Expertos advierten que la adolescencia “se expresa hoy de un modo diferente”

Que los chicos de entre 9 y 11 años ya no se diviertan con los “juegos de niños” no debería ser, en principio, una señal de alarma para los padres, que muchas veces consultan porque sus hijos “no juegan” como lo hacían ellos a su edad, y en lugar de eso prefieren escuchar música con sus amigos o estar en la computadora -mayormente en las redes sociales-.
En este sentido, las psicólogas juninenses Silvia Naso y Yamila Avagnina, del área de Psicología Infantil del Servicio de Salud Mental del Hospital Interzonal General de Agudos de Junín, advirtieron en una entrevista con este diario que no es que la adolescencia se haya adelantado, o que se trate de una cuestión biológica, sino sencillamente que los tiempos cambian, y con ellos, los usos y costumbres culturales.
Para Naso, “siempre la pubertad se dio en las mismas edades”, pero “hoy se expresan de un modo diferente”, por las situaciones sociales que se viven actualmente, íntimamente vinculadas a los avances tecnológicos.

Tiempos posmodernos

“Para hacer una analogía –dijo Avagnina-, si mirás una película de 20 años atrás, seguramente las formas de hablar, las cosas que se muestran, el contenido de esa película (aunque sea de la misma temática) va a ser totalmente distinto al de una película que se filme hoy, en 2012, porque el discurso, lo que está permitido o prohibido: es otro”.
“Hoy tenemos una aceleración en el modo de vida, por la cual a veces pareciera que los chicos maduran antes, pero no es así, sino que las formas de comunicación son distintas. Hoy tenemos la inmediatez, que se da en todos los fenómenos sociales, y los chicos también quieren todo ahora, ya, y los padres también”, explicó Naso.
“Por ahí un padre ve cómo se desenvuelve el chico, y la pregunta es, ese niño, todavía niño, aunque nos parezca que funciona como un adulto, ‘¿es un adulto?’ Y esto queda a criterio de los padres, de poder pensarlo. Hoy los chicos tienen acceso a un montón de cuestiones, ahora ese niño por jugar a ser grande ‘¿es grande?’”, se preguntó Avagnina.
Y aclaró: “Estamos en tiempos en que está todo tan corrido, que terminan siendo adultos los niños y niños los adultos, entonces, ahí es donde está la confusión en cuanto a pensar que los niños maduran antes, pero no es así”.

El rol de los padres

No obstante ello, las profesionales coinciden en que “siempre tiene que haber una regulación del otro, y ese otro es el padre y la madre, o las figuras parentales”, quienes tienen que estar regulando todos estos fenómenos, como la Internet y las nuevas tecnologías, porque “el niño necesita un regulador”.
Sobre si era peligroso el acceso que hoy tienen los niños a las redes sociales, la psicóloga Avagnina relativizó: “No se trata de si una cosa es buena o mala, sino de cómo se regula”. Y agregó: “En todas las épocas hubo cambios, en este caso se dan los fenómenos de comunicación, las redes sociales virtuales, que tienen que tener cierta regulación. Nada es bueno o malo en sí mismo”.
“El chico no puede estar todo el día conectado en las redes sociales, como en otro momento no podía estar todo el día en el club o mirando televisión”, afirmó Avagnina. “Las figuras parentales tienen que ser el sostén del chico y el regulador de su seguridad. Es decirle o hacerle notar que ‘aquí estoy yo, estamos nosotros’”, graficó.
“Por ejemplo, tienen que saber que pueden ir en bicicleta o caminando, pero saber con quién pararse y con quién no”, completó Naso, y añadió que los padres “deben informarles a sus hijos dónde puede estar la inseguridad, pero sin caer en una representación del mundo como un lugar hostil”, que los reprima o los cercene en sus posibilidades de crecimiento.

Los cambios y la angustia

“El chico por ahí se cree que todo lo puede, pero por ahí está ocultando la angustia que le producen todos esos cambios físicos, fisiológicos hormonales y psicológicos que está teniendo. Porque está perdiendo el cuerpo de niño, está perdiendo los padres de niño, y está perdiendo su medio de niño y su rol en el contexto social. A veces esa forma de ser tan adulta es una forma de defensa ante toda esta angustia que está teniendo”, señaló Naso.