En 2018, la Escuela Técnica N°2 se mudó finalmente a su edificio propio, en Discépolo 448 de nuestra ciudad, luego de años y años sin más opción que la de forjarse en inmuebles alquilados.
Hoy la escuela se enfoca en avanzar con la construcción de dos aulas nuevas, el comedor, otro set de baños, una ampliación de la cocina y algunas otras dependencias menores. Asimismo, con el crecimiento de la matrícula, y por la necesidad de ir transformando espacios, los laboratorios se convirtieron en aulas, por lo que desde la Asociación Cooperadora se encuentran trabajando para realizar los mismos.
El nuevo director del establecimiento, Miguel Laiun, destacó el impulso de la escuela en la gestión de su predecesor, Esteban Beato, y aseguró que trabajan en la misma dirección.
Las dos especialidades de la escuela incluyen informática y programación, sin dudas dos orientaciones que son cada vez más demandadas en la sociedad. No obstante, más allá de ello, Laiun destacó un cambio en la percepción de la escuela, que favoreció el crecimiento de la matrícula.
“La evolución de la matrícula viene desde hace unos años, desde 2015 o 2016, no recuerdo exactamente, cuando tomó la dirección mi predecesor, el profesor Esteban Beato, con el cual trabajamos, yo desde mi modesto lugar. Con todo el equipo fuimos de a poco cambiando la calidad, la percepción de la escuela en sí de toda la comunidad”, señaló. En aquel momento, según refirió, la matrícula no pasaba de 70 estudiantes.
“Así creció, y en 2018 finalmente tuvimos un edificio propio. Cuando nos mudamos, vinimos ya con 200 estudiantes”.
Crecimiento que efectivamente se dio -y continúa- cuando entre 2021 y 2022 ya contaban con 300 alumnos. “Hoy en día estamos con el orgullo de tener 439”, dijo el director sobre este nuevo ciclo lectivo, y destacó que “esto implica que, de alguna manera, el trabajo del equipo ha dado resultados y las familias están reconociendo ese trabajo y confían a sus chicos a la educación de la Técnica 2”.
Adaptarse al crecimiento
Laiun recordó que, una vez que superaron los 300 alumnos, luego de la pandemia, lograron la posibilidad de construir una ampliación “que fue otorgada con fondos del Estado, en un acuerdo tripartito de Nación, Provincia y la Municipalidad. Se hizo una licitación, luego la adjudicación y empezaron a trabajar. Estuvieron dos o tres meses trabajando, hubo grandes avances en ese momento, pero por falta de fondos se frenó la obra”.
Así, “con el crecimiento de la matrícula tuvimos que ir transformando los laboratorios en aulas, de manera tal que nos quedamos prácticamente sin laboratorios. Una escuela técnica sin laboratorios es ilógico”.
Aprovechando que en la institución las especialidades se consideran “blandas” y no requieren uso de maquinaria pesada, la estrategia fue “convertir las aulas donde están los chicos en el momento en que tienen una materia específica, en el laboratorio en ese momento de trabajo”.
“Esto implica una pérdida de tiempo, porque hay que preparar todos los recursos que se requieren y al final de la clase hay que desarmar todo para la siguiente clase. En ese aspecto tenemos una deficiencia grande”.
Por tales motivos, la Asociación cooperadora continúa su trabajo para concretar con mucho esfuerzo los laboratorios.
“Hoy los estudiantes comen los cuatro turnos en el pasillo. Afortunadamente el espacio es bastante amplio, hay espacio, pero en un momento dado realmente es caótico y la verdad que, así y todo, es interesante verlo. Chicos que entran, chicos que salen, pero se maneja bien. Es lo que podemos en este momento”, señaló el directivo.
Cabe destacar que los años del ciclo básico -1°, 2° y 3°- tienen una jornada de aproximadamente seis horas por día, donde se incluyen materias técnicas. Cuando se elige la especialización a partir del 4°año, y luego también en 5°, en 6° y en 7° año, tienen una carga mayor, cercana a las ocho horas diarias.
Reinicio de obras
El director señaló que están prestos a retomar las obras y esperan que en las vacaciones de invierno puedan culminarse.
“En lo que se refiere a la obra del Estado, ya se cumplieron todos los pasos legales, ya se hizo la licitación durante enero. Y como fue un solo oferente el aceptado, hace falta, por normativa, que se autorice mediante el Concejo Deliberante y luego la firma del contrato.
Esto sería para las realización de dos aulas, la terminación del comedor y ampliación de cocina, otro set de baños y algunas otras dependencias pequeñas, como parte del convenio tripartito.
“Tengo la esperanza de que ya dentro de 10 días estemos retomando las obras con la empresa; y calculo que, dado el avance que había, en 3 meses podría más o menos estar terminado. Esperaría que podamos estar inaugurándolo después de las vacaciones de invierno”, destacó el nuevo director.
Respecto a la obra que corresponde a uno de los laboratorios, a cargo de la Asociación Cooperadora, aseguró: “Es una obra muy ambiciosa, que requirió hasta ahora el apoyo y la colaboración económica tanto de los padres como también de empresas locales, del Consejo Escolar y de la Municipalidad. Estamos en vía de intentar que el Estado pueda ayudarnos con el techado”.
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