido, hablamos con quien está a cargo de la regencia del lugar y vemos cuál es el estado de las personas allí”, relató la funcionaria al ser consultada por este diario.
Herón afirmó que hay quince establecimientos habilitados, dos de ellos geriátricos: Los Almendros y la Clínica del Lago, donde sí hay profesionales, médicos geriatras, enfermeros, licenciados en nutrición, cuidadores formados, todo un bagaje en recursos humanos preparado para la asistencia completa. Además de la habilitación, cuentan con el permiso del Ministerio de Salud.
En cuanto a las pensiones, Herón explicó que la no presencia de un médico es porque esos centros se enfocan en dos prestaciones, alojamiento y comida. “Sería como pretender que en un hotel haya médicos o enfermeros las 24 horas, cuando uno solamente va a pernoctar. De todos modos, muchas de las personas que viven en esos lugares tienen obra social y un servicio de emergencia contratado”, afirmó.
-¿A este tipo de pensiones acuden muchas personas que, por su edad, están más expuestas a problemas de salud?
-Cuando hablo de vejez, me refiero a que se puede dar hospitalidad a personas con un estado psicofísico muy bueno, que son autoválidos y tienen un dominio normal de su vida cotidiana. Distinto es cuando hablamos de individuos dependientes, que claramente no pueden ser recibidos en ese tipo de entidades. Por eso yo recomiendo a los familiares y a las obras sociales que deriven a la persona mayor a un geriátrico.
-¿Tienen denuncias por pensiones truchas?
-Hemos tenido conocimiento de algunos sitios clandestinos por denuncias al 0800 municipal o realizadas en forma escrita. Hemos concurrido, se labraron las actas y se giraron al Juzgado de Faltas y en última instancia se lo clausura. Por lo general se lo intima a que regularice su situación en un determinado plazo, se da lugar a una segunda intimación en caso de que la primera no se haya cumplido.
-¿Qué requisitos deben cumplir los geriátricos y los hogares?
-Un geriátrico debe tener salida de emergencia, botón anti pánico y una serie de medidas edilicias necesarias para la seguridad. En las pensiones, el nivel de sofisticación es menor y por lo general se requiere que las habitaciones tengan luz natural, ventanas externas, matafuegos, salidas de emergencia y la habilitación. La idea es que no haya hacinamiento, que convivan cuatro o seis personas por habitación. Por lo general, las pensiones que he visitado tienen buena higiene. Hay muchas cosas por superar, por mejorar, que le son informadas en cada visita.
HOSPEDAJES PARA ADULTOS MAYORES
Geriátricos clandestinos: inseguridad y peligros para los ancianos juninenses
El municipio y el gremio de la sanidad coinciden en que hay quince establecimientos habilitados. Pero mientras el Gobierno Local dice que son “muy pocos” los que están fuera de la ley, ATSA afirma que los inhabilitados son más de treinta.
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