La importancia del arbolado urbano para mitigar las altas temperaturas en Junín
El arbolado tiene un papel crucial en la mitigación del cambio climático.
MANTENER Y MEJORAR EL ESTADO DE LOS ÁRBOLES

La importancia del arbolado urbano para mitigar las altas temperaturas en Junín

Los ejemplares que ocupan la vereda de nuestra ciudad constituyen nuestro patrimonio verde y natural, que además de embellecer y dar color, aportan oxígeno y desempeñan un papel importante en la moderación del cambio climático.

El calor característico de enero es intolerable y los últimos días en Junín, han sido prueba fehaciente. Durante el verano los termómetros ambientales están alcanzando los 35°C y aquellos que caminan por las calles de la ciudad, buscan sombra donde sea.

Lo mismo hacen los conductores cuando ven el semáforo en rojo: buscan ese reparo y alivio que deja la copa de algún árbol urbano, cualquiera, hasta esperar el verde y continuar su marcha. 

De esta forma, nos enfrentamos a otra realidad indiscutible: para contrarrestar el calor natural, de estas geografías, es necesario el arbolado urbano. 

Los árboles ubicados en las distintas veredas de Junín prestan un servicio en relación a la amortiguación de las altas temperaturas y su implementación en las ciudades mejora la calidad de vida de los vecinos. 

Consultada por Democracia, la Doctora en Ingeniería Forestal e investigadora del Conicet, Ana Clara Cobas informó sobre los beneficios de plantar árboles para la salud y la calidad de vida de los habitantes que viven en ciudades.

En ese sentido, se refirió al fenómeno de “las islas de calor que se registra en aquellas zonas donde tenemos mayor urbanización, asfalto y edificios más altos y por ende, temperaturas más altas”. 

La infraestructura verde es una de las soluciones de base natural que contribuye a mitigar el calor. “El árbol sirve para morigerar y regular la temperatura. Pero para que pueda cumplir esa función tenemos que dejarle que tenga una copa un poco más ancha de lo que estamos acostumbrados a ver. Porque siempre se pensó que cuanto más árboles mejor, y no. Lo que en realidad interesa es la calidad. Entonces, en la ciudad, se ven árboles en donde la copa queda reducida como un globito y aseguran que ‘quede más prolijo’ pero está perdiendo este servicio de regular la temperatura”, explicó. 

Ante este panorama, aseguró que la idea es “evaluar la cantidad de árboles que hay que tener en una cuadra”. “Siempre uno tiene que evaluar la situación en la cual se va a poner el árbol. Si tenés las veredas angostas, si tenés las veredas anchas, si estás en la zona del centro que tenés carteles, que tenés vidrieras, si estás en una avenida donde podés poner un árbol de mayor porte, o sea, de mayor tamaño. Hay árboles que no sirven para vereda, como son los álamos, los sauces, los eucaliptus, el palo borracho”, detalló.

Y añadió que “en general, en las veredas de las ciudades se tratan de no poner árboles que puedan tener algún tipo de toxicidad, o que tengan espinas. Esos árboles se evitan de poner en donde la gente va, viene y pasa”. 

En ese sentido, Cobas señaló que también se debe poner bajo estudio “cuál es el clima de la zona, de la región; que cantidad llueve, porque hay árboles que sirven en otra ciudad, que tienen otras características climáticas pero que en Junín podrían no servir”. 

Por otra parte, aseguró que “lo fundamental es no esperar a que el árbol tenga 30 años y empiece a tener conflicto con las ramas, sino empezar a hacer podas de formación o cuidado”. 

También destacó que “la primera y única recomendación” antes de plantar sería “que se acerquen al Municipio a consultar cuáles son las especies indicadas para la zona en donde se encuentran, porque existe una planificación”. 

“Las personas veían un árbol, les gustaba y lo plantaban en la puerta de sus casas. Entonces recorres las calles y ves un jacarandá en una vereda que no le corresponde o un palo borracho que no es para arbolado urbano”, señaló.

El estrés urbano 

Por sorprendente que pueda resultar, el estrés en las plantas es algo mucho más habitual de lo que podemos pensar. Un término que, si bien identificamos habitualmente con humanos y animales, también es recurrente en el mundo vegetal.

El estrés en las plantas puede llegar a poner una planta tan al límite que pueda ser el motivo para acabar con ella. No lo hará de forma inmediata pero sí desencadenará un proceso.

“El árbol se estresa. Se estresa por el cambio climático y por las condiciones donde está la ciudad. El árbol no está en su hábitat natural, entonces tiene que lidiar con diversos impactos negativos. Por ejemplo, muchas veces se ve que le dejan la cazuela muy pequeña. Entonces, ¿cómo esperan que pueda absorber el agua?. El árbol necesita agua para poder crecer”, aseguró Cobas. 

“Cuando se saca un árbol, hay que reponerlo”

Por otra parte, Cobas indicó que cuando un vecino extrae un árbol, “sí se debe replantar” y añadió que “un ejemplar que se saca, ejemplar que se tiene que volver a plantar”.

“Menos en aquellas situaciones donde se hizo una construcción y, por ejemplo, hay una cochera que impide que se pueda poner un árbol en el mismo lugar”, aclaró. 

“Vos estás sacando un árbol que tiene una función en el ambiente y que brinda servicios ecosistémicos; de regulación de temperatura, de amortiguación de ruidos, de retención de partículas en el ambiente. Los árboles ayudan con la biodiversidad y tienen un aporte en la salud física y mental de las personas”, señaló. 

Luego de enumerar los beneficios del arbolado público, la especialista hizo hincapié en que “si empezamos a sacar árboles y –por alguna razón– no replantamos”, el día de mañana “solo nos van a quedar los árboles que tenemos en las plazas y comenzaremos a perder todas estas funciones y servicios que nos brindan para mejorar el ambiente humano”, detalló.

Censo forestal del arbolado urbano

Son pocas las ciudades que conocen con exactitud cuántos árboles tienen. Junín es una de ellas, gracias a un censo realizado en la Unnoba por un equipo que dirigió Ana Clara Cobas.

El trabajo consistió en contabilizar todos los árboles de las veredas del casco urbano de Junín (sin tener en cuenta plazas ni plazoletas), clasificarlos según la especie y determinar su estado sanitario.

Actualmente, la investigadora se encuentra trabajando con los municipios de Viamonte, Rojas y Arenales, en pos de elaborar un censo forestal del arbolado urbano en aquellas localidades. “Con estos datos después se va a hacer una evaluación sobre las condiciones del arbolado; porque hay muchos árboles que están deteriorados y se tendrían que cambiar, y que empiezan a generar un riesgo para el ciudadano. Son planificaciones a largo plazo, no puedes dejar toda una zona sin árboles, entonces vas intercalando y ahí vas viendo si es necesario poner los árboles tan seguidos o no”, sostuvo. 

Por otro lado, enfatizó en “la educación del ciudadano”. “Es importante que el vecino vaya a hablar con el Municipio para saber qué ejemplar poner, cómo se tiene que cuidar, por qué es importante no realizar podas invasivas o agresivas; que el ciudadano también entienda bien sobre los tantos beneficios que da el árbol. El beneficio que aporta a la ciudad, y más con este cambio climático que se está sintiendo”, señaló. 

Ordenanza municipal 

La directora de Arbolado del Municipio, Patricia Correa, sostuvo que “no existe el árbol ideal para ningún lugar”; sin embargo, sostuvo que “se buscan especies que generen las menores dificultades posibles”. 

Por tal motivo, contó que los ejemplares que más se recomiendan son “acer buergerianum, acer negundo, lagerstroemia indica – conocido como crespón – y el fresno dorado”; y añadió que “son de segunda y tercera magnitud; de tamaño mediano y chicos”. 

“Estas cuatro sabemos que no generan ningún inconveniente, pero siempre es bueno seguir incorporando especies; sobre todo si pudiéramos sumar especies nativas que generen una copa que proyecte sombra. Porque lo que más buscamos en la ciudad es que la copa de los árboles disminuya la temperatura ambiental”, explicó.

La ordenanza que regula las actividades y las acciones sobre el arbolado en Junín es la 4515. “Si bien hay una época para la poda, es municipal. Está demostrado que el árbol no necesita la poda. No es una práctica necesaria desde el punto de vista del árbol, sino para la convivencia entre la planta y la ciudad”, indicó Correa. 

Cabe destacar que dicha disposición también establece los motivos por los cuales se permite la extracción de un árbol; las multas que se le aplican a quienes extraen sin autorización; remarca cómo debería ser la cazuela, así como el cantero donde el árbol se plante. 

“A lo que estamos apuntando es que haya un árbol por frente. Esto se va haciendo despacito, paulatinamente; por eso a veces cuando se otorga la autorización para extraer un árbol no se pide reposición porque ya queda uno o dos árboles en el frente de esa casa”, aclaró. 

De acuerdo a lo que indicó la funcionaria, “antes se tomaba la medida de cantidad de árboles por persona y hoy se busca qué porcentaje de sombra hay en la ciudad”. 

“Para que ese porcentaje aumente tenemos que tratar de tener copas más anchas que altas, entonces tenemos que aumentar la distancia entre árboles”, concluyó.