Las ventas minoristas de las Pymes volvieron a crecer tras 19 meses de retrocesos, al trepar un 2,9% interanual en octubre, a precios constantes; en tanto, un 51% de los empresarios sigue manifestando que el principal obstáculo que enfrenta la Pyme es la falta de ventas, de acuerdo a un relevamiento elaborado por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
De esta forma, en octubre se registró el primer saldo positivo en más de un año y medio. Sin embargo, a pesar de estas mejoras el balance del año sigue en terreno negativo ya que, en los primeros diez meses del año, las ventas acumulan un declive del 13,2%.
En ese sentido, Democracia dialogó con la presidenta de la Sociedad Comercio e Industria Junín, Marianela Mucciolo, quien aseguró que “a nivel local el panorama es un poco más complejo”.
“Aunque a nivel nacional se observan signos de recuperación en el comercio minorista, en Junín esta mejora aún no es tan evidente. Muchos comercios locales siguen enfrentando desafíos importantes en cuanto a costos, presión impositiva y disminución del poder adquisitivo de los consumidores. Si bien hemos registrado ciertas mejoras en sectores puntuales, en general, el comercio local no ha visto un repunte significativo y sostenido en las ventas”, explicó.
En relación a los factores que han contribuido a mejorar las ventas a nivel general, mencionó las estrategias de financiación y promociones que "buscan reactivar el consumo en fechas claves, como el Día de la Madre y otras festividades”. “Si bien estos esfuerzos brindan un alivio parcial al consumidor y fomentan el movimiento en los comercios, en el ámbito local, el impacto de estas estrategias ha sido moderado. La situación económica de fondo sigue limitando la capacidad de compra de muchos vecinos de Junín, y esto se refleja en el volumen de ventas de los comercios de nuestra ciudad”, señaló.
Respecto a qué rubros han mostrado un mejor desempeño en comparación con otros, sostuvo que “el sector de indumentaria y calzado experimentó un incremento en ventas durante el Día de la Madre, impulsado en gran parte por promociones específicas y planes de financiación”.
“También se ha visto cierto movimiento en artículos de hogar y tecnología, aunque este comportamiento es estacional y depende mucho de la disponibilidad de ofertas atractivas para el consumidor. En contraste, otros sectores, como el de alimentos y bebidas, siguen mostrando una estabilidad relativa, pero sin grandes repuntes debido a las dificultades económicas actuales”, explicó.
Sin embargo, a pesar de estar muy cerca de fin de año, Mucciolo sostuvo que “el panorama continúa siendo incierto”. “Aunque se espera un impulso en las ventas debido a las festividades, la situación económica actual y las expectativas de los comerciantes locales indican que será un período desafiante”, detalló.
Ante este escenario, la continuidad de incentivos, como descuentos, promociones y opciones de financiamiento, será clave para sostener el consumo. “Desde nuestra Cámara, estamos trabajando en iniciativas para acompañar al sector y creemos que mantener políticas de alivio fiscal es esencial para fortalecer el comercio minorista en este contexto tan sensible”, concluyó.
“Se revirtieron los números negativos”
Según Luciano Ares, gerente de Naldo, los primeros meses del año fueron difíciles. “Fue una época de una caída importante en la actividad y en las ventas. Pero a partir de – más o menos – mitad de año, empezaron a acomodarse los números”, indicó.
En ese sentido, detalló que – durante los dos últimos meses – se vienen revirtiendo “los números negativos que teníamos en unidades y ya contamos con valores positivos, en comparación al mismo mes del año pasado”.
En respuesta a la compleja situación económica, Ares destacó que Naldo cuenta “con financiación y crédito personal propio”. Además, aseguró que los tres días de Cyber Monday “resultaron muy bien”. “Fue un evento que superó las expectativas que teníamos, que ya de por sí eran buenas. Nos fue bien tanto en el e-commerce como en las sucursales”, añadió.
Al ser consultado sobre los productos que lideraron las ventas, aseguró que “tanto las motos como los ítems de temporada – aires acondicionado, heladeras, cocinas – se están vendiendo muy bien”.
Al respecto, señaló que el aumento de las ventas – por unidad – es del 10%, en comparación a inicio de 2024.
En tanto, las actitudes de los clientes son variadas: “Hay personas que llegan al local ya habiendo hecho todo el análisis previo – a través de las páginas web -, entonces nos visitan con la decisión tomada o con nuestro catálogo. Ya saben qué es lo que quieren comprar y cómo lo van a adquirir. Pero después, también están aquellos que empiezan todo el proceso de compra en la tienda”.
“Hay una reestructuración de precios”
Fernando Zárate está a cargo de La Ferretería, ubicado en calle Ramón Hernández 805, y desde hace 12 años y medio, se dedica a la venta de herramientas e insumos para hacer arreglos y reparaciones en el hogar.
Según relató, en diálogo con este medio, en las últimas semanas, los precios “están bajando” pero que – aun así – la actividad en el mostrador “está muy tranquila y a esta altura del mes de noviembre, podía decir que todavía no empezamos con las ventas”.
En ese sentido, resaltó que el punto fuerte del negocio son “las obras grandes y las cuentas corrientes grandes”. En cambio, la venta diaria, “está muy tranquila”.
“Se está registrando una reestructuración de precios. Algunos productos habían subido y de a poquito van bajando”, indicó.
En cuanto a las preferencias de pago, destacó un crecimiento en el uso de billeteras virtuales y tarjetas de crédito, mientras que el efectivo ha caído en desuso. “El efectivo se ve cada vez menos; es todo transferencias, tarjetas de débito, de crédito, operaciones bancarias”, señaló.
“La estabilidad de los precios incentivó las ventas”
En Roque Sáenz Peña 142, Verónica Mingorance, una de las dueñas del local de indumentaria masculina y femenina que abrió sus puertas en 1895, aseguró que “a raíz de la estabilidad de los precios – que se viene registrando desde hace ya varios meses – la gente está comprando más confiada, lo que hace que haya más trabajo y más ventas”.
“De nuestro lado, siempre tratamos de ofrecer siempre todas las posibilidades: dar cuotas, promociones con tarjetas; y eso ayuda a que la gente se anime a comprar más. También es cierto que ha habido un periodo bastante largo en donde las ventas se habían restringido mucho, entonces existe una necesidad de compra. Por ejemplo, hay gente que a lo mejor evitó comprarse un ambo el año pasado, y este año se lo tiene que comprar”, explicó.
Respecto a principio de año, sostuvo que – en aquel momento – los precios aumentaban mes a mes. “Era tremendo porque ni nosotros sabíamos cuánto costaban las cosas. Pero a partir de julio comenzó a notarse una estabilidad; incluso algunos precios han bajado, lo cual ha hecho que las ventas repuntaran bastante”, indicó.
En ese sentido, Mingorance hizo hincapié en la actitud de los clientes: “Las personas vienen más confiadas a comprar, más distendidas, más relajadas; les estás dando cuotas y la posibilidad de promociones”.
Y agregó: “La estabilidad en los precios ayuda muchísimo y creo que fue un factor determinante para que la gente consumiera más; desde mitad de año”.
Sin embargo, aclaró que otro factor clave ha sido “el esfuerzo realizado por el propio comercio”. “Todo esto es sinónimo de trabajar con casi nada de utilidad, con márgenes muy chiquititos. Porque los gastos a nivel comercio subieron muchísimo, es decir, los gastos fijos. Pero uno trata de ayudar a que todo siga moviéndose y a poder solucionar las situaciones que te van planteando los clientes”, aseguró.
En comparación con el año pasado, sostiene que “se veía una situación donde la inflación continua hacia que la gente se apurara muchísimo a comprar, porque no sabía cuánto le iba a costar más adelante y si lo iba a poder adquirir”.
“Nosotros vendíamos por esa carrera inflacionaria. Aparte, las personas tenían miedo – a raíz de las elecciones, de no saber qué iba a pasar después que asumiera el nuevo presidente. Y toda esa incertidumbre hizo que el que necesitaba algo, saliera a comprarlo desesperado. Entonces, si bien también se trabajó, la actitud de la gente era otra. Ahora los ves más tranquilos; el que compra es porque quiere y no porque se quiere apurar, con miedo a que aumenten los precios”, puntualizó.
Respecto a las expectativas de cara a este cierre de año, sostuvo que “la próxima Navidad va a ser mucho mejor porque la gente ya conoce lo que aumentó y cuenta con más previsibilidad”.
Sin embargo, remarcó que para su local la actual “es temporada alta”. “En este tiempo nosotros siempre contamos con mucho trabajo pero si tengo que comparar con meses anteriores, se está trabajando bien. Hay un repunte y la gente aprovecha mucho lo que son las promociones bancarias y los descuentos que uno le pueda dar”, expresó.
Para concluir, resaltó que si bien “los gastos fijos se han ido por las nubes, las utilidades se han reducido mucho, uno para poder seguir evolucionando tiene que contar con promociones, tarjetas de crédito e ir viendo cómo podés llegar a que la gente pueda comprar”.
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