JUNIN PLURAL

Testigos de Jehová defienden a ultranza la postura contra la transfusión sanguínea

Entrevistados por DEMOCRACIA, dos miembros de esa congregación religiosa en nuestra ciudad aseveraron que la polémica por el caso del baleado al que no le inyectan sangre por su religión es injustificada y fue armada por los medios de comunicación.

Hace una semana, cuando la Corte Suprema de Justicia de la Nación falló a favor de un Testigo de Jehová que se niega a que se le efectúe una transfusión de sangre, la opinión pública se partió en dos: de un lado se expidieron aquellos que señalan la “acientificidad” de las creencias religiosas; en la vereda de enfrente se ubicaron quienes, avalando la sentencia de la Corte, defendieron ideas como las de “autonomía de la voluntad” y “objeción de conciencia”.
En el fallo favorable al paciente que rechaza una transfusión, el Tribunal se basó en el artículo 19 de la Constitución Nacional, que reza que “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan el orden y la moral pública ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados”.
El tema sobre el que se expidió la Corte no es nuevo. Pablo Albarracini fue internado en mayo en la clínica Bazterrica de Buenos Aires con graves lesiones producidas por un arma de fuego a raíz de un intento de robo. Los médicos argumentaron que necesitaban hacerle una transfusión de sangre dado su estado crítico. Pero el hombre adscribe al culto de los Testigos de Jehová, que mantiene entre sus principios religiosos el de no recibir ese tipo de intervenciones clínicas. Su esposa, que adscribe a la misma creencia, se negó. Pero el padre de Pablo presentó una medida judicial -que le fue negada- para que se autorice a los médicos a realizar la transfusión.
Mientras la cuestión se resolvía en el ámbito judicial, la polémica fue creciendo hasta instalarse en todos los rincones de la sociedad y todavía no pierde peso como eje de debate donde sea que asome la conversación.
DEMOCRACIA dialogó con dos integrantes de la congregación de los testigos de Jehová en nuestra ciudad, quienes realizaron una encendida defensa de la no transfusión de sangre. “No le atribuimos una característica mística a la sangre porque no la tiene, pero entendemos que hay otros procedimientos igual de efectivos y que no requieren la manipulación de un componente que para nosotros es sagrado”, dijo Rubén Sosa, quien paradójicamente tiene como profesión la bioquímica, es decir que a diario realiza extracciones sanguíneas.  

La congregación a nivel local

Dentro de la congregación local de los Testigos de Jehová, Sosa tiene como función la de ser el enlace con los hospitales. Esto significa que ante la eventualidad de que una persona de su religión deba ser internada, él podrá ayudar a la familia del paciente a encontrar el lugar apropiado para la asistencia médica.
Acompañado por Rubén Alberti, encargado del Departamento de Noticias de la institución en nuestra ciudad, Sosa dijo que la organización religiosa fundada por el norteamericano Taze Russell tiene en Junín más de trescientos miembros activos, cifra que se quintuplica si se contabiliza a quienes residen a cien kilómetros a la redonda de Junín. “Las personas que se reúnen son muchas más. Por ejemplo, para la conmemoración de la muerte de Cristo, el 5 de abril pasado, el encuentro convocó a seiscientas personas”, acotó.

La conversión desde el catolicismo

Sosa decidió cambiar de religión cuando era adolescente. “Llegué a conocer a los Testigos de Jehová en 1976. Procedía de una  familia católica pero no de esos que asistían todos los domingos a misa o que iban muy a menudo a la iglesia. Yo tenía una mente muy inquisitiva en ese momento y esta religión me dio las respuestas a las preguntas que en ese momento me hacía. Y también me animó el ver que la instrucción que recibía a través de la Biblia me producía beneficios prácticos en la calidad de vida”, recordó.
En aquel momento fue el único de la familia que realizó esa conversión, años después lo imitaría su familia. “En ese momento se iniciaba la dictadura y muchos criticaban la postura neutral de los Testigos de Jehová en referencia a la cuestión civil y militar, ya que para nosotros uno de los preceptos fundamentales es el de no utilizar armas y otro es el de amar al prójimo”, continuó.   
Sosa y Alberti aseguraron que el cambio de una religión como la católica a la de los Testigos de Jehová no es drástico. De hecho, dicen llevar la misma vida que cualquier persona: miran los mismos programas de televisión, van al cine, a fiestas y demás reuniones sociales y se divierten como cualquiera. “Siempre existió la misma apertura para que cada quien llevara a cabo su vida particular como mejor le placiera. No vivimos encapsulados, somos miembros de la comunidad y tenemos las vivencias comunes a cualquier persona”, expresó Rubén Alberti.

-¿Y por qué tienen esta posición contraria a la transfusión de sangre que parece infranqueable?
-Por una postura bíblica. Consideramos que la sangre es sagrada y en base a un precepto marcado en “Hechos 15, 24-29” nos abstenemos de sangre. Pero eso no significa que no recibamos tratamiento médico. De hecho, al ser bioquímico trabajo con la sangre, no le atribuimos una característica mística a la sangre porque no la tiene, pero estamos convencidos de que hay otros tratamientos. No es una cruzada contra la sangre, más bien es la defensa de una creencia religiosa con la que otra gente puede estar de acuerdo o no. Lo que no se informa son muchas de las alternativas y tratamientos médicos que hay disponibles hoy.

-¿Hay mecanismos tan eficaces como el de transfundir sangre?  
-Por supuesto. Por ejemplo, hace pocos días concurrimos al Congreso Mundial de Anestesiología –se realiza una vez cada cuatro años-, que no es organizado por los testigos de Jehová, donde se reunieron más de diez mil anestesistas de todo el planeta y se fueron discutiendo a lo largo de una semana distintas cuestiones referidas a la salud.
Se planteó si es conveniente o no trasfundir durante el transcurso de una cirugía y muchos de los especialistas nos dijeron que la ciencia nos está dando la razón. Hay otras estrategias, otras formas de enfocar la atención del paciente con la que se puede buscar y conseguir un efecto inmediato o un efecto a largo plazo.

-¿Entonces por qué se originó todo este revuelo con el hombre baleado?
- Lo originaron familiares del paciente que no son Testigos de Jehová y que quizás, llevados por la angustia, la ansiedad y el desconocimiento, pidieron la intervención de la Justicia.  Los médicos del Hospital Bazterrica no causaron ningún problema, solamente pidieron autorización para realizar la transfusión y no lo hicieron de inmediato, sabiendo que era un paciente testigo de Jehová, entonces empezaron a utilizar la otra alternativa. Los familiares que no son de esta religión insistieron con el tratamiento por vía sanguínea como si lo único que te fuera a salvar la vida fuera la sangre.       
Los daños que ha producido en otros casos la sangre no son menores. Hay estadísticas que son asombrosas, lo que pasa es que no se las difunde en los medios de comunicación.

-¿Por qué entonces la transfusión de sangre siegue siendo el método más utilizado en estos casos?
-El sistema de transfusión está cayendo en desuso. Los especialistas en hemoterapia lo pueden aseverar. 

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