Altas temperaturas y menos lluvias esperables.
AL ROJO VIVO

Mucho calor y pocas lluvias, el pronóstico en Junín y la Región para este verano

El Servicio Meteorológico Nacional emitió su pronóstico trimestral y en algunas zonas las temperaturas romperán récords, superando ampliamente a las habituales.

En estos días, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), publicó un informe en el que pronostica muy altas temperaturas y regiones al rojo vivo, para noviembre, diciembre y enero. 

En uno de los mapas, se referencian las temperaturas inferiores a lo normal y las zonas donde se registrarán las superiores. Así, Junín y alrededores se visualiza como una de las zonas que sufrirá un calor extremo en estos tres meses. 

Este calor inusual se viene sintiendo desde octubre, con jornadas de 33 grados, como una muestra de lo que se espera para el verano. Según señalan los meteorólogos, el calor será una constante para los próximos tres meses en gran parte del país, pero con epicentro en la provincia de Buenos Aires y en CABA. 

En cuanto a las precipitaciones, que podrían dar alivio en días de calor agobiante, cabe destacar que no toda la región se verá beneficiada por el agua.

 

Más de lo normal

De acuerdo al informe trimestral del Servicio Meteorológico Nacional, en dos tercios del territorio nacional se esperan temperaturas superiores a lo normal para el próximo trimestre, pero en más de la mitad de la provincia de Buenos Aires, que incluye Junín, Chacabuco, Lincoln, Bragado y la mayor parte de la Costa Atlántica, el calor será aún mayor. 

La anomalía prevista entre los registros históricos y los que se espera que haya durante los meses de noviembre, diciembre y enero incluye a parte del norte, centro y más que nada este del territorio provincial. En esta zona puntual las posibilidades de que las temperaturas se ubiquen por encima de lo normal trepan hasta el 55%. 

Este dato preocupó a muchos que recuerdan las intensas jornadas del verano pasado que superaron ampliamente los 35 grados centígrados. 

Consultado por Democracia, el ingeniero agrónomo, Alejandro Signorelli explicó que “este fenómeno está un poco asociado con el efecto de La Niña, el enfriamiento de la corriente Ecuatorial del Pacífico, que genera una disminución de las temperaturas, pero también genera lo que son veranos más secos y más cálidos”. 

Entonces, refirió que, “es de esperarse que, para la zona del sur de Brasil, el litoral argentino, incluida la región pampeana, podamos tener temperaturas por encima de lo normal. Principalmente esto responde un poco a que la falta de humedad atmosférica hace que la amplitud térmica sea mucho mayor y tengamos situaciones bastante cálidas y secas”. 

 

Menos lluvias

Por otro lado, además del calor inusual, el informe del SMN adelantó que el que se viene sea probablemente un verano de escasas lluvias. 

En este aspecto, la zona del mapa argentino en el que se ubica Junín se encuentra en la región que encabeza las localidades donde se esperan precipitaciones “inferiores a lo normal”. Además de Junín, Chacabuco, Lincoln, Bragado, 9 de Julio y Olavarría son las otras localidades de la provincia en las que caerán menos precipitaciones que otros años, así como en el AMBA y la Costa Atlántica. 

Es que, según el informe, gran parte de la provincia Buenos Aires se perfila para ser la que tendrá el clima más seco, con hasta un 50% de probabilidad de que llueva menos de lo habitual. 

En cambio, en el resto del país donde también se espera que haya temperaturas más elevadas, la probabilidad de que así sea se ubica por debajo del 50%. Esto es en el oeste de Jujuy y Salta, todo Tucumán, Catamarca, La Rioja, San Juan, San Luis, Mendoza, La Pampa, Córdoba, Entre Ríos, centro y sur de Santa Fe y sur de Santiago del Estero. De igual manera se espera en la Patagonia cordillerana, mientras que el resto del país se reparte entre una menor anomalía pluvial (a la baja), en el centro del territorio argentino, y normalidad en el norte.

 

Eventos climáticos y preocupación

La dana que se produjo en Valencia hace apenas una semana obliga a pensar en las posibilidades de eventos climáticos que puedan afectar la región, aun cuando no llegaran a ser de tamaña envergadura. Sin dudas que la situación del cambio climático y los fuertes eventos de lluvias y vientos que se producen en el mundo, así como algunos ocurridos en la región y por caso, el fuerte temporal que tuvo lugar el año pasado en Bahía Blanca, generan todo tipo de preguntas a los expertos. 

En ese sentido, Signorelli recordó la situación en la región hace algunos años: “En el año 2016, 2017 y 2018 estábamos con inundaciones. Es decir que, en lugar de llover 30 o 40 milímetros, tuvimos lluvias muy por arriba. Recuerdo que el 15 de enero de 2018, tuvimos 300 milímetros en 24 horas. Eso generó que casi se corte la Ruta 7 a la altura del peaje, que se corte la Ruta 7 en La Picasa. Eventos hemos tenido, así que Argentina no está exento”.

No obstante advirtió sobre la diferencia respecto de la región de Valencia y Cataluña. 

“Nosotros estamos en la región Pampeana, que es una zona húmeda. No estamos acostumbrados a lluvias de 1.200 milímetros -oscilan un poco entre 800 y 1.200-. En aquella zona, cayó en un día lo que llueve todo el año. Son zonas muy áridas, entonces el impacto que tiene es mucho más pronunciado”. 

 

Atento a las alertas

El profesional remarcó la importancia de atender a las alertas que se emiten en cuestiones climáticas.

“Hay que estar atento siempre a las alertas. En la página del Servicio Meteorológico Nacional, se pueden ver las imágenes de radar que muestran la situación actual, de la nubosidad, las imágenes satelitales, donde se puede ver el panorama un poco más amplio de cómo van avanzando las tormentas”. 

Luego se refirió a la alerta temprana: “Es a tres días y uno puede entrar directamente a la ciudad o al municipio donde esté, y ver las alertas que emite el Servicio Meteorológico Nacional. En ese sentido, muy preciso”.

“Cuando hay una alerta temprana amarilla, naranja, sin duda es porque los modelos, la verdad que están trabajando muy bien y están siendo acertados últimamente”, refirió sobre los sistemas con los que trabaja el SMN. 

Hacer caso a las alertas resulta clave para la prevención: “Si hay una alerta naranja por fuerte viento y fuerte lluvia, es lógico que un evento al aire libre se tenga que suspender. En eso hay que ser precavidos porque, entre el cambio climático, los eventos Niña-Niño, hay un montón de incertidumbres”, señaló y aseguró que muchos tienen que ver “con la deforestación del sur del Amazonas. Hay un componente global que hace que la inestabilidad climatológica regional sea cada vez mayor”. 

Y en esa línea reconoció: “Estamos viendo que lo que están apareciendo son eventos cada vez más extremos. Tormentas más fuertes, vientos más fuertes, entonces en ese sentido hay que ser responsables. Tanto la ciudadanía como también la autoridad, para trabajar en la prevención, que es lo único que tenemos”.

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