“Hoy los niveles de felicidad son más altos en los ancianos que en jóvenes”

La percepción de la sociedad sobre las capacidades de la clase anciana tienden a cambiar con el paso de los años, a caballo de una actitud mucho más vital y desprejuiciada que los propios adultos mayores tienen de ellos mismos.
Sobre esa conclusión se explayó Ricardo Iacub, profesor en psicología de la tercera edad y vejez de la Universidad de Buenos Aires (UBA), invitado por la Universidad Nacional del Noroeste para brindar una disertación a los inscriptos en el programa Pepsam que brinda la casa de altos estudios con asiento en nuestra ciudad.
En charla con DEMOCRACIA, el docente explicó que “en realidad la idea es abordar los derechos” de los gerontes y poder modificar esa mirada tan negativa que hoy tienen algunos sectores de la sociedad sobre las capacidades de quienes transitan la vejez. Además, en la charla, desarrollada en el aula magna de la institución académica, se buscó resaltar los aspectos positivos que la ciencia ha ido descubriendo en el último tiempo, donde se pone de relieve la tendencia cada vez más pronunciada de los ancianos a vivir de una manera agradable. “Hoy vemos que los niveles de felicidad en los adultos mayores muchas veces son más altos que en los jóvenes, que también se incrementa el disfrute amoroso y el disfrute sexual, lo  cual contrarresta esa concepción”, afirmó el profesional.
Según Iacub, en la medida de que la gente tome conciencia de las oportunidades que se van abriendo para los mayores de 55, “habrá que pensar en cómo readecuamos sus derechos para que toda la población los acompañe y no los deje de lado”.
En referencia a las consultas que surgen en las conferencias, donde, como ayer, el disertante tiene la posibilidad de interactuar cara a cara con  el público y responder a sus preguntas, Iacub dijo que “las inquietudes sobre todo tienen que ver con la sorpresa que se llevan ellos mismos de estar realizando determinadas actividades y preguntan cómo es posible, ya que no tuvieron referencias de un envejecimiento divertido de alguien de su entorno, con el agregado de un contexto acostumbrado a pensar que ya no tenían nada que entregar. Queremos que asimilen que lo que hoy les pasa es lógico que les ocurra”.