El teatro para niños y niñas como un refugio donde contar, reir, emocionarse y crecer
Imaginación, comunicación, autoestima, creatividad, trabajo en equipo, disciplina, son solo algunas de las aptitudes que puede potenciar la actividad, en un espacio que incluye el entretenimiento además del entrenamiento.
El teatro de niños representa sin dudas, como todo arte, una forma de desarrollo que beneficia muchas áreas en la vida de los chicos.
Imaginación, comunicación, autoestima, creatividad, trabajo en equipo, disciplina, son solo algunas de las aptitudes que puede potenciar la actividad, en un espacio que incluye el entretenimiento además del entrenamiento.
Brenda Verón es actriz y profesora de teatro de Junín y junto a Agnese Sosa Guzzo, también profesora, de Los Toldos, dictan el curso de teatro infantil en Dadá, Club de Arte -en Winter 78-, cada miércoles, a más de 25 niños y niñas.
En diálogo con Democracia contaron la experiencia de las clases que definen como “un refugio” para los chicos.
“Contamos, reímos, nos emocionamos”
Las docentes al frente del taller son amigas gracias a la “unión del arte de la representación teatral” que empezó en la escuela de Teatro Gilberto Beto Mesa de nuestra ciudad, tal y como contó Brenda sobre su conexión con Agnese, con quien también anima fiestas infantiles.
El taller infantil de Dadá Club de Arte nació hace tres años y va desde los 7 hasta los 12 años.
“Realmente es un lugar de encuentro muy bonito donde las historias, los conflictos, los vestuarios, los accesorios, las luces teatrales y el sonido son un refugio para 25 niños y niñas que están dispuestos a todo”, cuenta.
Cada clase tiene una propuesta diferente: “Nos transformamos en doctores, en animales feroces, transformamos los cuentos clásicos en historias magníficas”.
Claro que el taller, según explica Brenda, “consiste en preparar el cuerpo y la voz con ejercicios teatrales que van acompañados de música, sonidos que despiertan la imaginación y nos quitan la sensación de timidez”.
“Es un lugar seguro, donde contamos, decimos, reímos y nos emocionamos” destacó en un perfecto resumen.
Desarrollo para la vida
Sin dudas el teatro representa un espacio en el que se pueden indagar las emociones, propias, que permiten mayor conocimiento individual, pero también las de otros.
Los encuentros, el entrenamiento, más allá de la participación en una obra teatral, son además parte de un proceso que propone el desafío de generar mayor autoconfianza a los chicos y beneficiar la autoestima, ya que facilita la posibilidad de expresarse con sus pares, mejorando el plano verbal pero también el físico.
Demás está decir que los talleres y ensayos potencian la imaginación y la creatividad, sin dejar de lado la colaboración de unos con otros y el trabajo en grupo, que despierta el compromiso y la empatía.
El camino del desarrollo artístico propone -hay que reconocerlo-, una serie de herramientas que serán útiles para la vida misma.
En Dadá también se dictan talleres de teatro para niños de 4 a 6 años, para adolescentes y adultos.